Coronavirus

Jerez intenta sobreponerse al cierre de la actividad no esencial

La incertidumbre y el miedo se apoderan de comerciantes y hosteleros locales. Buen ambiente en la calle frente al importante número de barajas echadas de los negocios del centro

Uno de los negocios de moda del centro de Jerez en plena temporada de rebajas con la baraja echada Francis Jiménez

Elena Carmona

El miedo y la incertidumbre se apoderaban en la jornada del martes de la ciudad de Jerez . Entre las informaciones que surgían por goteo, la insistencia por parte de algunos colectivos porque se cerraran los colegios y la llegada del miércoles con el cierre de la actividad no esencial el ambiente se ponía tenso .

Y lo cierto es que Jerez amanecía muy tranquilo con el poco movimiento de las entradas de los colegios . En la puerta de los centros escolares, igual que en los días anteriores, el único tema de conversación era si lo próximo será que se cierren los colegios. El hecho de que el pasado lunes se anunciara el cierre del Colegio Montealto hacía presagiar lo peor. En los grupos de whatsapss de las clases se analizaban los últimos mensajes de los profesores, algunos de los cuales ya ha dicho a sus alumnos que fueran llevándose los libros de texto para casa. Pero por el momento no hay novedad.

Ya entrada más la mañana el centro de Jerez empezaba a tomar vida. Los negocios de alimentación, librerías, floristerías y peluquerías abrían sus puertas y lo cierto es que la jornada no se vislumbraba demasiado triste . Muy al contrario, muchos jerezanos acudían a la zona centro de Jerez a hacer sus compras . Peluquerías como las de Ramón Peluqueros seguían con su agenda de citas intacta, aunque recordaban que «no está permitido que continuemos con estética». Las farmacias, mientras tanto, como la de Miguel Fontádez, no notaban el cambio, el trasiego de público desde que se vive la pandemia «es el mismo que cualquier otro día».

Mientras tanto en el Mercado de Abastos , que es donde verdaderamente se puede tomar el pulso de la ciudad, se apreciaba un moderado número de público . Menos que en otras ocasiones, más que nada provocado por el cierre de la hostelería, explicaba Juan Pablo González desde su puesto de la Plaza de Jerez, pero «la gente necesita comer y tiene que ir a la compra». Mientras tanto, Magdalena Sánchez desde su puesto de Recova seguía atendiendo, como todos los días a sus clientes habituales y explicaba que «esta mañana pensábamos que no íbamos a poder ni tomar café cuando llegáramos y cual no ha sido nuestra sorpresa que nos hemos encontrado al camarero del bar de enfrente que nos podía traer el café a domicilio».

Esa ha sido una de las principales coyunturas de la jornada : las dudas que había tanto en los comerciantes, como en los hosteleros y en los propios consumidores. Qué era lo que se iba a ver abierto y qué iba a encontrar cerrado, cómo se había marcado ese rasero para decir que unos negocios se consideraran de primera necesidad y otros no… Ese es uno de los quehaceres de Jerez-Acoje : asesorar a sus miembros ante este tipo de situaciones. La presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro Comercial Abierto, Nela García , explicaba que «estábamos con la sensación de « que viene el lobo, que viene el lobo », pero hasta que no llega no te da la sacudida». Ayer fue el día de «indignación» y hoy es un «día triste y de incertidumbre ». Los negocios de servicios básicos, que están abiertos, tienen muy claro su ritmo de trabajo, pero «las novedades como el servicio a domicilio o la recogida en local del sector hostelería o la apertura de ferreterías y floristerías generan dudas».

Esta misma mañana, «los compañeros de cafetería amanecían con dudas sobre cómo tenían que actuar» y en eso les ayuda la asociación en «traducir» los Boletines Oficiales y las tramitaciones que se especifican. «¿Puedo vender pan pero no el café que tengo en la máquina?» se preguntaban los hosteleros que consideraban que era algo «incongruente». Ahora Jerez Acoje está limando cuestiones como esa o preguntas como qué se puede abrir si tienes una tienda de bicis y un taller. Es una labor más que nada para intentar « mitigar esa incertidumbre ». A lo que Nela García añadía si «van a ser únicamente 14 días porque la mayoría de los negocios que tenemos trabajadores lo primero que nos preguntábamos es si dábamos vacaciones, si volvíamos a meterlos en Erte, si aprovechamos para hacer inventario , o hacer pequeñas reparaciones…». Pero con ese «sin vivir de no saber si van a ser únicamente 14 días, si se da la reapertura y a las dos semana nos vuelven a cerrar, cómo afrontamos la campaña de primavera, los nuevos catálogos… Mientras tanto, los proveedores piden que compremos. Unas compras que tenemos que pagar y no nos dejan devolver ».

Y para el cliente mandó el mensaje de que se sigan «pensando en la empresa local, compren desde su casa, por teléfono, a través de las redes sociales , que nosotros se lo llevamos a casa».

Asimismo se convocaba a las 12 de la mañana una concentración en la plaza del Arenal donde unas 150 personas del sector de la hostelería se congregaban manteniendo la distancia de seguridad y con cartelería donde se ponía de manifiesto el desamparo al que hace frente el sector.

Por un lado, la imagen en las grandes superficies como Luz Shopping o Área Sur con superficies de aparcamientos muy vacías y sin consumidores por su entorno.

Por otro lado, las calles del centro, animadas, había gente, pero muchas barajas echadas que impresionan y que recuerdan que la pandemia va a pasar factura, especialmente en un sector muy “maltratado, cuando es motor de la economía local ” y en una ciudad donde la tasa de paro es de las más altas del panorama nacional.

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