Chiclana de la Frontera

Las muñecas Marín, un legado eterno

El Centro de Interpretación del Vino y la Sal acoge una exposición permanente sobre la historia de la fábrica

Muestra de algunas de las muñecas expuestas J.M

Jesús Mejías

En 1903 nació en Chiclana de la Frontera José Marín Verdugo , un hombre que cambiaría para siempre la historia de esta localidad. Amante del arte, sobre todo del dibujo y la pintura, desde muy joven dio muestras de su capacidad artística y casi cien años después de la apertura de la Fábrica de Muñecas Marí n, su legado aún perdura.

José Marín creció en un tiempo y en un contexto social completamente distinto al actual. España era un país que había perdido Cuba hace cinco años, un país que vivía en una constante depresión, retrasada tecnológicamente en relación a otras potencias europeas, y donde la inestabilidad política y la falta de un plan de industrialización nos dejaba un paisaje con pocas vías de optimismo y futuro para lo más jóvenes.

Pasó por la Academia de Bellas Artes de Cádiz y fue durante su estancia en Madrid por el servicio militar obligatorio en los años veinte cuándo descubre un mundo que le fascinó. Regresó a su Chiclana natal, pero se le quedaba pequeña ante sus dudas, inquietudes y ganas de crecer. Volvió a la capital de España, ya sin recibir una mensualidad por parte del Estado debido a que su formación militar había concluido. Durmiendo en una pensión se le ocurrió la idea de hacer muñecas vestidas de flamenca que logra vender rápidamente en la Plaza Mayor, y es ese preciso momento cuando comenzó a escribir su historia.

De nuevo en Chiclana , explica a sus padres el proyecto y en el año 1928 funda la empresa Muñecas Marín . Una fábrica que llegó a emplear a más de cien trabajadores y cuyas muñecas que llegaron a todos los rincones del planeta. La expansión internacional de España y el boom del turismo en los años sesenta y setenta ayudó a su comercialización.

La fábrica abrió en 1928 J.M

Una de las colecciones más sonadas, ambiciosas y logradas fueron las muñecas regionales , que captaban a la perfección la esencia de todos los rincones del país. Muchas horas de investigación, trabajo y diseño que colocaron a las muñecas como un referente y una figura casi obligatoria en todos los hogares. Esta serie diversa reflejaba la pluralidad de España.

Hoy, casi una década después del cierre de la fábrica en el año 2014, el legado y la historia de José Marín Verdugo siguen muy vivos. En el Centro de Interpretación del Vino y de la Sal se encuentra la exposición permanente de las Muñecas Marín en la que se pueden ver numerosas muñecas, bocetos y máquinas originales de la fábrica donadas por la propia familia al Ayuntamiento de Chiclana.

Sala de la exposición dedicada al proceso de producción de las muñecas J.M

Una exposición dividida en cuatro salas. En la primera de ellas se descubre la vida de José Marín y su historia hasta la apertura de la fábrica en el año 1928. Posteriormente hay un espacio dedicado a la producción del producto y a todas las personas que trabajaron en la factoría. Una muestra de algunas muñecas aparecen en la tercera sala, mientras que en la última está dedicada a todos los reconocimientos recibidos por el chiclanero a lo largo de su trayectoria.

Jesús Moreno es el director del Museo de Chiclana y el encargado del montaje del espacio expositivo Marín en el Centro de Interpretación del Vino y de la Sal. ¿El motivo para visitar la muestra? «Yo pienso que para el visitante en general es muy interesante sumergirse en un mundo de unas muñecas que dieron la vuelta al mundo y muchos no sabían quien era Marín pero sí la han visto más de una vez. Yo creo que esa sería la razón para cualquier visitante, ver un producto que era español, que promocionaba España y Andalucía y por otro lado para la gente de Chiclana es adentrarse en un episodio interesante de su historia».

«Las muñecas Marín no son solo las muñecas», apunta, y agrega que «aquí tenemos que ver todo el proceso de creación a través de la maquinaria, el utillaje para la fabricación de las muñecas, todo esto es importante porque nos sumerge en el concepto de lo que fue la fábrica».

Una exposición con espacio para las muñecas, pero también para el proceso de creación del producto. «Mucha gente en Chiclana trabajó en la fábrica y abrió nuevos horizontes». Apunta a que «Chiclana en aquel momento se descubre como algo distinto, yo creo que ese es el gran legado que deja. En un momento, una ciudad volcada en el vino, la huerta y la sal, gracias a una persona innovadora de Chiclana descubre que tiene otras posibilidades, porque se ve y se cumple».

¿Se entiende el crecimiento de Chiclana en los últimos cuarenta años sin Marín? «Habría crecido igual porque ya tiene muchos más asideros, pero sí creo que no se entendería sin Marín que otras empresas afrontaran otro tipo de producción».

«Yo creo que marca un punto de inflexión, quizás hace falta que haya personas así. Son personas providenciales que llegan en el momento oportuno, creo que cambia el modelo empresarial de Chiclana, la industria cambio con este hombre», asegura.

En el año 2014, la Fábrica Marín cesó en su actividad comercial tras 86 años de producción. Unas muñecas que dieron la vuelta al mundo y han dejado un legado que hoy aún perdura. «Había que plantear un cambio de época, había cosas que dejaban de estar de moda».

«Es complicado cuando las ventas bajas tantísimo, cuando la demanda es muy inferior y tiene que ver mucho con los tiempos. Tuvo que ser muy complicado mantener la producción típica de la empresa en unos tiempos tan complicados», sentencia.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación