Empleo

Cádiz tiene el doble de 'riders' pero son más precarios tras la pandemia

La rectificación de la Junta evitará la reducción de más de la mitad los ya de por sí limitados ingresos de estos repartidores a domicilio

‘Riders’ de Uber Eats y Glovo esperan pedidos a las puertas del McDonalds en Cádiz capital. Antonio Vázquez

Fran M. Galbarro

Cada vez son más pero cobran menos. La pérdida de empleo como consecuencia de la pandemia y el incremento de la demanda de pedidos a domicilio ha duplicado el número de riders en Cádiz capital , repartidores que trabajan para multinacionales como Uber Eats y Glovo y cobran por pedido realizado en condiciones a menudo precarias.

A principios de año eran «unos 20» dedicados al reparto en moto, bicicleta o patinete eléctrico, pero el confinamiento, cuando se convirtieron en trabajadores esenciales, incentivó a muchos gaditanos a ganarse un dinero a partir del reparto a domicilio. Hoy son «más de 50» sólo en la capital, según los profesionales consultados.

Algunos son jóvenes de 18 años que buscan algunos ingresos complementarios –varios de ellos en empresas con un sistema similar de trabajo como Amazon– en su primer trabajo. Otros tienen 50 años e hijos que mantener y los pedidos realizados son su principal sustento.

Jóvenes autoempleados muestran la aplicación. A. Vázquez

«Esto depende del pan que te quieras ganar. Hay que echarle muchas horas, muchas, para tener un sueldo medio qué. En fines de semana hasta doce horas y siempre conectado a la aplicación a la espera de pedidos», resume Luismi, que se autoemplea como repartidor desde enero. Hasta entonces trabajaba vendiendo pisos en una inmobiliaria, pero perdió su empleo y tuvo que reinventarse. Vive con su pareja en Cádiz y necesita realizar un alto número de pedidos diarios para llegar a final de mes. «Entre el alquiler, el pago del autónomo y el mantenimiento de la moto se nos van unos 1.200 euros mensuales. Hay algunos meses en los que lo que he ingresado los he tenido que pagar en gastos para trabajar» , explica.

Uber Eats cambió su política en Cádiz durante el confinamiento y la empresa intermediaria que los había subcontratado dejó de prestar sus servicios. Ahora todos son autónomos y, sin un sueldo fijo, ofrecen sus servicios y su disponibilidad sea cual sea la demanda. «Cada vez somos más pero cobramos menos . Ahora cada uno es su jefe. Hay semanas en las que podemos ganar 100 euros en total estando todo el día pringado», resume uno de ellos.

«Hay algunos meses en los que lo que he ingresado los he tenido que pagar en gastos para trabajar»

A más repartidores, menos beneficios. Estos autoempleados se reparten el pastel del reparto a domicilio en la ciudad gaditana, aunque aseguran que no hay disputas: «Somos un grupo unido e intentamos ir a una para que nuestas condiciones sean las mejores posibles».

Estos 'riders' fueron uno de los colectivos más afectados por las medidas restrictivas anunciadas el pasado domingo. Todos los establecimientos de hostelería deben ahora cerrar sus puertas a las 18 horas y, aunque a partir de ahí se les permite trabajar con las puertas cerradas para enviar pedidos a domicilio, sólo podían hacerlo hasta las 22 horas. Uber Eats, por ejemplo, decretó en Andalucía el cese de sus servicios a las 21:30 horas, cuando comenzaba el tramo horario en el que los repartidores locales concentraban sus mayores ingresos. «Anoche llegué a casa con apenas quince euros. Sólo pude hacer cuatro pedidos», resumía a mediados de semana Luismi, que estimaba las pérdidas diarias en torno a un 60 y un 70 %.

La Junta accedió el viernes a a mpliar el horario hasta las 23.30 horas tras las reclamaciones de hosteleros y repartidores, que lograron una flexibilización de horarios.

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