Coronavirus Cádiz

«Aquí nos gustan mucho los bares»

Así recibía Jerez la ampliación del horario de los bares tras pasar al Nivel 2

La calle San Pablo tenía las mesas llenas pero nada que ver con su aspecto de otras temporadas EC

Elena Carmona

«Es que aquí nos gustan mucho los bares ». Así se «justificaba» Sonsoles cuando se le preguntaba cómo estaba viviendo la ampliación del horario de los bares que entraba en vigor este viernes con motivo del paso al Nivel 2 en Jerez . La mayoría de las zonas de bares y terrazas de Jerez estaban «a reventar», aseguraba Lola, que había ido a comer con su marido y después había aprovechado para tomarse algo en la zona de bares junto a Hipercor .

«Nos hemos vuelto pronto. Ha sido una copa nada más y para casa, pero es que se estaba tan a gusto con el sol que yo me hubiera quedado si no hubiera sido porque Alberto tenía pendientes algunos asuntos del trabajo». Lola contaba a La Voz que todos los viernes intenta irse con su pareja a almorzar fuera de casa , «hay que darle vidilla a los hosteleros, si no los pobres lo llevan claro». Además, afirma que en todos estos meses han cumplido a rajatabla las medidas de prevención y de higiene estipuladas , «por lo menos los restaurantes donde nosotros vamos. Habrá que ver ahora si en los pubs y las terrazas se cumple con el distanciamiento, con las medidas de seguridad y si la gente no se relaja con las mascarillas».

Por la zona pasaba Yeye, que iba a comprar con su madre, y se mostraba sorprendida porque « las mesas están demasiado pegadas, hay poca distancia y la verdad es que tampoco se quedan con las mascarillas puestas ». Yeye no llega a los 45 años, pero afirma que ha pasado mucho en el confinamiento y que su madre es de riesgo «y la verdad es que no me hace nada de gracia ver a la gente sin control después de llevar un año conviviendo con el Covid».

Mientras tanto, en la calle San Pab lo sobre las ocho de la tarde la imagen volvía a ofrecer visos de normalidad. Pero había mucha menos gente que en otros periodos de manga ancha. Aunque las mesas estaban llenas se podía caminar por la calle y eso ya era un paso, teniendo en cuenta las críticas por aglomeraciones y la falta de mascarillas que recibieron los hosteleros de la zona el pasado mes de octubre.

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