Cultura

Pablo Rivero: «Da miedo que haya adolescentes que mueren por tener seguidores»

El actor y escritor presenta en Córdoba su tercera novela 'Las niñas que soñaban con ser vistas'

El actor y escritor Pablo Rivero, en una entrevista Maya Balanya

Luis Miranda

El rostro de Pablo Rivero es muy popular tras dar vida más de 20 años a Toni Alcántara en la serie ‘Cuéntame como pasó ’. En este tiempo ha cultivado una carrera como escritor que ahora sigue con ‘Las niñas que soñaban con ser vistas’, publicada por Suma de Letras, que ayer presentó en Córdoba.

¿Es duro meterse en el asesinato de un niño, aunque sea en ficción, y sabiendo como sabemos que en realidad pasa?

De una adolescente, en este caso. Es duro partiendo de la base de que realmente el origen del libro es la investigación de sucesos que ocurrieron en los 90, en que las víctimas eran adolescentes muy jóvenes, niñas y niños. Es muy duro partiendo de la base de que ocurre. Elegí la sobreexposición en las redes sociales desde el punto de vista de la ingenuidad, de cómo en las redes sociales compartimos parte de nuestra vida y muchísimos datos sin saber quién los ve. El hecho de que sean menores me parece que hacía mayor hincapié en la fragilidad de personas que no saben todavía lo que hay en el mundo, que no se pueden imaginar la maldad. Se juntan los adolescentes para los que ahora mismo el éxito se traduce en tener seguidores en las redes sociales, con esa perversión moral de la maldad de mucha gente que los está ve con otros fines.

¿Las redes sociales han aumentado la maldad o han hecho que esa maldad que ya existía, y que era más o menos la misma sea más visible?

Creo que al final son un escaparate para bien y para mal. La mayoría de la gente que usa una red social quiere llamar la atención, que lo vean. Pero nunca piensan que quieren que los vea un asesino en serie, o alguien que cometa delitos de pederastia. Estás dando datos de dónde estás, dónde vives, quiénes son tus amigos, cuándo te vas de veraneo, cuándo no estás en casa. Y luego, ya no tanto en las redes sociales como todo lo que tiene que ver con internet y con la capacidad que tenemos, gracias a las nuevas tecnologías, de ocultar nuestras identidades. La mayoría de los delitos de abusos de menores es gente que se hace pasar por alguien de la edad de la víctima. Al final consiguen que les manden alguna foto comprometida y amenazan con hacerlas públicas y les obligan a quedar o a mandar más fotos. Hay algo paralelo, que es la red profunda, en la que se puede conseguir de todo: tráfico de órganos, de armas, pornografía infantil, ‘snuff movies’ y más cosas .

¿Cómo se acerca el escritor a este tipo de delitos para evitar que el libro suene como una advertencia?

Creando una buena historia . Yo me documento mucho y precisamente porque la realidad me asusta mucho y porque no quiero hacer una novela documental, lo que intento es crear una serie de atmósferas, de personaje y de trama, la intriga, lo que es de género, para poder hablar de todo estos temas. Eso me ayuda a distanciarme. El hecho de que me asuste tanto y de que sean temas tan importantes y que no quiera hacer una denuncia tan evidente, me hace trabajar mucho en crear unas tramas elaboradas en las que pueda aparecer todo eso, pero que al final lo de menos sea eso, sino la historia de esos personajes, cómo se relacionan y por qué suceden los hechos. Y sobre todo porque a mí no me interesa tampoco dar lecciones sobre internet, pero sí apunto cosas y las pongo sobre la mesa. Creo que también eso es interesante, que cada uno se plantee hasta qué punto está corriendo un riesgo o no.

¿Tiene por eso este libro más de terrorífico que de novela negra, por ponerle alguna etiqueta?

El hecho de que sean temas que a todos nos suenan, y que algunos hayan existido al cien por cien y otros tengan teorías paralelas y conspiratorias, nos provoca miedo. A mí las cosas que me dan miedo no es inventarme fantasmas, espíritus y energías extrañas . Sí las pequeñas cosas, en pequeñas acciones o el mal que pueda haber alrededor o cómo algunas circunstancias pueden hacernos sacar lo peor de nosotros mismos y volvernos peligrosos.

¿Y al ser en internet no tienen al aire de los peligros indeterminados de los que se nutría el terror clásico?

Claro, pero también es muy tangible . También hay una trama de canibalismo que es mucho más real, incluso de trata de adolescentes, de una red que se dedica a traficar con niñas que con el pretexto de que anuncian un producto, ellas son el producto anunciado. A mí eso me da mucho más miedo. Me da más miedo la indefensión de los adolescentes que pueden morir por conseguir seguidores.

¿Cómo se describe el sufrimiento?

Para transmitir bien el sufrimiento hay que sentirlo . Hay una serie de reglas que son universales: creando atmósfera, situaciones que pongan en un contexto a los personajes y que el lector entienda por dónde pasan. A mí me gusta ser muy descriptivo y me gusta meterme a fondo, y los pongo muy al límite. Hay muchos tipos de sufrimiento: el más físico, pero también uno emocional. El protagonista, Pablo, ha tenido hechos en su pasado que lo han marcado y cuando esta niña desaparece lo revive de primera mano. Hay otro tipo de sufrimiento, que es el afectivo, y es el que más duele, yo creo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación