Barcina: «Aceptaría un pacto fiscal para Cataluña si es consensuado y su estatuto avala la unidad de España»

Dos noticias agitan la política navarra en el último diciembre de una legislatura explosiva: la incógnita Podemos lidera la intención de voto del Navarrómetro, el CIS de la Comunidad Foral, al tiempo que la presidenta, Yolanda Barcina Monge (1960), la burgalesa que ha hecho de Navarra su vida y bandera, ha sorprendido con un abandono de la «política ejecutiva» (sic) en 2015. «Nada que ver una cosa con la otra», se anticipa a la primera reflexión de este periodista en el despacho del Palacio de Navarra, donde nos recibe.

«Dedicar más tiempo a la vida privada» como justificación no encaja del todo en alguien que dice sentirse tan «en forma». En un gesto de generosidad no reconocido que rompe su paralelismo con Esperanza Aguirre (sigue siendo presidenta de Unión del Pueblo Navarro), Barcina rechaza haberse quitado de enmedio para facilitar un pacto poselectoral con el PSN-PSOE.

Tampoco asume como causa su desgaste personal por el caso de las dietas de Caja Navarra, que afectó a casi toda la clase política de la Comunidad Foral. Sus razonadas y combativas respuestas delatan que hay política para rato...

-Navarra, como el conjunto de España, vive una gran convulsión política, incluido también el auge de Podemos en las encuestas. ¿Estamos ante una nueva era política?

-Ahora mismo está habiendo un gran enfado en la ciudadanía por la corrupción, por la falta de transparencia en la clase política, y eso puede crear un desencanto al depositar el voto. Es preocupante en España, pero más aún en Navarra, donde se puede poner en jaque el modelo institucional.

-Pero, ¿qué análisis hay que hacer concretamente en Navarra, donde Podemos no solo irrumpe sino que aparece como fuerza más votada según el Navarrómetro?

-Están recogiendo una intención de voto sin que ni siquiera se conozca qué persona puede encabezar esa hipotética lista, algo que en Navarra, que es pequeña, es importante. En paralelo, están recibiendo ese supuesto apoyo a un planteamiento filosófico, por decirlo de alguna manera, sin que se planteen propuestas concretas. Ellos han cogido determinadas banderas del desencanto, pero después hay que concretar. Y cuando lo hagan, veremos a ver qué piensan los ciudadanos navarros. Por ejemplo, ¿qué piensan de la educación concertada? Ellos la cuestionan, pero en Navarra tenemos el 60% de las familias con ese tipo de educación. Entonces, el que lleva a su hijo a la escuela concertada, ¿les va a dar su voto? De lo que estoy segura es de que UPN será el partido más votado.

-Supongo que le inquietan hipotéticos contactos de Bildu con Podemos. En ABC publicábamos hace días la expectativa que había creado incluso en los presos de ETA el surgimiento de una formación como esta, partidaria de su salida de las cárceles.

-Desde luego, preocupa y tiene que preocupar. A mí lo que me parece más chocante es que una en comunidad como la navarra, tradicionalmente de mayoría conservadora, de la noche a la mañana un 60% o 70% del voto fuese radical nacionalista o radical de izquierdas, algo difícil de comprender. Dicho esto, desde luego sí es un toque de atención para reaccionar ante ese desencanto que tiene la ciudadanía.

-Vamos a ponernos en las elecciones de mayo y en el peor de los escenarios para ustedes, que es que UPN, PSN-PSOE y PP no alcancen los 26 escaños que dan la mayoría. ¿Cuál sería el escenario en Navarra?

-Sería una situación muy compleja. Navarra se parecería mucho a Cataluña en inestabilidad y estaría cerca la unión de Navarra con el País Vasco, porque eso lo permite la Constitución. Por tanto, estaría en cuestión el sistema institucional de Navarra y, además, la calidad de vida de los navarros.

-¿Cree que los nacionalistas plantearían un referéndum en Navarra para la integración en el País Vasco?

-Sin duda, lo harían. No creo que lo hicieran al principio. Tardarían para controlar nuestra sociedad, ir cambiándola un poco más por la vía de la educación. También, intentarían controlar los medios de comunicación.

-Con relación a Cataluña, se critica a los no nacionalistas haber permitido y cedido mucho estos 35 años, haber hecho poca política y haber facilitado un creciente control de la educación. ¿No se ha dejado hacer también mucho aquí en Navarra?

-Desde luego, en esta legislatura, no solo no se ha dejado, sino que se han levantado y retirado libros de texto en los que se pintaba algo no real (en alusión a mapas con Navarra dentro de la quimérica Euskal Herria)...

-...Si se han retirado esta legislatura es porque antes no se había hecho...

-...Bueno, lo que yo he hecho es retirar esos libros bajo amenaza de expediente a los profesores y centros que los querían utilizar.

-Vamos ahora al supuesto favorable para UPN: que las urnas les den la posibilidad de sumar con el PSN (y el PP). Si nos atenemos a que el PSN decía que con usted era imposible el pacto, el hecho de que no esté Yolanda Barcina, ¿facilitaría un acuerdo?

-Yo creo que eso solo era la disculpa para no pactar que les venía bien en un momento determinado. Además, lo decían porque sabían o pensaban que yo iba a ser la candidata.

-El PSN de María Chivite (secretaria general, candidata y senadora) es más fiable que el de Roberto Jiménez (exsecretario general)?

-Yo los pactos los quiero ver con hechos. Y además, en un partido nacional como el PSOE, los pactos de gobierno los decide Ferraz.

-Entonces se lo planteo entre Pedro Sánchez y, por ejemplo, Susana Díaz. ¿De quién se fiaría más para garantizar una mayoría no nacionalista?

-Espero que los dos. Confío en que los dos. Y también en que lo sea Chivite, pero yo creo que lo que tenemos que hacer ahora los partidos es ilusionar y lograr la confianza del ciudadano.

-Hay gente que les pide a ustedes que además de garantizar un proyecto frente a la amenaza nacionalista, como es la razón de ser de Unión del Pueblo Navarro, ilusionen con otros mensajes. ¿Qué ofrecerán en mayo?

-Nosotros, desde luego, ofrecemos la seguridad de que somos precedibles. Ofrecemos principios. Ofrecemos los valores tradicionales. Y, desde luego, ofrecemos la confianza en que esta tierra esté bien gestionada. Me refiero a que ha habido que tomar decisiones difíciles para salir de la crisis. Me refiero a reducir empresas públicas, reducir deuda, etcétera... Aquí había 38 empresas públicas y ahora hay ocho. Había 30 gerentes y ahora hay siete. Eso es buscar la eficacia y reducir lo que algunos llaman casta. ¿Qué proponemos nosotros? Que haya menos parlamentarios, que de ellos haya menos profesionales. Ya lo hemos propuesto, pero hasta ahora no hemos tenido votos.

-Navarra mantiene un contencioso con el Estado por el que a su Hacienda se le reclaman 1.500 millones de euros del IVA de la producción de Volskwagen. ¿Se ha beneficiado Navarra de su peculiaridad fiscal?

-Este es un asunto complejo. Navarra ha sido solidaria con el resto de España y ha aportado más de lo que le correspondía por población, casi un 20% de su producto interior bruto...

-Pero ya sabe usted que en esto de las balanzas fiscales, todo el mundo dice que aporta más según cuáles sean los criterios. Pero mi pregunta era más concreta, relacionada con el contencioso de Volkswagen...

-Aquí lo que ha ocurrido es que se venía aplicando una fórmula determinada desde los años 90. Cuando se reformula el IVA, pues hay que reformular también lo pactado para volver al equilibrio Navarra-Estado en que se basa el Convenio. Porque el Convenio, por definición, garantiza que no haya desequilibrios. Por eso, tenemos que llegar a un acuerdo, que es lo que yo le pido al señor Montoro. No sólo en el IVA sino en una mejor redacción del Convenio Navarra-Estado.

-¿Qué le parece que el presidente de la Comunidad de Madrid exija que Navarra pague lo que debe?

-Pues le voy a tener que explicar que nos correspondía ese dinero. Es un asunto complejo, pero estoy dispuesta a explicárselo.

-O sea, como dijo aquel, ¿dos tardes de economía..?

-No, es complejo. Lo que le digo al presidente de la Comunidad de Madrid es que Navarra es solidaria. Y estoy convencido de que si él fuera presidente de Navarra, él también diría que el Convenio Navarra-Estado es justo y es bueno para Navarra y para España.

-Y en este ánimo revisionista del sistema que se está imponiendo, por la información que le llega de Madrid y de Bruselas, ¿tiene usted alguna inquietud de que el estatus de Navarra esté en el alero, por aquello de «suprimir privilegios»?

-No, lo que yo creo es que hay que estar atentos a estas fuertes corrientes que vienen de Madrid y Europa, y que lo que habrá que hacer es defender el actual estatus. Y habrá que hacerlo explicando de dónde viene y el porqué.

-¿Vería bien que Cataluña obtuviera un régimen similar al navarro?

-Siempre que sea fruto de un acuerdo nacional y no como un intercambio ante el actual desafío independentista. Y siempre que al mismo tiempo el Estatuto de Cataluña reconociera expresamente lo que consta en nuestro Amejoramiento del Fuero: que Navarra forma parte esencial de la unidad de España. Sería una forma de reforzar algo que es fundamental para todos. Caben la diversidad y las peculiaridades, pero siempre con lealtad al conjunto de los españoles.

-¿Y qué le parecería que todas las demas autonomías tuvieran el mismo régimen fiscal que Navarra, en una suerte de Estado federal?

-A mí lo que me parece es que la Constitución es fruto de un pacto. Y siempre que haya un acuerdo o un pacto por parte de todos, a mí no me da miedo reformar la Constitución. Lo que hay que tener claro es cómo. A mí no me da miedo operar al paciente. A mí lo que me da miedo es que un médico diga que hay que operar de apéndice, el otro diga que del corazón, el otro que lo que tiene mal es el hígado... Si entramos al quirófano así, ese enfermo se nos muere. Antes de entrar, aquí que hacer el diagnóstico y decidir de qué hay que operar.

-Si estuviéramos ahora en la antesala del quirófano, ¿qué plantearía UPN que hay que operar?

-Lo primero, que se suprima la disposición transitoria cuarta (que prevé la posibilidad de una integración de Navarra en el País Vasco si una mayoría de navarros lo deciden). Porque no puede ser que una comunidad que ha sido reino hasta 1841, que es cuando se convierte en provincia, pueda estar aún en cuestión legalmente.