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Sierra Leona, libre de ébola

Tras 14.089 casos, con 3.955 muertes, el país africano declarara sus fronteras libres del virus después de haber superado los 42 días sin que se hayan registrado nuevos contagios

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Entre la maleza, Bakai Scallon comienza a sortear obstáculos. Equipado tan solo con unas chanclas de cuero, los pasos de este sierraleonés resultan casi circenses. Al llegar a un pequeño montículo, el cincuentón decide hundir su pie semidesnudo en la tierra. Hemos llegado a su reino. «No tenemos ni botas para trabajar», lamentaba entonces a ABC. En términos científicos, la queja se encontraba justificada. Scallon es enterrador. Y a poco más de un metro bajo la tierra que pisábamos, se encuentran los testigos mudos de su obra: el cementerio de Kenema, al este de Sierra Leona. Quizá, la mayor concentración de víctimas de ébola del mundo.

Entonces, verano de 2014, Sierra Leona se enfrentaba al punto álgido de la epidemia de ébola, con decenas de casos diarios en sus calles.

Ahora, sin embargo, más de un año después de las palabras de Scallon, toca un nuevo amanecer en el país africano. Este sábado, Sierra Leona ha declarado sus fronteras libres del virus después de haber superado los 42 días (el doble del periodo de incubación, 21 días) sin que se hayan registrado nuevos contagios.

Según las últimas cifras de Naciones Unidas (hasta el 4 de noviembre), su territorio ha sufrido 14.089 casos de ébola, con 3.955 muertes.

Mientras, el brote continúa activo en Guinea Conakry (3.810 contagios y 2.536 fallecidos). Aunque no haya que bajar la guardia, las cifras cada vez se muestran más positivas: Desde la semana del 27 de septiembre al 4 de octubre, solo se han registrado siete transmisiones en la región, lo que evidencia un claro descenso en el número de infecciones si tenemos en cuenta las cifras de los últimos meses.

De igual modo, a comienzos de septiembre, el tercer gran damnificado por la epidemia, Liberia, era declarado por segunda vez libre de ébola y entraba en un periodo de 90 días en el que habrá vigilancia reforzada con el fin de evitar que vuelva a surgir la enfermedad.

Este Estado ya había sufrido un proceso similar en mayo, pero un nuevo foco obligó a poner el contador a cero. En apenas año y medio de crisis, Liberia ha sufrido 10.672 casos, con 4.808 decesos.

El estigma de las embarazadas

Las heridas de la crisis, no obstante, aún se muestran evidentes en la población. Un reciente estudio hecho público por el Liverpool School of Tropical Medicine (LSTM) denunciaba que la epidemia ha provocado un descenso en el número de mujeres que acceden a los centros médicos de Sierra Leona durante su embarazo, ante el temor a ser contagiadas por el virus.

En el análisis, realizado de forma conjunta con el Ministerio de Sanidad local y la organización WaterAid, se muestra, como consecuencia, un incremento del 30% en las muertes maternas, así como un aumento del 24% en el fallecimiento de neonatos, entre mayo de 2014 y abril de este año.

En este sentido, el documento ofrece un descenso del 18% en mujeres que accedieron a atención médica durante el embarazo, así una reducción del 11% de los partos realizados en centros de salud.

A su vez, como denuncia Amnistía Internacional, la declaración lanzada el pasado mes de abril por el Gobierno de Sierra Leona por la que se prohibía a las jóvenes embarazadas asistir a «instalaciones escolares» no sólo estigmatiza a unas 10.000 niñas, sino que amenaza con destruir sus oportunidades de vida para el futuro.

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