Universidad de Navarra

Cuidados paliativos en África, menos programas en todo el continente que en solo Reino Unido

África usa 1 miligramo de medicamento opioide por persona y año, mientras que Europa emplea 120 miligramos

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En todo el continente africano hay menos programas de cuidados paliativos que un solo país occidental como Reino Unido. En concreto, son 648 frente a 969. De los de África, más de 450 se concentran en tan solo tres países, mientras que el resto tiene menos de una decena.

Son datos extraídos de dos nuevas publicaciones, presentadas ayer, sobre la situación actual de los cuidados paliativos en África y en los países árabes del Mediterráneo oriental, cuyo estudio ha sido dirigido por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra.

En la región del Mediterráneo oriental, la situación no es mucho mejor. Los servicios de cuidados paliativos de 15 países (entre los que se encuentra Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Pakistán o Marruecos, entre otros) suman poco más de un tercio del total de los que existen en España: 109.

«No teníamos nada para ofrecer a nuestros pacientes», reconoció ayer Hibah Osman, directora ejecutiva del Centro Libanés de Cuidados Paliativos-Balsam, a quien le marcó el caso de una mujer que acabó suplicando por no ir al hospital, pero a la que tampoco podían cuidar en casa. Apenas podían controlar su dolor en la fase final de su vida.

De hecho, otro de los problemas que reflejan los «Atlas de Cuidados Paliativos» en África y el Mediterráneo oriental es la falta de morfina. En el continente africano utilizan de media 1 miligramo de medicamento opioide por persona y año, y en los países árabes mediterráneos 4,5 miligramos. La comparativa con Europa, donde se emplean 120 miligramos, es clarificadora. En Uganda, por ejemplo, han acabado por producir su propio opioide, e incluso han llegado a autorizar a las enfermeras a que lo receten, ya que los médicos no llegan a cubrir las necesidades de los enfermos.

«¿Cómo es posible que algo tan barato como la morfina no llegue? Hay distintas explicaciones. Una de ellas es la opiofobia, el miedo que tenemos a los opioides que en el fondo traduce el miedo que tenemos a morir», dijo el investigador principal del Programa ATLANTES, Carlos Centeno. Un factor al que añadió que los sistemas de salud no funcionan bien, y la educación. «Falta enseñar a los médicos a manejar la morfina, tenemos que hacer los deberes en las facultades de Medicina».

Ahora, los expertos temen que la disminución de la financiación para el sida, que llevó aparejado en África el impulso de esta especialidad, sea un problema para seguir financiando los programas de paliativos.

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