El Papa Francisco recibe en audiencia a los trabajadores de los templos religiosos en el Vaticano
El Papa Francisco recibe en audiencia a los trabajadores de los templos religiosos en el Vaticano - EFE

El Papa ofrece casa a una mujer «sin techo» que dio a luz junto a la plaza de San Pedro

La pequeña Irene nació a las dos de la mañana ayudada por dos policías

Ciudad del Vaticano Actualizado: Guardar
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Nació en la oscuridad de una de las noches más frías de lo que llevamos de invierno romano, a escasos metros de otro nacimiento que también se produjo en la oscuridad de la noche. La pequeña Irene vino al mundo sobre las dos de la mañana en las inmediaciones de la plaza de San Pedro, donde aún luce el pesebre de tamaño natural y el árbol de Navidad.

En la madrugada del 19 al 20 de enero su madre, una persona sin hogar muy conocida en la zona, sintió dolores de parto. Su compañero, otro de los indigentes que frecuentan la plaza Pío XII para dormir, avisó a dos agentes de policía. Cual pastores en Belén acudieron a esta Natividad moderna.

La agente Maria Capone se ocupó de asistir a la madre: «El cuerpo y la cabeza ya estaban fuera. La unía a su madre aún el cordón umbilical y enseguida la cubrimos con nuestra propia chaqueta». Cuenta emocionada la policía, que con la tensión del momento, ni siquiera se dio cuenta de si había venido al mundo un niño o una niña.

Madre e hija fueron inmediatamente trasladadas en ambulancia a un hospital cercano, el Santo Spirito, donde se encuentran aún. Ambas presentan buen estado salud. Al salir, les espera una habitación junto a las Misioneras de la Caridad en Primavalle, un barrio a las afueras de Roma. La casa es un centro del Vaticano, gestionado por estas religiosas, donde viven varias mujeres con sus hijos. Se trata de un regalo personal del Papa para esta madre que trajo al mundo a su pequeña en la calle. Había rechazado varias veces la invitación del limosnero papal, monseñor Konrad Krajewski, quien al conocer que estaba embarazada, le había pedido que buscara cobijo en una de las casas de las Misioneras de Madre Teresa. Monseñor Krajewski, el encargado de ejercer la caridad en nombre del Pontífice, visitó a madre e hija a la mañana siguiente y les ofreció la posibilidad de pasar un año entero en esta casa de acogida para madres.

Parece ser que Irene no tendrá la ciudadanía vaticana, aunque nació a escasos metros de la plaza de San Pedro. Así lo explicó, entre bromas, el portavoz del Vaticano, -el padre Federico Lombardi-, quien aseguró que «están rezando por ambas» y que, de momento, no han recibido ninguna respuesta por parte de la mujer al ofrecimiento del Papa.

La madre es de nacionalidad rumana y tiene 35 años. Lleva en Roma pocos meses y tanto ella como su compañero habían vivido antes en Francia y en España, de donde salieron a pie hace cuatro meses hasta llegar a Roma. Tienen otro hijo que nació en nuestro país pero que ahora está en Rumanía. Dicen que quizá acepten el ofrecimiento de Francisco puesto que es por un año entero. Si no, explica el padre de Irene, se marcharán a Inglaterra, para probar fortuna. Su particular huida a Egipto de las garras del rey pobreza.

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