«Mi jefa me despidió cuando le dije que mi novio me estaba vigilando y controlando»

CSIF denuncia que todos los días pierde su trabajo una víctima de violencia de género

Miguel Muñiz

ABC

Todos los días al menos una mujer se ve obligada a dejar su puesto de trabajo por sufrir violencia de género , ha denunciado el sindicato CSIF, que ha presentado este viernes un proyecto para detectar posibles víctimas de maltrato en el ámbito laboral con el apoyo de delegados sindicales especializados.

Según ha explicado la secretaria de Igualdad del sindicato, Marian Mur, en cinco años se han computado 1.348 contratos de sustitución de mujeres víctimas de maltrato, «que sólo son la punta del iceberg» de los miles de casos de trabajadoras que sufren maltrato y que no se visibilizan, informa Efe.

En este sentido, ha lamentado que no haya estadísticas de mujeres maltratadas en el ámbito laboral que ayudarían a visibilizar y actuar contra estas situaciones, ni de cuántas víctimas han tenido que pedir traslado de su centro de trabajo o reducir jornada por ese motivo, por lo que la responsable de CSIF ha defendido la urgencia de que exista ese apoyo y orientación para la trabajadora afectada al menos a través de ese delegado sindical.

Durante el encuentro informativo, varias víctimas de maltrato han explicado sus historias personales y han reclamado mayor formación sobre violencia de género para los profesionales que intervienen en sus procesos de denuncia, un paso que han definido como complicado si no se acompaña a la víctima.

Porque puede pasar que una víctima de violencia de género comunique su situación o ésta se intuya y acabe despedida. «Empecé a trabajar. Él me acompañaba, me dejaba en la puerta y me venía a buscar. Me puso un localizador GPS en el móvil para saber dónde estaba en cada momento. Un día a mi jefa le comenté más o menos cuál era la situación. Le dije que mi novio me vigilaba. Al día siguiente tenía en la mesa una carta de despido », ha contado Jessica, superviviente apoyada por AIVIG, informa Ep.

También hay entornos laborales que reaccionan bien, como el de Sandra, a quien un hombre estuvo maltratando ocho años. «Tú lo normalizas y no eres consciente de lo que te pasa. Mi estado al llegar al trabajo no era normal, llegaba tarde, con ansiedad y recién de algún episodio. Empecé a comentar algo a una compañera y me dijo que fuese al servicio de atención a mujeres para ver si lo mío era normal. Y no lo era», ha señalado.

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