Pasar el rato

Levantamientos

Bajo las alfombras de la Junta ha aparecido la concreta miseria humana

Susana Díaz y Manuel Chavez en la toma de posesión de Juanma Moreno el 11 de diciembre de 2019 EFE/Julio Muñoz
José Javier Amorós

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Como si agosto fuera un mes revolucionario, que no tiene costumbre, las calles de Córdoba se han levantado en obras . Se trata de un levantamiento pacífico, aunque molesto. Córdoba es en agosto un frenesí de albañiles y poceros, que se habrá calmado cuando lleguen a los colegios nuestros niños en hilera . Todos los levantamientos empiezan mal, con ruido y con furia, y algunos terminan bien. Éste de las calles de Córdoba tendrá un final feliz. Y sólo nos acordaremos de sus brillantes consecuencias. La mala memoria del pueblo es el fundamento de la acción política. Desazona el espectáculo de las calles de Córdoba desventradas. Tememos que si ahondan un poco más, aparezcan nuestros antepasados en traje de visita histórica , tan cerca los tenemos. Nadie sabe lo que puede encontrarse debajo de una calle de Córdoba. Toda la historia de la humanidad cabe en ella, pero sin concretar.

En cambio, bajo las alfombras socialistas de la Junta de Andalucía , que ha levantado la derecha gobernante, ha aparecido lo que todos sabían que iba a aparecer: concreta miseria humana contemporánea. Debajo de la más mullida de todas se alojaba una larga procesión de trabajadores sin trabajo, pero con nómina . Algunos ni siquiera sabían dónde estaba su oficina, y cobraban por ello. El ocio administrativo los ha hecho a la vez libres y ricos. Sin ningún esfuerzo por su parte. Cobrando únicamente por existir , como el presidente del Gobierno. Es muy simple la filosofía socialista de la revolución: al enemigo, patatas; para los nuestros, jamón. En el manual viene justificado el elogio del suspenso. Para qué queremos una juventud inteligente, bien preparada y laboriosa, si el empleador va ser el PSOE de Pedro Sánchez. A ese patrón le basta con la obediencia. Eduquemos a nuestros hijos en la servidumbre voluntaria, como han hecho los independentistas catalanes y vascos, y la historia fluirá mansa y silenciosa. El himno de la libertad sustituido por un balido coral. Para acabar siendo dirigidos por Urkullu o Aragonés no se necesitan pueblos especialmente refinados. Las sociedades en decadencia dan dirigentes mediocres.

El jefe Moreno Bonilla tendrá que respetar la antigüedad en el descanso de los trabajadores de la alfombra, los derechos de holganza adquiridos . Para evitar que se lo reproche el Tribunal Constitucional, cuyos magistrados conocen bien el valor político de no hacer nada. Chaves y Griñán callan. Bastante tienen con lo suyo. ¿Qué hay de lo mío, señor juez? Se agradece el silencio del gran Chaves, un hombre incompatible con la palabra hablada. Su pensamiento nunca ha sido contaminado por la sintaxis. La reciente senadora socialista por compensación, Susana Díaz, no es más que una fuerza extinta bien pagada . Algún sonido emitirá todavía, para regocijo de este articulista sin imaginación. Y ahora que el actual gobierno andaluz ha roto con la tradición socialista de las alfombras, que todos los andaluces de buena voluntad y mejor cabeza se mantengan erguidos, y no vuelvan a sentarse mientras no hayan levantado Andalucía entera hasta el cielo , como un inmenso paso de Semana Santa. Al cielo con ella.

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