Entrevista

Anna Muzychuk: «Es triste perder títulos, pero mucho más tu dignidad»

La triple campeona mundial de ajedrez renunció a defender sus medallas por no jugar en Arabia Saudí y sentirse una «ciudadana de segunda». Ahora da conferencias de igualdad

Anna Olegivna Muzychuk es una gran maestra de ajedrez ucraniana José Ramón Ladra
Federico Marín Bellón

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En unos días voy a perder dos títulos de campeona mundial, uno tras otro, solo porque he decidido no ir a Arabia Saudí...». Estas líneas encabezaban el escueto anuncio en Facebook de la ucraniana Anna Muzychuk, triple campeona del mundo, convertida en abanderada de la igualdad tras negarse a sentirse «una criatura de segunda». Un gesto valiente que la ha convertido en una celebridad. El jueves partició en Madrid en el evento «Mujeres que brillan».

—Seguro que no esperaba esta repercusión, pero ¿se arrepiente ahora?

—En ningún momento. Sí tuve miedo de quedarme sola, sin apoyos, porque nunca fui a la televisión ni a la prensa. Lo escribí en Facebook y de repente había 170.000 me gusta, se compartió 70.000 veces, tenía 30.000 comentarios... Siguen llegando mensajes, en privado más, algunos de países musulmanes. Cuando fui campeona no tuve esta repercusión. Gracias a esto la gente ha sabido que gané varios títulos, pero lo importante es el movimiento que puede crear. Algunos se acercan a darme las gracias. Me encanta. Me hace ver que vale la pena lo que hago. Es duro y triste perder títulos mundiales, pero mucho más triste es perder tu dignidad.

—Ahora parece tener más responsabilidades que cuando era campeona.

—Soy consciente de que mis palabras van a ser oídas y de que todo lo que diga tiene trascendencia. Voy a intentar ayudar, pero sigo siendo ajedrecista, no política.

—¿Se ve danto el salto en el futuro?

—Por ahora no. Podría aumentar mi dedicación, pero soy jugadora.

—Algunos la han criticado porque para las ajedrecistas de estos países es importante la apertura que supone organizar allí campeonatos.

—Arabia Saudí tiene pocas jugadoras. Es verdad que se pueden ver favorecidas de alguna manera, pero creo que mi decisión las ayudará mucho más. No hay que olvidar que es un asunto económico. La Federación Internacional (FIDE) fue allí por dinero. Me encanta que haya avances en Arabia, co­mo permisos de conducción, pero no es suficiente. No hay igualdad entre hombres y mujeres.

«Es un juego muy interesante y enseña a ser más disciplinado, mejorar la concentración y la memoria, ayuda en el cálculo, a tener más creatividad...»

—¿Por qué la FIDE elige sedes como Irán y Arabia Saudí?

—Por dinero. Hay mayores premios para los jugadores y mayores beneficios para la federación. Olvidan a las mujeres y los derechos humanos.

—¿Falta unión entre las ajedrecistas?

—En Arabia Saudí a las jugadoras les dieron un documento en el que decían que habían recibido un trato excelente. Las alojaron en una suite, las llevaron a restaurantes de lujo, las trataron muy bien y luego les pedían que firmaran. Muchas aceptaron, pero hay que recordar que un 40% de la élite masculina no acudió y varias mujeres tampoco. Hubo más renuncias masculinas porque los hombres tienen más torneos y mejores premios. Este era una excepción para las mujeres. Cuando gané el último Mundial recibí ocho veces menos de lo que han dado ahora. Eran premios desorbitados y hay que ponerse en el papel de las otras chicas. Yo siempre he respetado las decisiones de todas. Nunca las he criticado. Es comprensible que con tanto dinero y con menos competencia era una gran oportunidad.

—¿Cómo recuerda su infancia y sus primeros pasos en el ajedrez?

—Mis padres son entrenadores de ajedrez, pero cuando eres pequeño no puedes entrenar seis horas, obviamente. Sabían hacerlo de manera gradual, que te sintieras atraída por el juego.

—No las sacaron del colegio, como a las hermanas Polgar.

—Siempre hemos defendido ir al colegio. Yo estudié en la universidad de Deporte. Pudimos combinar el colegio con el ajedrez, aunque a veces nos saltábamos clases. Pero las Polgar son admirables. Judit es un modelo.

«Nunca he criticado a ninguna. Con tanto dinero y con menos competencia, era una gran oportunidad»

—Ella solo quería jugar contra hombres, como Hou Yifan.

—Yo también quiero jugar más contra hombres para mejorar y, de hecho, nos han propuesto un duelo muy interesante contra Karpov. Ganó a Yifan (número uno entre las mujeres)en ajedrez clásico, pero nosotros jugaremos partidas rápidas y ahí tengo posibilidades, aunque él es favorito.

—Es una pregunta tópica, pero ¿cuándo jugarán igual hombres y mujeres?

—Siempre hubo más entrenamientos y recursos para los hombres y en ajedrez es muy importante la resistencia. Entreno una hora y media mi estado físico tres o cuatro días a la semana y mis resultados han mejorado. Los hombres tienen ventaja en esto. Aún es importante que haya torneos femeninos, pero esa tradición se está recortando. Espero que cada vez se jueguen más partidas entre mujeres y hombres.

—¿Es realmente bueno jugar al ajedrez para los niños?

—Yo animo a los niños y las niñas a jugar al ajedrez, porque es un juego muy interesante, que te enseña muchas cosas buenas: ser más disciplinado, mejorar la concentración y la memoria, te ayuda en el cálculo, a tener más creatividad...

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