El Puerto

El ‘palmerazo’ de El Puerto: ¿Un caso aislado o un aviso?

La caída de una palmera el pasado martes en el Parque Calderón activa la alarma entre vecinos y comerciantes que, preocupados, piden al Ayuntamiento que actúe de raíz

Parte de los destrozos causados por la palmera al caer MLS

Manuel López Sampalo

El pasado martes, 12 de julio, en torno a las 20 horas, cayó una palmera de tamaño considerable, fracturada por la base de su tronco, del Parque Calderón hacia la calle Ribera del Marisco a la altura de Puerto Escondido. Esta fue derribada por el fuerte viento de levante, con rachas de hasta 60 km/h, que soplaba en El Puerto ; mas en este caso el vendaval, más que el detonante parece que fue la puntilla.

Afortunadamente, y casi de milagro, no hubo que lamentar daños personales: «Esto nos pilla a las 9 de la noche, que tengo la terraza llena, y hay una tragedia», comenta Jose, el encargado del establecimiento ‘Bendita Taberna’, local que se vio afectado materialmente por el impacto. Además del toldo y la fachada de dicho establecimiento, la palmera destrozó el tejado de la vivienda superior, arrancó un farol, acható una valla metálica y destrozó el capó de un coche que circulaba hacia la calle Ribera del Río.

En dicho turismo viajaba una mujer, que llega a pasar medio segundo antes y no lo cuenta. El accidente, ya decimos que con mucha fortuna, se quedó en una desagradable anécdota que podría haber metido a los responsables del Ayuntamiento , y por tanto del mantenimiento de parques y jardines, en un buen lío.

La cuestión ahora es aclarar ‒con el fin de prevenir‒ si se trata de un hecho aislado, de un golpe de mala suerte, o si, por el contrario, ha sido un aviso para que el consistorio actúe de inmediato revisando el estado del abundante número de palmeras que hay en el Parque Calderón, y así se eviten futuras tragedias.

Caso puntual o advertencia

Desde el establecimiento hostelero afectado aseguran que « El Cuerpo de Bomberos, in situ, nos informó de que la palmera estaba completamente podrida , sólo con un hilo de vida en el centro». Agradecerían, además, que por parte del consistorio portuense « mostraran más interés por el resto de palmeras del Parque, porque si no sabían el estado de la que se ha caído, dudo que sepan en las condiciones en las que se encuentra el resto».

Por su parte, el alcalde de El Puerto, Germán Beardo, se ha pronunciado al respecto, apostando por lo fortuito del suceso y asegurando que «Es la primera vez que vientos de 60 km/h parten una palmera por su base completamente sana y podada».

Mas la preocupación de vecinos y comerciantes de la zona que engloba el Parque Calderón y su entorno es palpable: « Fíjate en la cantidad de palmeras que hay cortadas, tanto por la base como por la copa», indica una residente del barrio. La mirada se dirige al parque infantil sito en la plaza El Pescador , donde todas las palmas colindantes están segadas por su base.

Más madera: El camarero encargado de la Bendita Taberna, asegura que «Estas palmeras están en muy mal estado: es algo que se veía venir ». Y carga contra el consistorio: «Con todo el personal que tienen paseándose arriba y abajo, ya se podían encargar más de esto».

¿Por qué se caen las palmeras?

Vayamos un poco más allá, en busca de las causas que pueden haber precipitado la caída de dicha palmera y en un futuro, si no se remedia, el de sus hermanas. Así, otro vecino nos señala la más que posible existencia del picudo rojo , una plaga de un coleóptero asiático que devora el árbol por dentro y que ya asoló un buen número de palmeras en Jerez hace unos años.

Evidentemente, el viento es un detonante, pero un levante con rachas máximas de 60 km/h nunca va a ser la causa, como así pretende escudarse el primer edil. La ola de calor también influye en estos vegetales, provocando colapsos o golpes de calor que, unidos a la falta de lluvia ‒estrés hídrico‒, no permiten que la palmera absorba el agua en toda su longitud.

Otro factor precipitante es la delgadez del tronco ‒no es el caso de la que se cayó, pero sí de muchas otras que pueblan el Parque‒ que, unido a los movimientos que realizan las palmeras en busca del sol puede provocar fracturas. Si se le suma el peso ‒hasta 200 kilos‒ de las variedades con dátiles , más cerca estará su caída.

Por último, aunque den muy bellas estampas, las palmeras no son plantas de ciudad. E n suelo urbano, no pueden alargar del todo sus raíces , algo que, en su entorno natural, hacen para compensar su peso y estabilizarse.

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