Los 88 peldaños de la gente feliz
Peldaño 72: «La gente no es más feliz cuando en su vida hay más dinero»
En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te explico cuál es la mayor paradoja del siglo xxi
Están desesperados. Llevan varias horas perdidos en el desierto y saben que el mayor peligro no es pasar demasiados días sin comer o sin dormir, sino pasar demasiadas horas sin beber. Miran en todas las direcciones y sólo ven arena. Y sol. Mucho sol. De repente, a lo lejos uno de los miembros de la expedición divisa a un campesino viajero. Le gritan y agitan sus brazos desaforadamente hasta captar su atención. Corren a su encuentro y sin tiempo de coger respiro le preguntan si sabe dónde hay cerca un manantial. El que sea. El campesino, con cara seria y parco en palabras, les dice que el más cercano está a 20 km en línea recta. Ellos, dejando la conversación a medias, toman sus garrafas y se ponen a correr frenéticamente hacia su objetivo. Pero había un problema. Su pregunta al campesino era si sabía dónde había un manantial, no si su agua... era potable.
Invirtieron el cien por cien de su energía en alcanzar su objetivo, y el cero por ciento en analizar si era el correcto.
Ésta es la gran paradoja del siglo xxi. Existe un objetivo que es el más codiciado de todos cuantos pueda haber. ¿Cuál? El dinero. ¿Y qué sucede una vez lo alcanzamos? Que nos damos cuenta de que todos los años que invertimos en encontrarlo no han conseguido aumentar ni un ápice nuestro nivel de felicidad. Nos ponemos a correr desesperados buscando el supuesto manantial de la vida, y una vez alcanzado, nos damos cuenta de que ahí no yacía la fuente de la felicidad.
El dinero... si no eras feliz sin, no serás feliz con.
O lo que es lo mismo...
Esperar que la riqueza te haga feliz es como esperar que el océano te sacie la sed.
¿Significa eso que el dinero es terrible y que deberíamos odiarlo y despreciarlo?
¡Nooo! En absoluto. De hecho defiendo que existe un exceso de odio al dinero entre un sector de la población que tomó el principio anterior y se fue al extremo opuesto. Y este odio es dañino. Óyeme bien el porqué: el dinero es un posibilitador, y, por tanto, siempre que se use para un fin mayor que el propio dinero, será absolutamente maravilloso, ya que posibilita: hace posible que sucedan cosas (constructivas). Ojalá la gente tuviera más y no menos dinero, por supuesto trabajando con compromiso de cara a ello. Pero esto no es una contradicción. El dinero es buenísimo siempre y cuando se entienda el principio siguiente y terrible cuando no. Quédate con él para reconciliar para siempre ambas posturas:
Busca tener dinero como fuente de empoderamiento, pero no como fuente de felicidad.
La felicidad se construye hacia dentro, no hacia fuera. Y eso depende poco del dinero y mucho del Éxito Interior. Prepárate porque estoy a punto de cerrar este Peldaño con lo que puede ser la máxima número 1 de este libro. Grábatela a fuego y compártela:
#88PeldañosGenteFeliz
«La gente no es más feliz cuando en su vida hay más dinero. Es más feliz cuando en su vida hay más amor»
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