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Cacería intensiva de osos negros en Florida para frenar su expansión

Después de dos décadas de prohibición, las autoridades permitirán en octubre abatir 320 ejemplares tras el aumento de su presencia en zonas residenciales y los ataques a personas y mascotas. Los ecologistas se oponen y piden alternativas

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El éxito en la recuperación del oso negro en Estados Unidos puede llegar a tener consecuencias fatales para muchos ejemplares. En Florida, los responsables de la conservación de la fauna han autorizado para este mes de octubre una controvertida cacería de 320 osos ante su proliferación en este estado en las últimas décadas, desde entre 300 y 500 individuos en los años 70 hasta los más de 3.000 en la actualidad. Los osos negros, los únicos que habitan en Florida, salieron hace tres años de la lista de especies amenazadas en el estado. El número total de ejemplares en toda Norteamérica, desde Alaska hasta México, se estima que superó hace tiempo los 600.000.

El objetivo de la cacería «limitada» en Florida, sostienen las autoridades, es lograr un «equilibrio adecuado» en la propia especie, pero sobre el tapete está también la amenaza que suponen para las áreas residenciales, ya que la presencia de estos animales en los patios traseros de las viviendas e incluso los casos de agresiones a personas y animales domésticos van en aumento.

La decisión está causando una viva polémica, ya que grupos defensores de los animales consideran que es pronto para levantar la prohibición que regía desde 1994 para proteger a estos plantígrados y exigen medidas alternativas.

La cacería será el 24 de octubre y durará dos jornadas enteras

La cacería está programada para el 24 de octubre y durará dos días, aunque se podrá prolongar durante toda una semana si en el plazo inicial no se alcanza el número de ejemplares abatidos previsto. La autorización para cazar se limita a cuatro de las siete zonas de Florida donde habitan osos negros y la licencia para participar, que da derecho a cobrarse una sola pieza, cuesta 100 dólares para los residentes en Florida y 300 para los forasteros.

El director ejecutivo de la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Fauna de Florida (FWC, por sus siglas en inglés), Nick Wiley, señala que, aunque «hay una amplia oposición a la caza de osos, esos comentarios no ofrecen ninguna alternativa viable o eficaz». «Está científicamente demostrado el hecho de que la caza de osos es biológicamente sostenible y la herramienta más eficaz para mantener un equilibrio adecuado de sus poblaciones en relación con el hábitat disponible», asevera Wiley.

A su juicio, no es posible trasladarlos a otros lugares, ya que no hay en Florida amplios espacios naturales donde no se puedan topar con el ser humano. Además, explica, los osos criados en libertad «no sobreviven en cautividad y hay pocas instalaciones dispuestas a acogerlos durante muchos años».

La FWC recalca que el objetivo de la cacería es reducir la población de osos, no reducir la conflictividad con los humanos. De hecho, subraya Wiley, los expertos no tienen certeza de cuánto pueden disminuir los conflictos a través de la caza.

En cualquier caso, los encuentros entre osos y humanos se han disparado en Florida de manera significativa coincidiendo con la expansión de la especie. Según datos de la propia FWC, las llamadas de alerta han pasado de 99 en 1990 a unos 6.700 en los últimos dos años. La mayor parte (el 39%) fueron para avisar de que algún oso se encontraba merodeando en un área residencial, en un patio o en un árbol, y hasta un 31% informaban de que estaba revolviendo en la basura en busca de comida.

Los osos negros pueden oler los alimentos a más de kilómetro y medio, y para conseguirlos llegan a recorrer largas distancias, lo que les lleva a atravesar carreteras, vías férreas y puentes. La comida para mascotas o simplemente la parrilla de una barbacoa pueden ser un poderoso imán que atraiga a estos animales hasta el jardín de casa.

Pese a que son tímidos y suelen rehuir el contacto con los humanos, la necesidad de comida les hace vencer esa resistencia natural. Además, al habituarse a emplear las zonas residenciales como fuente de alimento, pierden el miedo al hombre y se vuelven más impetuosos. Al final, estos osos que se «enganchan» a la comida procedente del entorno humano acaban muriendo atropellados, víctimas de la caza ilegal o de otras medidas para proteger a las personas.

Florida no es ni mucho menos el único estado donde se va a permitir la caza de osos negros. Hasta en 32 de los 41 estados donde está documentada su presencia está autorizado matarlos, según la FWC.

Pero estos argumentos no convencen a las organizaciones que defienden que se mantenga la prohibición de la caza de osos en Florida. «Matar no es conservación. Necesitamos proteger a estos animales y encontrar otras medidas no letales», ha afirmado a medios locales Adam Sugalski, impulsor de la campaña «Parar la cacería». Los ecologistas consideran que son las personas quienes deben variar su comportamiento, adoptando medidas que impidan que la comida y la basura atraigan a los osos.

Este mismo jueves se ha organizado un acto de protesta en Orlando, en el centro del estado. Uno de los grupos contrarios a la cacería, Speak Up Wekiva, ha presentado una demanda judicial contra la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Fauna de Florida para tratar de frenar la cacería.

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