Una joven con un «bebé virtual»
Una joven con un «bebé virtual» - REUTERS

Los «bebés virtuales» no disuaden a las adolescentes de querer tener un hijo de verdad

Un estudio en Australia revela que los programas de prevención de la maternidad adolescente en los que se usan simuladores de bebés no son eficaces

Madrid Actualizado: Guardar
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Es una idea interesante: concienciar a las adolescentes de lo duro que resulta tener un bebé mediante un programa de prevención contra el embarazo temprano. La herramienta estrella consiste en cuidar de un «bebé virtual» que cuenta con las mismas necesidades que un recién nacido. Sin embargo, ha resultado ser un fracaso.

Un estudio de control sobre la inciativa, publicado en la revista The Lancet, ha revelado que el programa llevado a cabo en Australia occidental no ha dado los resultados previstos, a pesar del realismo de los muñecos -a los que las chicas tenían que cuidar durante el fin de semana-, que realizan actos «humanos» como llorar, eructar o comer.

Los expertos realizaron un seguimiento a más de 1.000 adolescentes desde los 13-15 años hasta los 20, y hallaron que las niñas que se habían sometido al programa de crianza virtual infantil, en más de 50 escuelas, se habían quedado embarazadas o sufrieron un aborto en un mayor porcentaje que aquellas que no acudieron al programa.

En concreto, al llegar a los 20 años el 8% de las chicas habían dado a luz al menos una vez, y el 9% había abortado. Cifras superiores a las registradas por las adolescentes que no tomaron parte del programa del bebé simulado, solo un 4% tuvo un hijo y un 6% abortó.

Solo para chicas

Las clases incluían otras actividades como la visualización de un vídeo donde madres adolescentes explicaban su situación. Los docentes también las instruyeron en educación sexual, así como en los medios anticonceptivos existentes y en el coste financiero de tener un bebé como medida disuasoria.

Las conclusiones del estudio recogieron que el programa no funcionó porque la iniciativa se centró exclusivamente en las niñas y no en los chicos que, como es evidente, tienen la misma responsabilidad que ellas en los embarazos.

Por otra parte, se señala que realizar estos programas en la escuela secundaria, es inutil porque es demasiado tarde, la educación sexual debería comenzar antes, incluso en la infancia. Y, por último, el fracaso se puede explicar porque los simuladores de bebés no pueden trasmitir en realidad cómo es la agotadora tarea de criar a un bebé.

En todo caso, para disminuir los embarazos en adolescentes, como resalta la investigación, es necesario fijar la atención en la educación de los menores más vulnerables con pocos recursos económicos.

Desperdicio de recursos

Este tipo de programa se ha llevado a cabo en más de 89 países, incluyendo Estados Unidos, uno de los países con la tasa más alta de embarazos adolescentes.

Ahora, los paises con economías medias y bajas están empezando a utilizar sus recursos para afrontar el problema de la maternidad de adolescentes. Pero los investigadores del estudio de control en Australia advierten que llevarlos a cabo supone un desperdicio de los recursos públicos teniendo en cuenta los resultados del país australiano.

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