Colau, en minoría, solo gobierna a golpe de decreto

La inacción se instala en el Ayuntamiento de Barcelona. Hace tiempo que la oposición reprocha a la alcaldesa, Ada Colau, la nula actividad y actitud relajada a la hora de gestionar el día a día de la ciudad. Lo que es un discurso recurrente en la dialéctica entre oposición y Ejecutivo municipal en cualquier consistorio se está convirtiendo, con los números en la mano, en pura realidad en Barcelona.

El arranque de mandato no fue fácil para Colau. Sabía que su Gobierno en minoría –con apenas 11 de los 40 ediles que conforman el pleno– iba a complicar la puesta en marcha del cambio que prometía y, quizás por eso, pasó su primer medio año concentrada en cazar a algún socio de gobierno.

Convenció al PSC el pasado mayo pero los cuatro ediles socialistas no han conseguido dar empaque al gobierno ni la fuerza necesaria para reactivar el Ayuntamiento.

Con ellos, el Colau siguió en su línea de desarrollar su nuevo modelo, sin buscar mucho a otros aliados. Tuvo tres amargas derrotas en tres cuestiones prioritarias para la ciudad como son el Programa de Actuación Municipal (PAM) –la hoja de ruta del mandato–, el no menos importante Plan de Inversiones Municipales (PIM) y los imprescindibles presupuestos para el próximo año. Ninguna propuesta quedó aprobada. La cuestión de las cuentas, además, ha acabado desembocando en una cuestión de confianza que Colau afrontará el próximo 23 de diciembre.

Plenos vacíos

La actividad plenaria de Barcelona es el mejor ejemplo de la inacción municipal. Desde el pasado verano, obviando que en agosto las labores ya estuvieron paralizadas, las sesiones mensuales se han convertido en un gran escaparate de gestos... y de poco más. Así, en los últimos tres meses, el pleno ha debatido 27 propuestas de acuerdo, es decir, nueve al mes.

La baja actividad, es cierto, se puede argumentar también en los rechazos de la oposición a muchas medidas que llegan a las comisiones, que son los filtros previos a los plenos y en donde también se hace patente la minoría de Colau. Lo cierto es, sin embargo, que los números indican que la apatía ha ido en aumento en el Gobierno actual. Si en el último trimestre han sido 27 las propuestas debatidas en pleno, en el mismo periodo del año anterior, Colau llevó al pleno casi el doble, un total de 50 iniciativas a pesar de tener todavía una mayor oposición –la actual más la del PSC–.

En base a la información publicada en el portal de transparencia municipal, el Ejecutivo de Colau ha impulsado en sus primeros 18 meses un total de 49 medidas de gobierno, en contraste con el primer año y medio del anterior mandato, en el que gobernó Xavier Trias (CiU), que fueron 86.

Por el contrario, y según el mismo portal, el actual consistorio sí ha duplicado el número de decretos de alcaldía emitidos: Trias impulsó 174 en cuatro años y Colau lleva ya 371 en apenas año y medio. Entre ellos, se encuentran un montón de designaciones y nombramientos.