Unos miembros de los servicios de rescate llegan en helicóptero al área del siniestro
Unos miembros de los servicios de rescate llegan en helicóptero al área del siniestro - EFE
Accidente Avión

En vídeo: así se está produciendo el rescate «imposible» en los Alpes

El Ministerio del Interior francés difunde un vídeo donde se aprecian restos de fuselaje y varios miembros del equipo de rescate trabajando sobre el terreno

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El Ministerio del Interior francés ha hecho público un vídeo del área donde se estrelló ayer el Airbus A320 con 150 personas a bordo, que efectuaba el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf, en la región de los Alpes de Alta Provenza, cerca del municipio de Prads-Haute-Bléone. En el mismo, se pueden apreciar restos de fuselaje del avión de la compañía Germanwings en una zona de muy difícil acceso. Las imágenes muestran la compleja labor de los equipos de rescate, que han tenido que acceder al lugar por medio de helicópteros. [Siga todas las novedades, minuto a minuto]

Las tareas de emergencia se reiniciaron a primera hora la mañana, después de que fueran suspendidas ayer por la noche debido a la falta de luz y el empeoramiento de las condiciones meteorológicas.

Nueve helicópteros están trasladando hasta la zona a gendarmes, militares, investigadores y forenses, en un auténtico «puente aéreo». En el lugar trabajan 400 gendarmes y militares, 300 bomberos y muchos investigadores.

Ayer, una portavoz del Servicio Interregional de Météo-France del sudeste francés ya avisó que a lo largo de la jornada de hoy el clima «estaría perturbado, no con mucha nieve, pero en cantidad suficiente para dificultar los trabajos de rescate». El vídeo pone de relieve la escabrosa orografía que deben enfrentar los profesionales encargados de rescatar los cuerpos de las víctimas y hallar indicios que desvelen porqué se precipito el aparato.

La vía aérea aparece como la única viable para llegar al lugar del siniestro, escarpada, donde los restos del aparato, prácticamente pulverizados, se extienden en un área de cuatro hectáreas, al igual que los cuerpos de los 150 ocupantes del vuelo, todos ellos fallecidos.

Abrir una nueva vía

Los gendarmes tratan también de establecer una vía terrestre, pero la orografía y el clima juegan en su contra. El terreno escarpado hace prácticamente imposible que se allane el camino para la llegada de vehículos, la única forma que tendrían de sustituir a los helicópteros. De lo contrario, hacen falta muchas horas de duro camino en un terreno húmedo y resbaladizo, solo propicio para los especialistas.

Todos los ojos buscan la segunda caja negra, la que graba los datos del vuelo, de la que encontraron la carcasa pero no su contenido. La primera, hallada ayer, tiene las conversaciones de la cabina, que están ya en posesión del BEA.

Una zona escarpada y despoblada

Horas después del impacto, helicópteros que sobrevolaron el terreno consiguieron localizar restos del fuselaje y «algunos cuerpos» de las víctimas, afirmó el secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidalies. Para llegar a la «zona cero», los equipos de rescate han tenido que sortear una zona «inaccesible por carretera».

El monitor de esquí y guía de montaña Mathieu Subé, vecino de la localidad de Barcelonette, contó minutos después de la tragedia que el acceso al lugar de los hechos resulta «muy difícil» y que el mal tiempo registrado lo complica aún más. «Conozco bien el lugar, se trata de una zona escarpada y despoblada, cubierta por la nieve» a la que «sólo se puede acceder a pie». Este guía de montaña, cuyo equipo vio el avión segundos antes de estrellarse, alertó de que el «fuerte viento» ha obligado a los helicópteros a volar «muy alto».

Por otro lado, un testigo que vio el avión poco antes de que se estrellara afirmó que le sorprendió la poca altitud a la que volaba en una zona tan montañosa. «Lo único que me extrañó es que a esa altura no iba a poder atravesar la montaña», relató Sébastien Giroux, que regenta una serrería en el municipio adyacente al fatídico emplazamiento.

No obstan, como ya declarase el teniente coronel Jean-Pierre Bloy al diario local «Haute-Provence Info», la Gendarmería francesa tardará varios días en recuperar los cadáveres de las víctimas. Bloy precisó que «hay una docena de restos grandes, mientras lo demás está muy dispersos» en una zona que abarca en torno «a una hectárea».

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