Fran González: «Tenemos un gran potencial pero hay que creérselo e ir todos de la mano»

¿Qué balance nos puede hacer del paso de la Zona Franca de Cádiz por la BNEW?

Venimos bastante satisfechos. Es muy importante el hecho de que la Zona Franca de Cádiz haya podido aportar proyectos e iniciativas respecto al nuevo modelo industrial, a esa nueva economía verde y azul , que atraerá nuevas empresas . Hemos podido contrastarlo y compartirlo con otras instituciones y entidades permitiendo así que nos reconozcan fuera de la provincia. Las relaciones entre distintas Zonas Francas y operadores logísticos tanto a nivel nacional como internacional también es fundamental ya que nos posibilita abrir nuevas líneas para poder establecer corredores.

¿Qué tiene la Zona Franca de Cádiz que no tengan otras?

La ubicación estratégica en la que nos encontramos es lo más importante. La Zona Franca tiene un espacio de 600.000 metros cuadrados en recinto fiscal en el municipio de Cádiz, con grandes comunicaciones, con un magnífico puerto en la propia ciudad y una serie de empresas ubicadas en el mismo desde hace años que de por sí atraen un movimiento.

También estamos construyendo un nuevo recinto fiscal en la Bahía de Algeciras, con 150.000 metros cuadrados, que está a tres kilómetros del puerto y a otros dos del polo químico. Así, como espacios fiscales, la Zona Franca ya tiene dos en el conjunto de las dos Bahías siendo el puerto de Algeciras el primero en movimiento de carga del propio país y el tercero de Europa, por lo que nos posibilita pivotar en estas dos áreas.

Además, tenemos centros de negocios en varios municipios y suelo industrial que nos permite ser más permeables en las necesidades de las empresas. Eso es un potencial muy destacable.

Ahora estamos haciendo una política comercial más agresiva y de creernos lo que tenemos para mostrarlo y proyectarlo a un apartado logístico, de ruptura de carga y de procesamiento. Ese valor añadido es el que genera más empleo.

Asistir por ejemplo a la BNEW ha sido fundamental para que nos conozcan y para que inversores de fuera vean lo que hacemos y los enclaves que tenemos. Tenemos un compromiso ético y social con la industria verde y azul para hacer inversiones que mejoren las condiciones que ofertamos a los operadores.

Tras el proyecto fallido de Torrot o la marcha de LTK, ¿Qué perspectivas hay en todos esos terrenos?

Zona Franca es una institución pública muy garantista, que implica que cuando hay proyectos fallidos como los de Torrot, tiene siempre la salvaguarda de contar con los avales que se presentan y se depositan a través de los servicios jurídicos del Estado. Eso ya me lo encontré arreglado.

En cuanto a LTK, resolvimos la situación y ahora mismo esa nave está en comercialización y hay dos o tres empresas muy interesadas.

En los antiguos terrenos de Altadis se está actuando tanto en la electrificación como en las conexiones hidráulicas para que podamos comercializarlo tanto en su conjunto como de manera parcelada.

Estamos trabajando también en un proyecto muy potente en este espacio en cuanto a la generación de la energía verde con plantas fotovoltaicas y tenemos que prepararlo para hacerlo permeable a nuevas infraestructuras.

El COVID ¿Ha frenado el interés de los inversores?

Diría que todo lo contrario. El tejido empresarial está viendo en este nuevo modelo empresarial la posibilidad de adaptarse y empezar a prepararse para cuando llegue el momento. Además, las inversiones públicas a través de los fondos europeos van a posibilitar un auge en ese cambio. La idea es adaptarnos a ese nuevo modelo, basado en las renovables, en el sector logístico más puntero y que trabaje con el tejido empresarial del entorno, de innovación, o de la economía azul vinculada a la verde. Todo esto ya no es el futuro, sino el presente. Tenemos un potencial y tenemos que creérnoslo, pero es importante que todos vayamos de la mano.

¿Cuándo veremos un recinto exterior remodelado?

Estoy muy esperanzado porque ya se está empezando a mover algo. Por ejemplo, en la unidad de Ibérica Aga teníamos mayoría y hemos llegado a una serie de acuerdos con propietarios para poder desarrollar ese espacio.

La colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz es fundamental porque es la administración que debe vigilar el desarrollo de los criterios urbanísticos de la ciudad aunque también es necesaria la de los propietarios, con los que ya estamos hablando.

Creo que en estos momentos hay un debate magnífico para replantearse posibles modificaciones del PGOU y la estimulación de la inversión privada. Eso sí, en aquellas situaciones donde éstos no quieran colaborar, si la ley lo permite, tendremos que hablar de otras fórmulas. ¿Cabe la expropiación? Habrá que valorarlo. Habrá que ver unidad por unidad, además del porcentaje que tiene cada uno en la misma porque la mayor parte del suelo del recinto exterior es privado. No obstante, hay un movimiento por parte de algunos propietarios que están dispuestos a sentarse. Es la imagen de la ciudad y hay que actuar.

Zona Base va a ser el símbolo del inicio del cambio en el recinto exterior.

Sí, sin duda. Los plazos para su ejecución se están cumpliendo aunque nos gustaría que fueran mucho más rápido. Ya hay cinco o seis proyectos de empresa relacionados con la economía azul que formarán parte de la incubadora que irá en esos terrenos y que ya están trabajando. Dentro de los fondos europeos que financian el proyecto, además de la construcción y dotación de estas instalaciones, también hemos sacado a licitación que una empresa acompañe, asesore y ofrezca toda la información a los proyectos que se incuben en Zona Base, algo que se podrá ir haciendo de forma paralela a que se construya el edificio. Esto lleva aparajeado la captación de nuevos proyectos.

Se va a cumplir un año de la firma del protocolo de intenciones con el Ayuntamiento. ¿En qué se ha avanzado?

La relación entre Zona Franca y Ayuntamiento de Cádiz está siendo muy fluida. Hay asuntos relacionados con la movilidad, en los que se ha avanzado y esperemos concretar lo antes posible. Pero hay proyectos tan singulares como el de las plantas fotovoltaicas, en el que se ha buscado también la ayuda de otras administraciones, donde habrá novedades muy pronto. Se ha faseado, se ha cuantificado y lo que vamos a empezar es a desarrollarlo. También se ha avanzado mucho en las liquidaciones de cuentas, reconocimiento de las obligaciones recíprocas de distintos espacios y, en edificios como el Estadio, ya se va a constituir una comunidad de propietarios.

Otra de las patas de este protocolo son los aparcamientos. Zona Franca tiene fuera del recinto tres: uno en concesión (Loreto) y dos en propiedad (Glorieta y Estadio). Hemos hecho una propuesta por la que el Ayuntamiento -por ejemplo- podría explotarlos. La fórmula es lo que estamos viendo.

Hay varios solares en el recinto exterior vacíos y en desuso. Uno de ellos es el del futuro Hospital. ¿Alguna novedad?

Lo que nos transmiten desde la Junta de Andalucía son buenas perspectivas. Han pasado de negar la mayor a reconocer el contexto y la situación. Han entendido que nosotros no estábamos planteando una confrontación sino que había otras posibilidades. No podemos llevar tantos años sufriendo el lastre y la losa de que no se haya construido el hospital.

Hemos ofrecido un abanico de posibilidades y lo que nos transmiten es que puede que se materialice pronto la posibilidad de permuta, algo que nos permite el desarrollo de Zona Franca en el Campo de Gibraltar sin depender de una concesión y, a la vez, también damos vía libre a la Junta para que pueda ejecutar el proyecto del hospital.

Uno de los principales logros de su gestión ha sido reducir la deuda.

Lo que se ha intentado en todo momento es reordenar esta casa y uno de los grandes problemas que se ha tenido es el endeudamiento. Hemos conseguido reducirla en un porcentaje amplio, en un 11%. Esto implica no centrarte en lo inmediato sino poder levantar la mirada y tener más visión. Nos posibilita sentirnos más cómodos a la hora de hacer cosas. Ahora sí podemos fijar más la atención, por ejemplo, en el recinto exterior o conseguir más músculo financiero para poder hacer otras inversiones, entre otras cosas. Nuestra prioridad es mostrar un recinto fiscal que sea 4.0 porque, además de traer nuevos operadores, los que ya están ya se sentirán más cómodos.

¿Cuáles son las prioridades más inmediatas de su gestión?

Queremos culminar todas las infraestructuras para mejorar las instalaciones y la comercialización tanto de los espacios de Altadis como los del recinto fiscal Bahía de Algeciras. Asimismo, hay muchos espacios que vamos a sacar en oferta pública (por ejemplo, en Zona Base o en Tiro Janer en San Fernando). Por tanto, reordenando la casa, poniéndonos a punto y sacando la oferta pública, vamos a generar un dinamismo importante sobre muchos espacios. Hay un línea conductora, que es la de la economía azul y verde y desde la Zona Franca tenemos que intentar abrazar todo lo que concierne a las nuevas oportunidades en ese nuevo modelo económico.