Matías Cadaveira: «Los colegios argentinos están obligados, por ley, a integrar a chicos con Asperger»

Psicólogo especialista en autismo y Asperger

Matías Cadaveira, sicólogo argentino autor de un libro sobre el autismo

CARMEN DE CARLOS

Las conciencias argentinas se han sacudido esta semana, después de filtrarse un chat de madres de alumnos que festejaba el traslado de la clase de sus hijos a otra, de un chico con síndrome de Asperger (condición leve de autismo). La noticia desató la polémica sobre la decisión del colegio, la conducta de las mujeres del chat y la política de inclusión en el sistema escolar de estudiantes con capacidades diferentes.

«Al fin una buenísima noticia . Era hora de que se hicieran valer los derechos del niño para 35 y no para uno solo». La opinión de una de las madres del grupo de WhatsApp, estaba ilustrada con emoticones de aplausos y botellas de champán. «Ojalá sea una buena noticia para ese nene y una buena noticia para todos los que peleamos para que nuestros hijos tengan una primaria como se merecen», reflexionó otra. «Un alivio para los nuestros», confeso Claudia Peduzzi , cuyo número de teléfono se hizo público y recibió, «más de 5.000 mensajes con insultos y amenazas », según sus palabras.

El instituto San Antonio de Padua, donde se produjo el caso del cambio de aula del alumno, defendió su decisión pese a producirse apenas cuatro meses antes de que termine el curso. Paola Gómez, la madre del chico Asperger , abandonó en «segundo grado» (su hijo está en cuarto) el chat después de de que escribieran «una barbaridad» sobre su hijo. «Ahora, está angustiado. Le costó mucho tener un grupo de amigos y no quiere perder lo que consiguió», lamentó en declaraciones al diario Clarín.

Tristeza e impotencia

Matías Cadaveira , psicólogo de INECO, Clínica TEA (Transtorno del Espectro Autista) y Asperger, analiza la situación. «Cuando me enteré de la noticia, me produjo mucha tristeza e impotencia. Nos falta mucho como sociedad para ser verdaderamente inclusivos. El retrato de este alumno -observa- es una pequeña foto de lo que nos pasa a diario como sociedad. ¿Qué te pasaría a vos como mamá, como papá si a tu hijo le pasara algo así y encima, quienes debieran acompañarte desde un lugar de igual a igual, festejaran su exclusión?». Autor de « Autismo, guía para padres y profesionales » (Editorial Paidós) Cadaveira advierte: «Hay que despojarse de prejuicios y trabajar para una verdadera educación inclusiva».

¿Cómo valora la decisión del colegio de cambiar, a mitad de curso, de clase al chico con Asperger?

-Es difícil dar una opinión sin estar cerca de la familia ni del niño en cuestión y sin conocer el proceso de inclusión educativa particular. Lo más importante es saber aquello que siente y piensa el chico. Cualquier acto que vaya en contra de sus derechos será considerado discriminación y ese, es el mensaje que nos tiene que llegar como sociedad luego de lo vivido estos días con la viralización masiva de las capturas del grupo de WhatsApp de «mamis».

¿Están los colegios en Argentina preparados para reconocer e integrar un Asperger?

-La Ley 26.378, en su artículo 24, reconoce el derecho a la educación integral de todas las personas con discapacidad, incluyéndose entre éstas las que están dentro del Síndrome de Asperger. Por lo tanto, aquel colegio que sienta que aún no se encuentra capacitado para ser inclusivo, o no tenga voluntad de serlo, tiene la obligación de informarse y capacitar a toda su comunidad educativa. Esta medida incluye, obviamente no sólo a docentes, sino también a padres y alumnos.

¿El acompañante terapéutico en clase es una solución?

-Su incorporación puede ser muy positiva aunque no siempre es necesaria. Si el colegio no tiene una mirada inclusiva, el trabajo a realizar debe ser otro. Cuando hablamos de inclusión educativa, contemplamos a un alumnado diverso. Hay ajustes razonables que cualquier docente debería tener en cuenta a la hora de enseñarle a un alumno con discapacidad. Por eso, no siempre es necesario un maestro de apoyo que acompañe al alumno en sus procesos de enseñanza-aprendizaje.

¿Hay alguna categoría de Asperger que impide al chico, con éste diagnóstico, concurrir a un colegio tradicional?

-Cuando hablamos de Asperger, hablamos también de condiciones del espectro autista. Por lo tanto, hablamos de espectro y no de categorías. El espectro es muy amplio, y una persona, por más que comparta un mismo diagnóstico con otra, no es igual. Encontramos barreras para la inclusión cuando se presentan, además, dificultades serias de comportamiento. Las conductas desafiantes obligan al entorno a comprenderlas para intervenir del mejor modo posible, sin apartar. Pero es necesario dejar claro que el Asperger no va de la mano de conductas violentas. Éstas podrían estar presente en una persona con asperger como en otra persona sin esta condición.

¿Qué señales pueden advertir a las familias, pediatras o maestros de que un chico es Asperger?

-Hay señales de alarma que pueden estar ligadas a la literalidad en el lenguaje, fallos en las habilidad sociales, dificultades de atención, cierta fascinación por algunos temas que los hacen, en muchos casos, dirigir las conversaciones hacia dichos tópicos de interés para sí mismo... Algunos chicos con Asperger tienen dificultades de motricidad fina y disgrafía (mala letra). Las miradas suelen estar puestas en los llamados «déficits» pero, cuando hablamos de Asperger, también podemos hablar de un fuerte sentimiento de nobleza y justicia social. Son amantes de las reglas y de hacer bien aquello «que se debe». Su nivel de lenguaje no suele ser ajustado a su edad y muchas veces resulta sofisticadamente superior. La motivación, marcada por uno o varios intereses, los hace pequeños expertos en dicha materia. Pueden ser arduos buscadores de información y saber, de algunos temas, más que cualquier otro alumno.

¿Existe diferencia entre un Asperger y una personas con autismo?

-Desde el año 2013, el manual de psiquiatría americana (DSM-5) le quitó categoría independiente al síndrome de Asperger por no considerar diferencias notables en relación a los autismos. Es así como el Asperger queda incluído dentro de los TEA (Trastornos del Espectro Autista), siendo tal vez la condición más leve del autismo.

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