Melanie Griffith, después de la cirugía y en su juventud

Adiós a las caras deformadas: cirujanos buscan devolver la naturalidad tras los excesos del pasado

Rostros hinchados y sin expresión, labios deformados...El mundo de la estética vuelve a la naturalidad tras los abusos

MADRID Actualizado: Guardar
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La actriz Melanie Griffith ha sido la última en lamentar sus retoques faciales. «No me di cuenta de que me había pasado con la cirugía estética hasta que la gente empezó a comentar sobre la extraña apariencia de mi rostro», declaraba hace unas semanas en la revista «Porter». «Me dolieron tanto los comentarios que me fui a otro médico diferente para que arreglara toda lo que el anterior me había hecho», confesaba esta actriz que se ha pasado los últimos años luchando contra el paso del tiempo.

«El problema de Melanie es el mismo de muchas mujeres que, habiendo sido muy guapas, no se resignan a dejar que las huellas de la edad se graben en sus pieles. Y cuando empiezan con los retoques, no saben parar», cuenta el doctor Julio Millán.

Saber decir que no

«Otro caso similar es el de aquellas que se empeñan en tener rasgos que no se corresponden a su fisonomía», indica Jesús Sierra, director de la Clínica Deam. «No es raro que vengan a la consulta pacientes con poca mucosa en los labios con el recorte de una revista de los labios de Angelina Jolie para que los reproduzcamos. En estos casos nuestro papel es informarles que no se puede obtener lo que piden, y dar expectativas reales al paciente», explica.

Pero aquel furor por rellenarse los labios (y el resto del rostro) que se inició en los 80, ha pasado una elevada factura a muchas féminas que, como la protagonista de «Armas de mujer», hoy tienen que recurrir a otros métodos para recuperar la cara que estos rellenos habían deformado.

Labios, lo más difícil

Jorge Pérez, médico especialista de Kirenia, explica que la silicona provocaba úlceras o fístulas en ocasiones, «pero sobre todo el organismo la encapsulaba dando origen a granulomas que se ha ido manifestando como abultamientos y deformaciones con el paso de los años, especialmente en los labios donde la mucosa es más reactiva y acusa todas las inflamaciones. También migraba a otras zonas y provocaba reacciones inflamatorias que en algunos casos ha durado años», lamenta este doctor.

Por fortuna, hace más de 12 años que se prohibió el uso de la silicona líquida en estética, «y solo se emplea en casos muy excepcionales como es la lipodistrofia o en pacientes con VIH, a los que el ácido hialurónico no les dura», apunta el doctor Sierra. Pero el cirujano plástico Javier Mato alerta de que, a pesar de su prohibición, todavía se infiltra en algunos centros «ya que es un producto muy barato, que se puede comprar en cualquier sitio». No en vano, el doctor Jorge Planas, realiza cada semana un par de cirugías («muy complicadas, porque siempre hay un riesgo de eliminar un poco de labio») para extraer estos productos de relleno, sobre todo en la boca.

«Para granulomas (inflamación) concentrados en la cara, contamos con el nuevo láser Eufoton que consigue eliminar estos antiestéticos depósitos», asegura este profesional.

Antídotos para los rellenos

Pablo Boixeda, director de la Clínica Bioláser La Moraleja, alerta sobre los productos de relleno de procedencia desconocida, como es el caso de un relleno en la frente en una paciente que venía de China. «Estaba llena de bultos del tamaño de una pelota de golf, y con mucha paciencia hemos conseguido disolverlos hasta su desaparición con hialuronidasa». Esta sustancia ha surgido como antídoto de los rellenos de ácido hialurónico que, a pesar de ser un producto reabsorbible (y el más utilizado en el mundo, con cerca de 1,5 a 2 millones de procedimientos al año), ha aumentado el número de complicaciones asociadas a su abuso.

La doctora Mar Mira, de la Clínica Mira+Cueto ha recibido pacientes «rebotados» de otras clínicas con edemas muy marcados en ojeras porque les habían infiltrado ácido hialurónico en cantidades inadecuadas. «Es una zona muy delicada, una piel muy fina, y hay que ser muy prudentes», advierte. Por ese motivo al doctor Emiliano Grillo no le gusta hacer rellenos en párpados inferiores. «Tiene muchas complicaciones. Se aprecian los depósitos de material de relleno debajo de la piel, y a veces puede ocasionar edema y empeoramiento, paradójicamente, de la ojera», señala. En estos casos, o si el paciente desarrolla granuloma o encapsulamiento, es decir una reacción excesiva al implante, se puede eliminar con una simple inyección de hialuronidasa, precisan Mar Mira y Jorge Pérez, ambos miembros de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética).

Pero que no salten las alarmas. Desde este organismo aseguran que el ácido hialurónico y otros materiales reabsorbibles como la carboximetilcelulosa o policaprolaptona tienen un nivel de seguridad y biocompatibilidad muy elevado, y una capacidad de reabsorción total, por lo que sus efectos desaparecen sin dejar rastro, siendo necesario repetir las sesiones de tratamiento cada 1 o 2 años para mantener los resultados. «Solo avisamos de que en caso de excesos, la carboximetilcelulosa, se puede eliminar inyectando celulasa y el colágeno, con colagenasa», añade el doctor Pérez.

Cuidado con el bótox chino

En cuanto a la toxina botulínica, el procedimiento más (sobre)utilizado en España, está indicado y con excelentes resultados, solo para la atenuación de las arrugas dinámicas del entrecejo, frente y patas de gallo. El resto de las aplicaciones son más arriesgadas. «Pueden darse casos de edema palporal cuando el paciente es sensible a la toxina, y una relajación de los músculos más importante de la deseada -advierte Jesús Sierra-, pero son complicaciones pasajeras y totalmente reversibles, que se pueden resolver enseguida».

En cuanto a las quejas de muchos pacientes sobre su efecto cada vez menos duradero, la doctora Mira indica que solo sucede en algunos centros que diluyen la toxina con mucha cantidad de suero, y por eso el resultado se mantiene la mitad de la tiempo. Y ojo con las marcas que vienen de China. En España están autorizadas solo tres firmas comerciales: Vistabel, Azzalure y Bocouture.

Mejor no intentarlo

La ex mujer de Antonio Banderas ha recurrido a un cirujano para deshacerse de sus errores anteriores. «Por suerte, ahora mi cara ya parece normal», le dijo a su entrevistador. Y es que las cirugías secundarias forman parte de la práctica habitual de los grandes cirujanos plásticos, a los que les toca enmendar los errores de otros.

Según el doctor Antonio de la Fuente, las más comunes son las secuelas de la operación de nariz (rinoplastia) («por la dificultad técnica que conlleva dicha intervención, especialmente si no está realizada por cirujanos con un buen entrenamiento») y el aumento de mama («por la colocación de prótesis inadecuadas a las dimensiones de la paciente, y contracturas capsulares»).

También hay una serie de intervenciones en el rostro que los cirujanos de prestigio no quieren realizar porque no confían en sus resultados. Es el caso del «lifting» facial con vectores posteriores, el lifting frontal abierto que el doctor García Paricio no realiza «porque tienen complicaciones potenciales elevadas, cicatrices muy aparentes y falta de naturalidad». Al cirujano plástico Jorge Planas tampoco le gustan el lifting coronal o de frente «que dejan cara de estar asustado».

Las cirugías en el cuerpo que más problemas ocasionan

Para Javier Mato las operaciones que más posibilidades tienen de malos resultados son la liposucción de las pantorrillas, la de tobillos y la de la cara anterior del muslo «porque pueden quedar pequeñas depresiones». Y Josefina Vicario considera que las que más problemas ocasionan son las prótesis de glúteos. «¿No las denominamos también posaderas? Pues ahí es donde radica el origen de las posibles complicaciones, ya que es la zona donde depositamos gran parte de nuestro peso al sentarnos».

El aumento de mamas, aunque sigue siendo una de las mejores intervenciones, siempre tiene un 5% de posibilidad de encapsulamiento o contractura capsular de las prótesis.

Según Julio Millán, un 23% de las pacientes de aumento mamario que opera en la Clínica Ruber son mujeres con malos resultados anteriores, tanto por el mal posicionamiento y elección de la prótesis como por encapsulamiento. «Se puede solucionar en un 80 % de los casos mediante sesiones de Capsuloblast, un aparato de ultrasonidos externos diseñado por mí para este uso», revela el doctor Planas. Desde la clínica Cres cuentan que también es posible conseguir que la cicatriz de la cirugía de aumento no se note gracias a la Medicina Regenerativa, «que puede borrar la T de debajo de la areola implantando células madre adultas del tejido adiposo de la propia paciente».

Pablo Boixeda, ha creado una técnica con un láser que elimina los hematomas en 24 horas.

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