Funambulista: «Para participar en "Dual" he elegido gente que tiene la canción por bandera y no los estilos»

Cuando echa la vista atrás, a Diego Cantero —líder de Funambulista desde 2010— se le vienen a la cabeza recuerdos del asiento de atrás del coche de su padre, que «fumaba un ducados mientras escuchaba Los Panchos y cantautores sudamericanos como Leonardo Fabio». En aquel entonces no entendía muy bien lo que decían las letras: «Era un niño, no me enteraba, pero me emocionaba. Era curioso cómo gente que hablaba de amor de una manera muy madura me causaba un entusiasmo tremendo. De ahí creo que me vienen las ganas de juntar las palabras con la música y hacer canciones». La música que sigue ha cambiado. Asegura que no puede parar de escuchar el disco que acaba de sacar David Otero, el Pescao

, «un buen amigo»; que le gusta mucho el último álbum de Dani Martín; que sigue la trayectoria de Marwan, Concha Buika... Y que, con un amigo con el que está haciendo promoción ahora, sintoniza Rock FM y disfruta de la música de los 80, «hit tras hit». Sin embargo, sus ganas de componer han sobrevivido al paso del tiempo.

Tiene 34 años. Hace 16 lanzó su primer disco y se metió de lleno en el mundo de la música, un universo paralelo en el que permanece atrapado —y con gusto— desde entonces. El pasado 3 de febrero sacó a la calle su sexto álbum, «Dual», una recopilación de once de sus mejores canciones —a las que ha añadido tres temas inéditos— interpretadas a dúo con otros artistas. «El proyecto empezó como empiezan las ideas. Una mañana me levanté muy optimista y me puse a imaginar mis canciones en voces de artistas. Era el momento en que acababa de sacar “Quédate” (su quinto disco), que tenía muchas canciones que no habían tenido el recorrido que me habría gustado. Así que decidí coger esas canciones, otras nuevas y otras de discos todavía anteriores. Agarré el teléfono y empecé a llamar a estos artistas. A los que ya conocía, les pregunté si querían participar. A los que no, me presentaba y decía: “Hola, soy Diego de Murcia. ¿Te apetece colaborar en este disco?”. Y la verdad es que ha sido algo precioso», explica Cantero.

Mescolanza de estilos

En su nuevo trabajo, canta «Quiero que vuelvas» con Antonio Orozco, «Volver a empezar» con Leire Martínez, «Tuvimos suerte» con David Otero. Son solo algunos ejemplos. En una sala del edificio madrileño de Sony, se muestra satisfecho con el resultado de su esfuerzo. Después de atender a tropecientos mil medios en la mañana y a punto de viajar a Murcia para firmar discos; cuenta lo que cada uno de los artistas ha aportado a sus canciones: «Le dan un valor nuevo al contenido, a lo que se cuenta, a la letra. Cuando hay dos voces son más capaces de transmitir el mensaje, incluso de crear uno nuevo. Por ejemplo, ahora cuando algunas canciones están cantadas por una chica y por mí, muchas veces recobra un nuevo sentido la canción». Y agrega: «También está la manera de interpretar de cada uno de ellos. Les das una canción con una melodía y te devuelven algo con un giro, con un sello personal que a mí me hace disfrutar mucho y escuchar mis canciones desde fuera. Cuando estoy cantado yo, siempre me estoy sacando los defectos, mirándome con lupa. Ahora, soy capaz de disfrutarla. Me han hecho un regalo inmenso».

Sin embargo, a pesar de que su cuerpo se ha hecho a los viajes y a los tours, recuerda con una sonrisa sus orígenes, su tierra: Molina de Segura, en Murcia. Cuando le preguntan por lo que echa de menos de allí, no duda en su respuesta: «A la madre que me parió. Y a mis sobrinos, a mis hermanos, a mi familia, a mis amigos. Y luego, a nivel gastronómico, las marineras, el pulpo al horno, el zarangollo, las comidas de la mama».

Firme defensor de su región y de las oportunidades que ofrece, afirma que «hay muchísimos proyectos musicales, un talento desbordante y, sobre todo, una variedad estilística importante: grandes grupos de pop, cantautores, buen hip hop, bandas de metal tremendas... y muchos locales de ensayo en los que los más jóvenes van a pasar el tiempo. No hay nada más sano que juntarse con un grupo de colegas y hacer música». Esto, unido al ambiente que había respirado en casa explica su pasión por la música, que le viene desde pequeño: «Cuando la gente quería ser bombero, yo quería ser músico. Con cinco años empecé a estudiar la música porque mis padres me apuntaron a una academia. A los 13 ó 14 años ya tenía clarísimo que quería hacer canciones y dedicarme a ello. Me puse en marcha y a los 17 saqué mi primer disco. Desde entonces, música, música y más música. Y no solo no me ha cansado sino que me mantiene siempre en vilo, atento y deseando dar un paso más para ver qué encuentro».