Pasar el Rato

Mimi centenaria

Los años hacen de ella un resumen de sí misma y la convierten en una fragancia risueña

Mimi, una lectora centenaria y cordobesa de ABC adelantada a su tiempo

Mimi posa con su ejemplar de ABC tras cumplir los 100 años J. P.
José Javier Amorós

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hoy hablamos del tiempo, que en unas vidas es más soleado que en otras. Tiempo de andar y ver. El paso de las horas por la sangre . Cuenta este periódico -su corresponsal en Aguilar de la Frontera, Jesús Prieto - que en el barrio cordobés de Ciudad Jardín vive una mujer que acaba de cumplir cien años. Mimi la llaman los que la quieren, y parece que no le han apeado todavía el tratamiento. Es probable que el nombre haya influido en la duración de su beneficiaria. Mimi es nombre de recién ingresada en el escalafón del tiempo, un nombre de nanita nana , de protagonista de parvulario. Una mujer de cien años no puede oírse llamar Mimi sin sentir que su infancia le sonríe. Si la llamaran doña María Teresa, que es su nombre administrativo, se extendería a su alrededor una niebla de severidad que le endurecería las arterias. Mimi es más curativo . Este periódico publica una fotografía de Mimi celebrando su cumpleaños con unas amigas. El lector interesado tiene la impresión de que los años han ido haciendo de Mimi un resumen de sí misma, hasta convertirla en una fragancia risueña y amorosa que perfuma el alma de quienes la tienen cerca. Flor de lavanda conservada entre las páginas de un libro editado en 1922. Mimi no es una mujer vieja , qué vulgaridad. Es un cisne antiguo, con las alas cargadas por el peso de tanta juventud. Ser viejo es haberse entregado al tiempo: haz de mí lo que quieras. Mimi nunca diría eso. Se nota en la fotografía que sus cien años tienen nivel.

En medio de un barullo de políticos que compiten por quitarnos la calma, cuando no la cartera, cuando no las dos cosas a la vez, este periódico le dedica a Mimi media página , con un titular vigoroso y una fotografía al pie, llena de ternura. Es esta canción de la vida diaria la que distingue y da calidad a un medio que tiene más años que Mimi. Ella no es únicamente la que vemos en la fotografía, es también todas las que no hemos conocido. Y lo es ahora mismo, en este momento tiene incorporadas a su siglo de vida la centenaria juventud, la revuelta adolescencia y la infancia que viene con el nombre. Siempre será todas las que ha sido, por eso no envejece. Se nota que mantiene intactas las ilusiones con que ha llegado a los cien años. ¿Cómo iba a interesarle volver a otra edad, si sigue estando en todas ellas? Para llegar a los cien años con la jovialidad que transmite la fotografía hay que haber vivido en silencio. Lejos de la farándula del público, que no tiene rostro, ni nombre, ni voz. Vivir para la familia y los pocos amigos que en cada vida han sido, y esforzarse por hacer el bien a los demás. Y sonreír, como hace Mimi en la fotografía, sin que nadie más que ella sepa por qué. También puede ser un destino la mentirosa gloria de papel, las estatuas para el solaz intestinal de las palomas. Pero para eso hay que morirse joven y amargado, aunque se dure muchos años más, viejo y amargado. La vanidad hay que pagarla, y es cara. Tiene precio de esquela mortuoria. Mamá Mimi , le habrán dicho sus hijas alguna vez. Con cuatro bilabiales suaves como besos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación