Celtas Cortos: «Hemos llegado a sentir antipatía hacia algunos de nuestros “hits”»

Para conmemorar sus treinta años en esto de la música, Celtas Cortos publicaron en noviembre «In Crescendo», un disco en directo grabado junto con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, en el que combinaron clásicos de su repertorio con nuevas canciones. Y ahora, para seguir con las celebraciones, la banda hará un guiño a una de sus canciones más míticas, ofreciendo un gran concierto el «20 de abril» en Joy Eslava. Hablamos sobre esta nostálgica cita con uno de sus miembros más destacados, Alberto García, el violinista que dio ese sonido tan particular a su música.

A esta celebración se le une la publicación de una caja recopilatoria espectacular. ¿Nota nostalgia en el ambiente?

Sí, pero me molesta hablar en ese tono, porque yo quiero hacer cosas nuevas.

Todo lo que me huela a refrito, a sacar de la nevera para recalentar, no me convence. Pero bueno, tengo el ánimo tranquilo porque estoy grabando cosas nuevas. Cuando acabemos la gira nos meteremos en el estudio otra vez.

¿Entonces habrá nuevo disco de Celtas Cortos en 2018?

Pues es justo y necesario, nuestro deber y salvación (risas).

¿Cómo fueron los primeros tiempos de Celtas Cortos?

Pura efervescencia, pura incertidumbre, gusto por cada paso que dabas, por cada machetazo en la jungla, unión absoluta y deshinibida, mucha frescura... Pero claro, el tiempo va mitigando ese ánimo ingenuo. Eso sí, la inocencia es algo que luego hemos procurado no perder de vista, porque es muy sana y muy fructífera.

Usted tuvo un accidente en 1992 que le obligó a adaptar su estilo al tocar. ¿Fue ese el peor momento?

Bueno, momentos malos ha habido de todos los colores. Marchas más o menos forzadas de miembros, discusiones... Pero las cosas buenas saben bien porque ha habido malas también.

Al tener un espíritu punk-rock, las contradicciones seguro que hicieron aflorar algunas de esas discusiones, ¿verdad?

Exactamente. En el grupo se discutía todo, y ha habido momentos chungos por eso. Ahora me resultan cosas de críos, pero en su momento parecieron diferencias importantes. Me acuerdo de la vez que tocamos en la Expo de Sevilla, por ejemplo. En el grupo surgió el debate de qué se se estaba celebrando realmente. Tuvimos esa diatriba, pero tuvimos otras cien.

Cuando el cantante «Cifu» dejó el grupo, no se sabía muy bien si iba a ser temporal, ¿no?

Aquello lo vivimos con incertidumbre, pero también con naturalidad, porque la verdad es que con él nunca ha habido tiranteces. Sí hubo un poco de malestar, pero estar tan lleno de ilusiones te hacía relativizar todo. Celtas Cortos ha sido siempre una casa con las puertas abiertas.

Tienen cerca de una docena de «hits» que se hicieron muy populares. ¿Guardan especial cariño a sus canciones menos conocidas?

Pues sí, de hecho hemos llegado a sentir antipatía por algunos de esos «hits».

He leído que hay un «crowdfunding» para rehabilitar la famosa Cabaña del Tormo, donde «Cifu» escribió «20 de abril». ¿Por qué no un concierto solidario allí para echar una mano?

Pues fíjate, los demás no hemos ido nunca. ¡Treinta años después sigue siendo una cuenta pendiente! Sería la ocasión perfecta. La verdad es que has tenido una idea estupenda, no te extrañe que acabemos haciéndolo.