Harmony or de Seas

El crucero de superlujo más largo que la Torre Eiffel

Recién inaugurado, el marcrobarco de Royal Caribbean cuenta con su propio Central Park, pistas de atletismo y un bar robotizado

Barcelona Actualizado: Guardar
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El sueño de todo crucerista se ha hecho realidad con la presentación oficial del último macrobarco de la naviera estadounidense Royal Caribbean. Este titán de los mares partió el domingo pasado de Barcelona para un viaje inaugural de 48 h. con más de 4000 invitados a bordo antes de comenzar la que será su ruta normal durante este verano con cruceros de siete días con escalas en Palma de Mallorca, Marsella, La Spezia, Civitavecchia y Capri. Después se trasladará a Florida para navegar por el Caribe durante la temporada de otoño/invierno.

Dos años y medio de tareas de construcción a cargo del astillero francés de STX de Saint Nazare y un presupuesto estimado de 1,5 billones de dólares (1500 millones de euros) han sido necesarios para rematar un barco colosal en el que sus cifras lo dicen todo: 362 m. de eslora; 65,7 m.

de manga; 9,1 m. de calado y casi 227.000 toneladas de peso para un coloso que puesto en vertical superaría en altura a la Torre Eiffel (324 m) y al Burj Al Arab de Dubai (320 m) dejando atrás todos los registros de grandes barcos de la historia incluido su hermano el Allure of the Seas.

Sin dejarse ni un detalle por pulir, el Harmony of the Seas cuenta con internet de alta velocidad, pulseras para los pasajeros que se asemejan a smartwatches y un total de 2.747 camarotes de diferentes categorías, lo que permite una ocupación máxima de 6.780 pasajeros sin contar a los 2.100 tripulantes. Las cabinas más básicas son interiores pero provistas de balcones virtuales que simulan vistas al mar en tiempo real mientras que los más exclusivos son lofts de dos plantas con amplias terrazas y servicio de mayordomo 24 h. al día.

Música en vivo

Sus 18 cubiertas para pasajeros se conectan entre sí mediante 24 ascensores acristalados y comprenden siete vecindarios de los que destacan sobre todo el Boardwalk, una especie de avenida en la que se ubican varios bares y boutiques de lujo, y el Central Park Park, un espacio al aire libre con plantas, árboles, restaurantes y cafés.

Una vez embarcados, cada día los pasajeros tienen ante sí una apabullante oferta de actividades de ocio a su alcance empezando por una completa agenda de espectáculos de música en vivo, actuaciones de cómicos, demostraciones de patinaje sobre hielo o un impactante show de acrobacias en el agua en el llamado AquaTheather. Además, durante esta temporada cada día se representa el musical «Grease» en el teatro principal exactamente igual que en Broadway.

Para los momentos de tranquilidad están los solariums repletos de tumbonas junto a distintas piscinas y jacuzzis y también el spa eligiendo algún sofisticado masaje con piedras aromáticas, por ejemplo, o un ritual facial con oro de 24 quilates. Previa reserva, hay también terapias de acupuntura o tratamientos de blanqueamiento dental. Si apetece hacer algo de deporte, el gimnasio es espectacular e incluye hasta una pista de atletismo con vistas 360º.

Actividades de ocio

En el barco en el que todo es posible se puede también patinar sobre ruedas, jugar al golf o al basket, entrenar en un cuadrilátero de boxeo y, por supuesto, participar en clases dirigidas de yoga, pilates o spinning. Para los más activos, varias propuestas se encargan de subir los niveles de adrenalina ya sea practicando surf en un simulador Flow Rider, tirándose en tirolina desde la cubierta 16 a la 6 o deslizándose por The Perfect Storm, el trío de toboganes de agua, o The Ultimate Abyss, el tobogán seco más grande construido nunca en un barco a más de 42 m. de altura sobre el nivel del mar. Para los más pequeños también hay todo un parque acuático interactivo y un millón de actividades adaptadas a distintas edades, algunas de ellas con la participación de los personajes más famosos de DreamWorks como Shrek o Kung Fu Panda.

A la hora de comer o cenar, se puede elegir entre 23 restaurantes, cada uno con un estilo y una temática. Los hay más o menos informales para ir a tomar un snack entre horas o para una cena elegante. De ellos, ocho son de especialidades y destacan sobre todo el japonés Izumi Hibachi & Sushi, el mexicano Sabor Taquería y Tequila Bar, el Wonderland Imaginative Cuisine (en el que todo recuerda al universo de Alicia en el País de las Maravillas) y, sobre todo, el Jamie’s Italian, cuya carta y puesta en escena ha corrido a cargo del ultrafamoso chef británico Jamie Oliver.

Por haber hay todo lo y todo está incluido en el precio: pizzas, hot-dogs, hamburguesas, pequeños bocados de fusión californiana y asiática, costillas a la brasa, delicattesen francesas, dulces y helados de todos los tipos e incluso también hay un Starbucks. Y, para animar las veladas: casino, discoteca, un bar que sube y baja como un ascensor o el más impresionante todavía Bionic Bar, donde no hay barmans sino brazos robotizados que preparan los cócteles que se piden a través de una tablet.

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