MOTOS GP

Motos GP Jerez 2018: El centro de El Puerto se hace motero

A falta de datos oficiales comerciantes y hosteleros de El Puerto hablan de una motorada mejor que la del año pasado, lo que muestra que va en alza

La gran parte de los moteros se ha concentrado en el centro histórico de El Puerto. CARLOS CHERBUY

CARLOS CHERBUY

Las motos han tomado completamente la provincia, aunque hay sitios en las que se dejan sentir más que en otros. Y el epicentro de los moteros se mueve entre Jerez y El Puerto . Son las dos localidades que más repercusión logran gracias al Gran Premio de Motociclismo que se desarrolla durante este fin de semana. Y aunque Jerez sigue teniendo un protagonismo especial, al ser en su circuito donde se desarrolla, en los últimos años El Puerto ha vuelto a ganar peso, tras una temporada en la que parecía haber perdido esa capacidad de atracción con motivo de las restricciones, los fuertes controles policiales y el blindaje de la ciudad ante las quejas vecinales.

Sin embargo, el pasado año ya fue una motorada de récord y confirmó la recuperación de la ciudad en este sentido, tras perder parte de ese gran flujo económico que trae el evento. Y este año se presenta mejor, al menos según las previsiones, lo que constata que El Puerto vuelve a ser una parte crucial del desarrollo de este evento que deja millones de euros repartidos por Cádiz.

Y fue este sábado su gran jornada. Un día que siempre sirve para templar la situación de este acontecimiento motero que sacude cada año a la provincia. Y en principio, a espera de los datos oficiales, se cumplieron los pronósticos iniciales de que la motorada va en alza y supera, aunque no por mucho, lo conseguido el año anterior.

Así al menos lo afirman de manera inicial sectores como la hostelería o los comercios que tienen en la motorada una gran oportunidad de negocio y que ya han visto como desde el jueves el ambiente motero iba en crecimiento, siendo la jornada de la noche del viernes especial por la cantidad de personas. Las motos se hicieron con distintas zonas de El Puerto y dejaron especialmente en Valdelagrana y en el casco histórico la sensación de que iba a ser un fin de semana de ganancias importantes.

Hay que decir que la motorada se siente entre la tarde y la noche, por eso la mañana el evento apenas tiene incidencia, debido a que los moteros se encuentran o descansando de la jornada maratoniana del día anterior o en el circuito sintiendo la adrenalina de los previos a la carrera. Por eso, después una intensa noche y madrugada del viernes, el sábado los moteros se fueron desperezando poco a poco , aunque de forma continuada.

Por goteo fueron llegando a la ciudad y asentándose en ella, exponiendo un cambio importante en el desarrollo de este evento en el municipio. En un principio, tras la decisión de blindar el centro ante las carreras, el ruido en altas horas de la madrugada y los accidentes que se provocaban, los moteros se desplazaron a otras zonas como Bahía Mar o Valdelagrana . Allí hacían lo que más les gusta que es ver los diferentes modelos que pasan, pero también sentir el ruido de meter gas y el olor de quemar rueda.

Controles policiales

Tras constatar este cambio de nuevo se hizo un férreo control policial en las zonas con el vallado de la zona y la presencia de patrullas de manera constantes y ralentizando el tráfico, lo que finalmente hizo que los moteros decidieran desplazarse. Por ello para recuperarlos, el Ayuntamiento tomó una decisión, que se ha mostrado efectiva, y fue la entrega del centro a los moteros . Este año se ha podido comprobar como el casco histórico de El Puerto se ha vuelto motero , concentrando el ambiente que llega del evento.

Y prueba de ello es que por ejemplo en Bahía Mar apenas había ya personas esperando el pasar de las motos para sentir su velocidad, sus acrobacias o el ruido de meter gas. Pocos grupos preparados para pasar la tarde, con su pertinente buen equipo de música, sus sillas y neveras (lo que otros años era una gran concentración popular), poca presencia policial en el lugar y ni siquiera se había vallado la zona, aunque eso sí todo estaba preparado para acometer tal actuación en caso de que fuera necesario.

Igual en Valdelagrana , si bien aquí el ambiente sí era mayor, pero todo estaba dispuesto para cortar los accesos e impedir el paso de motos si se daban carreras o se invadían espacios como el paseo marítimo. Sin embargo, este lugar tiene un gran atractivo sobre todo turísticos y gastronómico , lo que hace que los moteros acudan y se vea gran ambiente, que de nuevo aumenta conformen van pasando las horas.

Abierto todo el día

Eso lo saben los negocios y en algunos de ellos se podía leer carteles en los que se especificaba que la cocina estaba abierta durante todo el día . Y es que hasta las tres de la tarde, que las horas en las que acaban los entrenos, el ambiente no es tan espectacular como se siente conforme va avanzando las horas del reloj y se adentra uno a la tarde.

La motorada ofrece muchas oportunidades de ganar dinero y de nuevo se ofrecen servicios para guardar cascos, mochilas y el resto de ropas y aparcamiento donde poder dejar las motos, sobre todo ahora que el espacio de pozos dulces se encuentra ocupado por las obras que se están acometiendo para realizar un parking subterráneo.

Los p uestos que se colocan a lo largo de la Ribera del Marisco , permiten a los moteros algo de calma mientras pasean en busca de camisetas, gorras u otros objetos de recuerdo de su paso por este Gran Premio de Motociclismo. El recuperar el centro permite al motero no solo disfrutar de este mercadillo, sino de hacerlo escuchando el rugir de las motos y luego poder sentarse en una de las terrazas y seguir viendo pasar los diferentes modelos, que se esfuerzan para exhibirse ante los aficionados.

Además lo podían hacer en un clima más relajado, si bien bajo la atenta vigilancia policial que se desplegaba cuando la ocasión lo requería, pero que permitía también cierto margen para que los moteros pudieran quemar gas y rueda en el asfalto .

Todo ello ante las personas que se acumulaban tanto en la Ribera del Marisco como en la Avenida Micaela Aramburu , siendo imprescindible el tener el móvil en una mano para registrar todo lo que acontece, mientras que con la otra se pide que se meta puño y que el ruido pase a ser ensordecedor.

De esta manera todo el esplendor de la motorada se exprime en un par de kilómetros , en los que los moteros sienten el calor de las personas, invitando a que desfilen por el lugar en varias ocasiones, haciendo que paso de motocicletas sea continuo. Tan solo hubo un par de parones producidos por choques y accidentes de índole leves, que permitían que de manera inmediata se restableciera de nuevo el tráfico.

Eso sí, hasta la medianoche, momento en el que el operativo policial se despliega para cortar el tráfico de manera paulatina para que ya a la una de la madrugada no hayan motos que pasen por el lugar. Es entonces cuando se cierra de manera completa el tráfico en el centro de la ciudad, si bien el ambiente no decae hasta horas más tarde, porque el sábado es el gran día de la motorada .

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