El agua del grifo, de calidad en el 90% de los municipios

La percepción del español es más negativa de la que muestran los análisis: los peores resultados salen en el Levante y Andalucía

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No solo hay diferencias abismales en el precio del agua entre ciudades en España, como atestiguan las asociaciones de consumidores. La disparidad se concentra también por zonas en la calidad del agua que se consume. Por eso, en muchos lugares los habitantes se ven abocados a tomar agua embotellada (lo que eleva la factura doméstica a alrededor de 900 euros al año) por las características de mineralización y dureza de la que sale del grifo. Aunque, en general, según un completo estudio que elaboró la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), en el que comparó el agua de 62 municipios distintos, el 89% de esos rincones disponen de agua del grifo segura y de calidad, aunque la percepción de sus habitantes no es esa y se compra «demasiada» agua en el supermercado.

De acuerdo con el mismo informe, las ciudades han hecho un gran esfuerzo por mejorar el suministro del agua, y aunque goza de mala prensa en lugares como ciudades del Levante, Almería y Zaragoza, la OCU asegura que la mayor parte de los abonados tienen la posibilidad de utilizar agua con plenas garantías. De ello se congratula también el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que da por «apta para el consumo» el 99,3% de las muestras analizadas en el informe más reciente del Sinac (Sistema de Informaciónd e Aguas de Consumo), organismo que vela por el control sanitaria del agua de consumo humano. «La práctica totalidad del muestreo se ajusta a conformidad con los parámetros fijados por la legislación», concluye.

Sin embargo, según las encuestas, la percepción de los españoles es que el agua no es lo suficientemente buena, y de acuerdo con el informe de la OCU, el consumo de agua embotellada no ha dejado de crecer. Estas suspicacias estarían justificadas, dicen los expertos que elaboraron ese análisis en 2014, en «pocos casos», siempre también dependiendo de la fuente de aprovisionamiento más cercana, como pantanos y desaladoras. A eso hay que añadir, dice la OCU, que la fontanería de la casa o comunidad de vecinos puede alterar la calidad.

En la comparativa de la OCU, de las 62 muestras de agua recogidas en la red de hogares, presentaban problemas 7 de ellas, con deficiencias variadas: en Palma, el problema fue la presencia de nitratos; en Ciudad Real se detectaron triahalometanos; y el recuento de indicadores de contaminación fue alto en Huelva, Barcelona, Arándiga (Zaragoza), Logroño y Lebanza (Palencia). Los analistas encontraron aerobios y coliformes en las cuatro primeras localidades citadas (Palma, Ciudad Real, Huelva y Barcelona), y E.coli en la última palentina, el caso «más preocupante» de cuantos analizó el laboratorio, pues puede causar poblemas de salud.

Los expertos señalan que en localidades pequeñas el agua suele estar peor controlada que en las grandes, aunque va por zonas, como se comprueba en un breve repaso por algunas regiones.

Aragón

Zaragoza lleva décadas tratando de resolver los problemas de calidad de su agua del grifo, que hace años ya convirtieron a esta capital en la urbe aragonesa con un mayor consumo per cápita de agua embotellada. El problema del agua local es su alta presencia de sales -se alertó hace años por una elevada presencia de trihalometanos-. Aunque no está en duda su potabilidad, sí que se lleva décadas incidiendo en la conveniencia de mejorar esos indicadores, tanto en beneficio de la salud de los consumidores como del paladar, informa R. Pérez.

Comunidad Valenciana

El agua en Valencia tiene un sabor característico, marcado por la presencia de nitratos, la dureza y el gusto a cloro. Sin embargo, el agua de la zona es la más recomendada por los cocineros para hacer la tradicional paella. La empresa suministradora Global Omnium ha implantado un sistema de electrodiálisis reversible y carbón granular para eliminar los nitratos, plaguicidas y compuestos orgánicos. El mecanismo, puesto en marcha en una planta en Gandía suministra agua blanda, informa A. Caparrós.

Baleares

En los años 80 del pasado siglo, la mayoría de habitantes de Palma dejaron de beber agua corriente por su «mal sabor». En la actualidad una parte significativa de palmesanos ha regresado a sus orígenes, informa J. M. Aguiló. La Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya) lo confirma. El agua que llega hasta los hogares no sólo es apta para el consumo, sino también «agradable». La situación es diferente en municipios del norte de la isla, donde la concentración de nitratos desaconseja que se consuma. En Ibiza y Menorca se sigue consumiendo de forma regular agua embotellada.

Castilla y León

La región tiene agua adecuada para su consumo gracias al aumento tanto de zonas de abstecimiento -más de 2.00- como de infraestructuras. Entre los problemas puntuales destaca la aparición de arsénico. La salinización del agua, achacada a las prácticas agrícolas, son cada vez menos habituales, destacan los informes anuales de la Junta. El estudio más reciente concluye que Segovia, Palencia y Valladolid son las provincias con mayor porcentaje de clorimetrías inicial adecuadas. En cambio, las de Zamora y León son los que más problemas de cloro en el agua presentan, informa J. M. Ayala.

Cataluña

En Cataluña, el consumo de agua no presenta grandes problemas, aunque en determinadas poblaciones con mucha población sí que se nota peor calidad y allí se suele tomar más agua embotellada. En Barcelona el sabor del agua puede variar considerablemente de un distrito a otro, aunque en los últimos años reina la sensación de que ya no es tan «mala», informa A. Cabeza.

Castilla-La Mancha

La calidad del agua en Toledo puede calificarse de buena. El suministro de la mitad de la provincia proviene del embalse de Picadas, sito en la Comunidad de Madrid. Además, existen varias potabilizadoras. Aunque la cosa también va por barrios, y gustos, informa M. Moreno.

Andalucía

En Andalucía la calidad del agua del grifo es aceptable, con los lógicos hitos de ciudades como Granada, donde llega directamente de Sierra Nevada. Destaca en la región el esfuerzo hecho para mejorar el sabor del líquido. Así ocurrió en Málaga, donde la puesta en funcionamiento de la desalobradora de El Atabal permitió atajar la salinidad y la dureza de las aguas que venían del embalse del Conde del Guadalhorce. En Almería, sus vecinos reprochan la concentración de cal, mientras en Jaén el elevado sabor a cloro.

Canarias

El agua del grifo, desalada, es potable pero sabe mal, mientras que la mineral no da para todos. Es lo que le ha ocurrido a Aguas de Toscal. La compañía de bebidas ha cesado su actividad en Gran Canaria ante la «falta del caudal» necesario para garantizar el embotellado, informa J. L. Jiménez.

País Vasco

De mineralización débil, el agua de Bilbao es «muy buena», según un control que realizó el Ayuntamiento, informa A. Mateos. «Igual que estamos orgullosos de Guggenheim o del Arriaga, hay que animar a los bilbaínos a que lo estén del agua corriente», afirmó Fernando de la Torre, delegado de Aqualia.

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