La tricolor

Cs ha sustituido al PSC en el liderazgo constitucionalista y no al PP que nunca lo tuvo

Edurne Uriarte

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EL jueves por la noche, mientras contemplaba las imágenes de la celebración de Cs, me acordé de las manifestaciones antiterroristas del País Vasco de fines de los noventa y de los dos mil. Por la tricolor que exhibían los activistas de Ciudadanos, esa combinación de bandera nacional, europea y catalana tan políticamente correcta. Me evocó aquella atmósfera tan sorprendente para mí en la que incluso algunos dirigentes de los movimientos antiterroristas se ponían nerviosos a la vista de las banderas nacionales en las manifestaciones en Bilbao o San Sebastián. No fuera a ser que provocáramos o que nos llamaran fachas. Te asesinaban por defender tu derecho a sentirte español, y, sin embargo, los colores de la españolidad eran una provocación. Y mejor si se escondían o se disimulaban con alguna bicolor o tricolor.

El partido que, según algunos analistas, ha arrasado al PP en Cataluña por la «tibieza españolista» de los populares, hacía un canto a esa tibieza con ese disimulo de la única bandera que tiene problemas en Cataluña, donde nadie discute el derecho a sentirse catalán o europeo, pero sí a sentirse español. Y lo hacía porque Ciudadanos no ha sustituido al PP en el liderazgo constitucionalista en Cataluña sino al PSC, dato fundamental que se está olvidando en el análisis. Entre otras cosas, por la obviedad de que el PP nunca tuvo ese liderazgo en Cataluña, donde alcanzó su máximo en 1995 con aquel 15% del PP de Aznar. Y cuando lo alcanzó momentáneamente en el País Vasco en 2001, con el 23% de los votos, lo hizo por su liderazgo antiterrorista y, sobre todo, porque el PSE de Nicolás Redondo no lo demonizó por derechista y españolista, como lo han hecho el resto de socialismos, sino que respetó el liderazgo de Mayor Oreja como el PP catalán lo ha hecho con el liderazgo de Inés Arrimadas.

La mala noticia para quienes creemos en la necesidad de superar esa anomalía, la de la estigmatización del españolismo sin complejos en el País Vasco y en Cataluña, es que Ciudadanos probablemente tiene razón, razón electoral quiero decir, con esa tricolor. Por eso ha recibido 42.000 votos del PSC, según los cálculos de GAD3, y 35.000 del bloque separatista. Por eso recibe votos del centro, del centro en el eje ideológico izquierda/derecha y del centro en el eje identitario españolista/nacionalista. Aquello de que las elecciones se ganan en el centro se refiere a esto en Cataluña. A que Ciudadanos rechaza de plano ser de derechas y a que exhibe la tricolor la noche de su histórico triunfo en Cataluña. Otra cosa es y será el resto de España.

Pero las elecciones también se ganan cuando se movilizan los tuyos mientras que se desmovilizan los del adversario. Y esto es lo que no ha ocurrido en Cataluña donde los separatistas se han movilizado tanto como los constitucionalistas, lo que, con la ayuda del sistema electoral, les ha dado esa nueva mayoría en el Parlamento. En buena medida porque Mariano Rajoy ha sido cualquier cosa menos tibio con esa aplicación del 155 a la que se resistió Cs hasta el 2 de octubre precisamente por esto, porque quería desmovilizar a los más centristas del eje identitario.

El problema electoral de la derecha españolista de Cataluña, la del PP, la de Rajoy, no es su tibieza sino justamente lo contrario. Por eso jamás tuvo el liderazgo, ni con Rajoy ni con Aznar, porque, haga lo que haga, el PP es identificado con la derecha nacional, es decir, con España, con Madrid, con el Gobierno central, con la bandera nacional, y, por supuesto, con el franquismo. Y como guinda, hasta con el Real Madrid.

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