José Ignacio Munilla, comparece para informar sobre el caso de abusos sexuales cometidos presuntamente por el exvicario general Juan Kruz Mendizabal
José Ignacio Munilla, comparece para informar sobre el caso de abusos sexuales cometidos presuntamente por el exvicario general Juan Kruz Mendizabal - EFE

Munilla confirma una nueva denuncia por abusos contra su exvicario y le recluye en un monasterio

La diócesis ha investigado otro «hipotético» caso, que «no ha podido ser confirmado», y llama a que «afloren» nuevas denuncias

San Sebastián Actualizado: Guardar
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El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha dado a conocer este jueves que se ha presentado una nueva denuncia por un caso de supuestos abusos sexuales cometidos en 1994 por el exvicario general de Gipuzkoa, Juan Kruz Mendizabal, que ha sido condenado por el tribunal eclesiástico por otros dos casos de abusos.

La Diócesis ha adoptado un decreto con «medidas preventivas», que incluyen la obligación de que resida en un monasterio y la prohibición de todo contacto con menores, si no es en presencia de otro adulto.

Éste sería el cuarto caso que se le atribuiría al sacerdote, ya que la diócesis ha investigado otro «hipotético» caso, además de la denuncia de este jueves, que «no ha podido ser confirmada», que ahora investigaría la Fiscalía y que se sumarían a los dos casos por los que la Iglesia condenó a Mendizabal a medidas «disciplinares y administrativas».

Las autoridades diocesanas «removieron», además, al exvicario en marzo de 2016, poco después de tener conocimiento de los hechos.

En rueda de prensa en San Sebastián, Munilla ha indicado que «los hechos se han precipitado» desde el pasado martes, cuando la Diócesis hizo público el proceso canónico realizado por el Obispado de San Sebastián a Mendizabal en el que fue declarado culpable de abusos contra dos menores, en grado de «tocamientos deshonestos» que habrían sido cometidos en 2001 y 2005.

Las dos víctimas decidieron hacer público su caso las pasadas Navidades, «habida cuenta de que corrían rumores de la existencia de un tercer caso que, a día de hoy, no ha podido ser confirmado».

En contacto con la Fiscalía

En este sentido, ha explicado que el Obispado «ha realizado las gestiones oportunas para intentar verificarlo sin poder conseguir el testimonio directo del supuesto afectado», a lo que ha añadido que están «en contacto» con la Fiscalía, en cuyas manos ha puesto «los datos recabados», a la espera de que «lleguen diligencias» por la vía civil.

Además, ha puntualizado que la Fiscalía no les ha pedido, «a día de hoy», datos sobre los dos casos ya juzgados canónicamente porque las víctimas pidieron «libremente que su juicio fuera en sede eclesial y no civil».

El prelado donostiarra ha indicado que este mismo jueves por la mañana han presentado ante él una nueva denuncia contra Mendizabal por «hechos similares acontecidos en 1994».

«El denunciante ha manifestado los hechos acontecidos entonces, refiriéndolos con una serie de detalles que les otorga un alto grado de verosimilitud», ha apuntado, para añadir que, aunque tiene «dimensiones distintas» de los dos casos por los que Mendizabal ya ha sido condenado por la Iglesia, está «calificada bajo su misma tipología».

A ello ha añadido que el denunciante «ha manifestado su deseo de presentar su caso, tanto en sede civil como en sede eclesial», por lo que Munilla ya se ha puesto en contacto con el Fiscal General del País Vasco, Juan Calparsoro, «consensuando la forma de llevarlo a cabo». Además, Munilla ha dictado «un decreto con una serie de medidas preventivas» contra Mendizabal, ante la «verosimilitud» de este nuevo caso.

No puede salir sin permiso del obispo

En el mismo dispone «la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal» al exvicario general de Gipuzkoa; su «obligación de residir en un monasterio, teniendo que solicitar permiso al obispo para salir de él», sin que haya querido puntualizar si el mismo está fuera o dentro de Euskadi; la obligación de proseguir su acompañamiento espiritual y su terapia psicológica en curso; así como la «prohibición de todo contacto con menores, si no es en presencia de otro adulto».

El obispo ha aprovechado para pedir que «afloren cualquier tipo de abusos sexuales cometidos contra menores» en el seno de la Iglesia vasca, así como en otros ámbitos, puesto que, a su juicio, «lo acontecido es una gran oportunidad para ello».

Asimismo, ha opinado que «tal paso sería grandemente beneficioso para todos, para las víctimas porque les ayudaría a sanar; para los agresores, porque desenmascara la mentira de su vida y les llama a la conversión: para la Iglesia, porque requiere de nosotros una profunda revisión; y para el conjunto de la sociedad porque estamos ante un problema del que no está exento nadie».

Además, ha asegurado que no tienen «miedo alguno a que algunos sectores vayan a aprovechar esta ocasión para denigrar a la Iglesia en su conjunto» y ha trasladado su solidaridad con las víctimas y sus familias. También ha mostrado su compromiso «inequívoco con la inocencia de la infancia y la adolescencia».

Pide perdón a las víctimas

José Ignacio Munilla ha pedido «perdón» en nombre de la Iglesia a las víctimas y sus familiares, y ha trasladado su «más firme y enérgica condena de toda forma de abuso sexual de menores, mayormente si es cometido por un sacerdote», y ha asegurado que no cejará en su empeño por «tratar con justicia y equidad» todo caso de abusos contra menores, «hasta que este mal esté totalmente erradicado».

Preguntado por los periodistas sobre el hecho de que el pasado marzo, cuando la Iglesia tuvo conocimiento de los dos primeros casos de abusos, no lo pusiera en conocimiento de la Fiscalía, Munilla ha explicado que las dos víctimas les pidieron «sigilo» y declinaron presentar denuncia civil.

A su juicio, lo hicieron, «entre otras causas», al no estar prescritos los hechos en sede eclesial, mientras que en la jurisdicción civil su denuncia «no iba a tener recorrido». Además, ha apuntado que, una vez que estas dos víctimas han hecho públicos sus casos, a través de un comunicado que enviaron a los medios el pasado martes, «liberando» a la Diócesis de su «compromiso de sigilo con ellos», es cuando la Iglesia se ha pronunciado al respecto.

Munilla ha indicado que, en su comunicado, las víctimas ya explicaron que ante rumores de más casos, consideraron que tocaba hacer públicos los suyos «para ayudar a otros posibles casos a que pudiesen salir». Además, sobre posibles nuevas denuncias, se ha limitado a decir que su «deber» es «pedir vehementemente» que, si hubiera más casos, salgan a la luz.

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