Llega el juicio del doble crimen de «La Chopera»

El 5 de febrero comenzará, en la Audiencia de Toledo, la vista oral con jurado popular en la que se juzgará a José Muñoz Mojica por dos asesinatos en El Casar de Escalona en 2012

Traslado del cadáver de Miguel Ángel Cortés, de 19 años, hallado el 30 de abril de 2012 Abel Martínez
Manuel Moreno

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Paraje «La Chopera» en El Casar de Escalona (Toledo), una zona que los lugareños utilizan como merendero. Es también el lugar donde fue hallado el cadáver del joyero talaverano Antonio Sánchez Aceituno , asesinado el 7 de junio de 2007 a manos de Javier Bernuy, apodado «el Calvo» . Aquel día, este individuo iba acompañado, entre otros, de su sobrino David Fernández Vilches , quien luego encontró la muerte en esa misma zona casi cinco años después.

Domingo 29 de abril de 2012 por la tarde, en «La Chopera». En el chiringuito que regenta José Muñoz Mojica , un delincuente de 37 años, se persona David Fernández Vilches, de 30 años y con numerosos antecedentes policiales y penales. Se vuelven a encontrar después de haber discutido un rato antes. Según la Guardia Civil, José no lo duda al ver a David: coge el arma que habitualmente guarda en el local —una escopeta de cañones superpuestos del calibre 12/70, marca Lamber— y le dispara a pocos metros de distancia. David, herido mortalmente en el tórax, cae desplomado al suelo y fallece en el acto.

José huye, con la escopeta y un revólver en sus manos, en un turismo Mercedes matrícula 6621-BJM, aunque se detiene pocos metros después. Ha visto a Miguel Ángel Cortés , de 19 años y cuñado de David, que se encaminaba al chiringuito.

Según la Guardia Civil, José baja del coche y persigue a Miguel Ángel porque este huye. José dispara la escopeta apuntando al cuñado de David, que cae al suelo herido. Su verdugo se acerca a pie y le dispara a la cabeza con un revólver marca Tanque, modelo Especial, del calibre 38. Miguel Ángel, cuyo cadáver es hallado al día siguiente por perros adiestrados de la Guardia Civil, muere por una «destrucción encefálica», según la expresión que la Fiscalía Provincial de Toledo emplea en su escrito de acusación contra José Muñoz Mojica.

Merendero donde los hechos ocurrieron Abel Martínez

El juicio con jurado popular por este doble crimen comenzará el 5 de febrero, en la Audiencia Provincial de Toledo. El Ministerio Público acusa a José autor del doble asesinato y pedirá en la sala la pena de 18 años de prisión por cada crimen. Solicitará también otros dos años de cárcel al atribuirle el delito de tenencia ilícita de armas por la escopeta y el revólver. Además de estas peticiones de penas, la fiscalía exigirá al inculpado el pago de 447.000 euros en indemnizaciones a familiares de los dos fallecidos.

¿Por qué lo hizo?

A José el Ministerio Público le preguntará por qué los asesinó. Según María Nieves , madre de David, su hijo y José se llevaban «muy bien» hasta que, unos meses antes del doble crimen, David decidió entrar como okupa, junto con su compañera sentimental, Fátima, en una vivienda deshabitada en El Casar de Escalona. Nieves aseguró en su día que David no sabía que esa casa era propiedad de la familia política de José y que, a partir de ahí, se originó una enemistad entre ambos. Sin embargo, los investigadores de la Guardia Civil determinaron que el doble homicidio estuvo motivado por un ajuste de cuenteas entre dos grupos rivales.

José, en prisión provisional por esta causa desde el 26 de agosto de 2016, no será el único encartado en esta vista. Se sentará a su lado María del Carmen M. S. C. , madre de la pareja sentimental de José, que se enfrentará a una petición de quince meses de prisión como presunta autora de un delito de encubrimiento. La fiscalía está convencida de que María del Carmen acudió al chiringuito acompañada de su hija, alertó al acusado de la presencia de la Guardia Civil y le dio refugio en su casa, además de proporcionarle los medios necesarios para abandonar El Casar de Escalona (2.000 habitantes) sin ser capturado.

Los hechos ocurrieron en las inmediaciones del chiringuito del merendero Abel Martínez

Además de José y de María del Carmen, habrá una tercera persona encartada en la sala por este sanguinario crimen. Fernando S. S., apodado «Bitelchús» , también deberá defenderse del delito de encubrimiento que le atribuye el Ministerio Público. Según la fiscalía, que pide quince meses de prisión para él, «Bitelchús» hizo las funciones de intermediario entre José, su familia y el entorno de ambos. Incluso Fernando se encargó «personalmente» de las gestiones necesarias para obtener la documentación manipulada con la que José pudo moverse por España durante su huida hasta que fue detenido en el distrito madrileño de Moratalaz cuatro años y cuatro meses después del crimen. La Policía Nacional lo arrestó el 25 de agosto de 2016 en «El Ruedo», un edificio de pisos en forma circular, junto a la calle M-30.

Un golpe de suerte

El arresto de José no fue fácil. En absoluto. El delincuente sobre el que pesaba cinco órdenes judiciales de detención, entre ellas una por el doble crimen de «La Chopera», cambiaba de vivienda con frecuencia, casi todos los días, y dormía en diferentes domicilios de familiares para que no lo capturaran.

Finalmente, fue localizado por la Policía Nacional gracias a un golpe de suerte durante una investigación: el nombre de José Muñoz Mojica surgió en una conversación intervenida a unos sospechosos de otros delitos. José se escondía en Madrid, en una zona de bloques de pisos conocida como «El Ruedo», donde se refugiaba y mantenía unas extremas medidas de seguridad. Cuando estaba en la calle, nunca se alejaba de los portales y siempre estaba acompañado de, al menos, cinco personas. Si sospechaba la presencia de cualquier individuo o vehículo no conocido, se introducía rápidamente dentro de los bloques de viviendas.

Así estuvo moviéndose hasta que la Policía Nacional decidió detenerlo el 25 de agosto. Se hizo necesaria la presencia de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid, cuyos efectivos se encargaron de vigilar la zona, donde los policías fueron recibidos a botellazos desde las viviendas. Y también fue imprescindible la intervención del Grupo Especial de Operaciones (GEO), cuyos agentes arrestaron a José después de entrar en tres pisos, ya que no sabían exactamente en cuál se escondía. Al final, lo encontraron.

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