Grimaldi, más de 150 intoxicados y solo un encausado

. Previsiblemente el próximo año se celebrará el juicio por uno de los casos más sonados que ha afectado a la sociedad gaditana en los últimos tiempos. El proceso judicial por la intoxicación masiva por salmonela durante el Carnaval de 2016 que afectó a 160 personas con un fallecido llega a su recta final después de que la Fiscalía haya solicitado la apertura de juicio oral con su escrito de calificación. El Ministerio Público pide cuatro años de prisión para el único procesado en esta causa, el cocinero que hizo las tortillas y que provocó la inspección de Salud tras la afección progresiva de las personas que las habían consumido.

Será por tanto solo el cocinero el que se siente en el banquillo de los acusados. Eso es cuanto a la responsabilidad penal. Por un delito de homicidio por imprudencia grave profesional y 96 delitos de lesiones. El otro procesado en un principio, el dueño del establecimiento, solo se le señala finalmente como responsable civil subsidiario. Se entiende así que el único responsable directo de las intoxicaciones fue quien manipuló el origen de éstas, es decir, las tortillas. Como reproduce el fiscal en su escrito, se hicieron en un barreño que se usaba para trasladar vajilla sucia y además no se conservaron en frío, sino encima de una mesa tapadas con papel film.

Fue en mayo del pasado año cuando el juzgado de instrucción número 2 de Cádiz, cuyo titular es Miguel Ángel López Marchena, decidió archivar la causa penal contra el empresario del local, considerando que el motivo que provocó la intoxicación no fue las condiciones higiénicas del bar sino la manipulación de los huevos y la posterior conservación de las tortillas.

En cuanto al dueño de la granja que dispensó los huevos, el instructor también archivó su responsabilidad penal y además civil al entender que si hubo deficiencias en las partidas no fue de forma intencionada.

También a principios del pasado año la aseguradora del establecimiento comenzó a abonar a algunos de los afectados las indemnizaciones en concepto de reparación del daño. El seguro tomaba esta decisión antes incluso de ir a juicio y empezaba a tramitar pagos, entre ellos, a los padres del único fallecido.