Piden jubilarse a los 58 años y no trabajar durante once jornadas seguidas
Piden jubilarse a los 58 años y no trabajar durante once jornadas seguidas

«Las Kellys», las empleadas de limpieza de los hoteles, se asocian para denunciar su precariedad

Han presentado más de 30 denuncias ante la Inspección de Trabajo contra cadenas hoteleras por incumplimiento del convenio

Las Palmas Actualizado: Guardar
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Unas 2.000 empleadas de hoteles han constituido la Asociación «Las Kellys» con el fin de denunciar la precariedad de sus condiciones laborales y reivindicar unas condiciones de trabajo dignas. La entidad, que se ha presentado este miércoles públicamente en Barcelona, aunque se constituyó en marzo, agrupa a las mujeres que atienden y limpian las habitaciones de los hoteles y apartamentos.

Después de aguantar muchos años en el más absoluto silencio, «las Kellys» han puesto las cartas de sus reivindicaciones sobre la mesa. Cada día limpian una media de 30 habitaciones para una jornada que muchas veces excede lo que marca la ley. Lo que era un carrito de la limpieza ahora es todo un carro de combate que arrastran por los pasillos y que pesa 100 kilogramos con hasta once jornadas sin descansar.

Y, ese peso, sin contar con la aspiradora. Por eso, piden jubilarse a los 58 años. Porque, a partir de esa edad, están quemadas. También piden vincular la categoría de los hoteles con la calidad de trabajo que generan.

Denuncian que «está siendo fácil explotarlas porque la situación ha empeorado mucho estos últimos años»

El turismo es un negocio intensivo que nunca cierra. Si alguna «Kelly» cae enferma, otra tiene que sustituirla. No vale cualquiera para limpiar una habitación y cuidar los detalles de una estancia. Las decisiones se adoptan de forma inmediata. Porque las limpiadoras conocen cómo funcionan las habitaciones y el tipo de cliente que se aloja. En el caso de Canarias, dicen que los clientes más deseados son los peninsulares por honestos y por limpios.

Pero, una cosa es el tipo de cliente y otro el tipo de trabajo. No vale cualquiera para un empleo que tiene además una particularidad: el turista no puede percibir que se está de mal humor. Este ritmo de trabajo repetitivo origina enfermedades como el síndrome del túnel carpiano, habitual en deportes como ciclismo, pádel o halterofilia.

«Las Kellys» han surgido por la presión que tienen desde la dirección de los hoteles por varias razones. Entre ellas, denuncian que se están produciendo descuidos en la calidad del servicio de los hoteles y porque rechazan que se se les presione para que limpien y ordenen las habitaciones a un ritmo superior de carga que les parece imposible.

Más de 30 denuncias

Desde marzo, la Asociación Las Kellys ha interpuesto más de 30 denuncias ante la Inspección de Trabajo contra cadenas hoteleras y empresas externas por incumplimiento del convenio del sector, así como más de 15 denuncias en los juzgados contra cadenas hoteleras y empresas externas por vulnerar los derechos laborales e incumplir la normativa laboral.

La Asociación «Las Kellys», presidida por Myriam Barros, denuncia que las camareras de piso son unas trabajadoras a las que está siendo fácil explotar porque la situación ha empeorado mucho estos últimos años.

Ente otras demandas, piden que el número de personal contratado sea directamente proporcional al número de habitaciones de los hoteles y apartamentos de cada establecimiento. Este factor es muy importante porque tienen con el paso del tiempo trastornos musculares por cargar con productos o empujar esos carros de limpieza que se ven en los pasillos.

ABC
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Por ello, piden que sean tratados por las mutuas de accidentes laborales y no sean pagados por la Seguridad Social, «puesto que son una directa e inevitable consecuencia de la carga de trabajo a la que las camareras de piso están sometidas a diario», indica Miriam Barros, jefa del pelotón de Kellys de Canarias con base en Lanzarote.

Francisco Rivera, uno de los mayores expertos en prevención de riesgos laborales en España, indica a ABC que «la defensa de este colectivo, que siempre ha estado en silencio, es una tarea pendiente de la industria del turismo» porque «las camareras de piso, las que limpian, son el corazón del sistema y proyección de la correcta imagen del turismo de España en el mundo». A su juicio, «las autoridades y Exceltur deben inventar ya una mesa técnica o algo para afrontar este problema porque puede ser una gangrena digital en la promoción del destino, una especie de 15-M en el negocio hotelero».

Piden que el número de personal contratado sea directametne proporcional al número de habitaciones

En Canarias, donde hay unas 30.000 personas en este sector, comenzaron en silencio en Lanzarote. Saltaron a Fuerteventura y antes de llegar a Gran Canaria ya estaban presentes en Benidorm, Barcelona, Madrid y Baleares, punto original y donde hay 40.000 mujeres trabajando. Las movilizaciones se están produciendo ante los hoteles y entregando documentación en los establecimientos cuando las condiciones no mejoran.

En la agenda de esta plataforma de mujeres que limpian y atienen las habitaciones figura trasladar su situación a autoridades europeas; pero, en especial, a los clientes, a los turistas. «Que, desde la prudencia y sin dañar al destino España, sepan qué hacemos y cómo lo hacemos para que su experiencia de visitar nuestro país sea siempre positiva y genere un recuerdo bonito y socialmente responsable», señala Barros.

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