Houseng Lee, nuevo presidente del IPCC
Houseng Lee, nuevo presidente del IPCC - AP

CUMBRE DEL CLIMAEl presidente del IPCC: «Tenemos los medios para prevenir el cambio climático, necesitamos la voluntad»

Houseng Lee es un hombre que no se presta a muchas entrevistas. Dos meses después de ser elegido para dirigir el trabajo de los climatólogos, responde a ABC antes de su llegada a París para tratar un acuerdo clave sobre el futuro del planeta

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Hoesung Lee (Corea del Sur, 1945) fue elegido el pasado octubre presidente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, ocupando el puesto que unos meses antes quedó vacante por la dimisión del indio Rajendra Pachauri. Desde entonces este economista, que desde 2008 era vicepresidente del IPCC, se afana en guiar el trabajo de miles de científicos sobre un tema que se ha convertido en asunto de máximo interés y preocupación para las grandes potencias mundiales.

-¿Qué siente ante tal responsabilidad?

-Para mí es una oportunidad de trabajar con nuestros Estados miembros y con los demás miembros del Bureau del IPCC para hacer la organización más inclusiva, por ejemplo, mejorando la participación de los países en desarrollo en nuestro trabajo.

Tenemos que atraer a más científicos de los países en desarrollo, por una razón, porque muchas de nuestras lagunas en el conocimiento sobre el cambio climático son a nivel regional en el Sur. Aunque siempre habrá más que aprender sobre el cambio climático, me gustaría que el IPCC dé mayor protagonismo a las soluciones. En ese sentido estamos buscando más formas de trabajar con la comunidad empresarial. Y me gustaría ver al IPCC comunicarse con mayor claridad, para que sus informes sean accesibles a los no especialistas y más relevantes para todos los grupos de interés.

-Su primer gran discurso tendrá lugar en la Cumbre del Clima de París. ¿Cuál será su mensaje al mundo?

-Va a tener que escuchar el discurso... Será corto. Un mensaje será para recordar a los negociadores que se embarcan en esta crítica e importante conferencia las principales conclusiones de nuestro último informe. En pocas palabras, y aun a riesgo de simplificar demasiado, diría que sabemos que estamos calentando el clima y que nos enfrentamos a graves consecuencias si no lo detenemos; que podemos crear más empleo, menos pobreza y una mejor calidad de vida si prevenimos el cambio climático; y tenemos los medios, solo necesitamos la voluntad. Otro mensaje será reafirmar la voluntad del IPCC de seguir trabajando con ellos para que la política climática pueda seguir teniendo una base científica sólida.

-¿Qué espera de esta cita?

-El IPCC es un observador en la conferencia, no una parte negociadora. Así que no es apropiado que yo haga comentarios sobre un probable resultado. Pero puedo decir que estoy esperanzado por las numerosas medidas de política climática adoptadas a nivel nacional y local en los últimos años, así como el gran número de países que han anunciado sus contribuciones nacionales para un futuro acuerdo. El IPCC ha trabajado duro con la Convención de Naciones Unidas del Cambio Climático para informar a los negociadores de los detalles de nuestros resultados, por lo que tengo la esperanza de que llegaremos a un buen acuerdo, aun cuando pueda ser visto como el primer paso en el camino.

-¿Y si París fracasa?

-Prefiero no especular, sobre todo cuando conoceremos el resultado dentro de dos semanas.

-¿Cree que la meta de los 2ºC sigue siendo un objetivo factible?

-Este es un objetivo que fue acordado por los gobiernos, no establecido por el IPCC, cuya función es proporcionar información relevante para los políticos pero no prescribir políticas. En consecuencia, en nuestro último informe hemos analizado muchos escenarios que conducirían a contener el aumento de la temperatura en 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para finales del siglo, así como aumentos mayores. Y hemos visto que la meta de los 2ºC es factible, pero cuanto más tiempo tardemos en tomar las medidas que son necesarias, más difícil será.

-Es un momento favorable para el acuerdo, con el impulso de los informes del IPCC, la encíclica del Papa, algunos movimientos económicos... ¿Esto ya camina solo o sigue siendo importante el proceso internacional?

-El proceso internacional es esencial. La atmósfera no tiene fronteras, es una sola para todo el planeta. Los gases de efecto invernadero que emitimos en Corea afectarán el clima en España, y viceversa. Así, mientras que las respuestas al cambio climático que ya está ocurriendo o está programado para ocurrir en los próximos años -lo que llamamos adaptación- siempre serán locales, las medidas para prevenir el cambio climático reduciendo o deteniendo las emisiones -la mitigación- deben ser coordinadas a nivel global.

-Usted es economista. ¿Cree que es importante fijar un precio internacional del carbono y crear un mercado único de CO2?

-La economía nos dice que poner precio al carbono ayudará a hacer más transparentes los costes de las emisiones de gases de efecto invernadero, para que así podamos tomar las medidas adecuadas. ¿Cómo se hace eso? Es una pregunta para los políticos. Hay diferentes maneras de establecer un precio, por ejemplo, un impuesto sobre el carbono o un sistema basado en el mercado, como el sistema europeo de comercio de emisiones. Cada país puede aplicar el método que considere más apropiado para cada uno. Y los gobiernos pueden preferir coordinar los precios nacionales o regionales en lugar de crear un único mercado global, que es posible, pero más difícil desde una perspectiva institucional.

-¿Es peligroso abordar el cambio climático desde una perspectiva puramente monetaria?

-Si con eso se refiere a centrarse exclusivamente en los costes de la acción, la respuesta es sí, es peligroso. ¡Claro que hay costes derivados de actuar para combatir el cambio climático! El IPCC ha demostrado que una acción ambiciosa para luchar contra el cambio climático podría retrasar el crecimiento económico que tendríamos en 2050 en cerca de año o año y medio. Enfrente hay que establecer los costes de no actuar (impactos del cambio climático sobre el suministro de alimentos, aumento del nivel del mar, el clima extremo, etc). Y debemos contar también con los beneficios de actuar, como la mejora de la salud pública, algo en lo que vale la pena invertir en cualquier caso. Pero yo iría más lejos. Un mundo bajo en carbono con un clima estabilizado será muy diferente a la economía que hoy conocemos. Este será un mundo de nuevas oportunidades económicas, nuevas tecnologías, nuevos puestos de trabajo. Y su pregunta plantea otra cuestión. El cambio climático no es solo una cuestión monetaria, sino que plantea cuestiones de gran alcance de ética, equidad y justicia. Estas preguntas también las examina el IPCC en su último informe, pues teníamos un filósofo de Oxford en nuestro equipo de autores. Y pienso que este es el origen del interés del Papa Francisco en el cambio climático.

-Muchas oficinas meteorológicas alrededor del mundo advierten ya de que 2015 y 2016 van camino de ser los años más cálidos desde que hay registros -empujados por el fenómeno de El Niño-, acelerando el ritmo de calentamiento y que esto da por finalizado el llamado hiato o pausa climática. ¿Usted qué opina?

-Seamos claros: no hay hiato. Como ya dejó claro el IPCC en su informe, cada una de las tres últimas décadas ha sido, sucesivamente, más cálida que cualquier década anterior desde 1850, y en el hemisferio norte, el periodo 1983-2012 fue probablemente el período de 30 años más cálido de los últimos 1.400 años. La idea parece haber surgido porque los datos citados en el informe muestran que la tasa de aumento de la temperatura entre 1998 y 2012 casi se niveló. Pero el informe deja claro que, además de este robusto calentamiento multidecadal, también hay una variabilidad decadal y anual sustancial, y esta tendencia se ve afectada por el año de inicio: 1997 y 1998 fueron años con episodios fuertes de El Niño. Mientras tanto, la Organización Meteorológica Mundial acaba de anunciar que es probable que 2015 sea el año más caluroso de la historia, debido a una combinación de un episodio fuerte de El Niño y del calentamiento global inducido por el hombre.

-¿En qué debe centrarse el próximo informe del IPCC?

-El IPCC producirá otro informe de evaluación dentro de entre cinco y siete años. Mientras tanto haremos informes especiales sobre temas específicos de interés, que serán discutidos en nuestra próxima reunión anual, en abril. Uno de los principales retos de la ciencia del clima es ampliar el conocimiento a escala regional, por lo que es probable que esos impactos regionales sean los protagonistas tanto del sexto Informe de Evaluación como de los informes especiales.

-Al IPCC se le ha criticado y se le ha acusado de ser laxo en la revisión de algunos datos. ¿Cree que el IPCC necesita reformas?

-Esta es una buena pregunta. Hay que tener en cuenta la forma en que el IPCC se organiza para producir sus informes. Cada informe pasa por varias etapas de elaboración repetida y revisión por parte de los autores, y al final el resumen del informe para responsables de políticas se aprueba en un diálogo entre los científicos que lo escribieron y los gobiernos que lo solicitaron y trabajarán con él. Este largo proceso sustenta la calidad del trabajo del IPCC. Pero también significa que no se puede actualizar si un nuevo estudio sale una vez que se ha finalizado un informe. Lo que podemos hacer es considerar los nuevos estudios en el próximo informe. En la práctica, cada informe del IPCC es una actualización de los anteriores.

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