CHICLANA

Agentes de la Guardia Civil reducen a una mujer que había agredido a varias personas en el centro de Chiclana

El vídeo de la actuación se ha viralizado en redes acusando un supuesto «exceso de fuerza», el propio cuerpo investiga internamente estos hechos

El dueño del bar Las Guitarras fue quien denunció el ataque de la mujer y considera que los agentes «hicieron lo que tenían que hacer correctamente»

La mujer agredió a varias personas antes de ser detenida LA VOZ

José pedro Botella

Durante la tarde del pasado lunes 19 de julio, alrededor de las 14:00 horas, la Guardia Civil tuvo que intervenir tras un violento ataque de una mujer , de nacionalidad nigeriana, en la calle San Cayetano de Chiclana.

El vídeo de la detención se ha viralizado a través de redes sociales y, algunos usuarios, han insinuado un supuesto «exceso de fuerza» en el momento de la reducción. En las imágenes se puede ver como la mujer es derribada de una patada propinada por uno de los dos agentes cuando la misma trataba de entrar en la cabina del conductor.

A continuación, los agentes son increpados por la mujer y éstos reculan mientras se ponen guantes de plástico antes de reducirla en la carretera. La mujer acabaría esposada y sería trasladada hacia el Hospital de Puerto Real debido a diversos cortes que previamente se había realizado ella misma mientras destrozaba un local.

Los agentes actuaron «correctamente»

A pesar de las críticas por la dureza de las imágenes, los testigos directos de la agresión consideran adecuada la misma al describir a la mujer como «fuera de sí, poseída por un demonio» .

Sobre las 14:00 de la tarde, la mujer, muy conocida en el barrio por provocar altercados en los locales de la zona, entró al bar Las Guitarras de la calle San Cayetano a la vez que propinaba golpes al resto de clientes con una muleta.

La agresora también dirigía insultos al propietario del negocio, Antonio, quien arrebató la muleta a la mujer para tratar de contenerla. «Otras veces había entrado amenazando o insultando , yo decía a mis clientes que no hicieran caso, que ella misma se cansaría y se iría, pero ese día no fue así».

La mujer arrebató y rompió el teléfono móvil de Antonio mientras trataba de llamar a la Guardia Civil, a su vez le arrancó su camiseta mientras le golpeaba con sus manos. El dueño de Las Guitarras trataba de defenderse de los golpes, pero sin contestar a los mismos, «lo último que yo quería era pegar, al final dirían que había sido culpa mía».

La mala suerte persiguió a Antonio, el revuelo provocado por la agresión en el interior de su establecimiento no terminaría con el desalojo de la mujer ya que ella misma arrollaría en la vía pública a la madre del hostelero, de 80 años de edad , terminando con la octogenaria en el suelo.

En ese momento, la mujer toma el carrito de la compra de la madre de Antonio con la intención de usarlo como arma, pero el propietario consigue detener el ataque recuperando el carrito.

«Parecía que ya se había relajado, pero continuó amenazando y, en un momento en el que yo atendía a mi madre, aprovechó para entrar al local y partir todo lo que pudo », comenta Antonio. En el vídeo se puede escuchar el sonido del menaje rompiéndose durante la secuencia.

«Ella se cortó tirando y rompiendo vasos y platos. Tiene hepatitis C , por eso los agentes se pusieron guantes antes de reducirla», explica Antonio quien sufriría aún varios golpes más, en incluso el robo de una cadena de oro antes de la llegada de la Guardia Civil.

Para el hostelero, los dos agentes «hicieron lo que tenían que hacer correctamente . En las imágenes no se puede apreciar, pero todos teníamos miedo porque la mujer era incontrolable y con una fuerza brutal. Ya había pegado a los dos Guardias Civiles antes de que ellos la redujeran».

El mismo día de los hechos, Antonio acudió a su centro médico y presentó un parte de lesiones en el Juzgado de Guardia. La Guardia Civil no ha querido hacer público los antecedentes de la detenida, el cuerpo ha abierto una investigación interna para depurar responsabilidades en el caso de que fuera necesario. Sin embargo, entre el resto de los negocios de la zona aseguran haber sufrido agresiones verbales por parte de la mujer con anterioridad y frecuencia .

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