Los bares de Cádiz, otro verano con los mismos problemas

Llega el verano de 2017 y como en la película 'Atrapados en el tiempo', los hosteleros de Cádiz se enfrentan al mismo verano que en 2016. Los problemas que tenían los dueños de bares y restaurantes de la capital se repiten.

Los restauradores del Paseo Marítimo de Cádiz temen que en el mes de julio, cuando llegue el pico de demanda del servicio eléctrico, se vuelvan a producir apagones de luz similares a los del verano pasado «porque no se ha arreglado el problema, en absoluto», como explica el presidente de los hosteleros de Horeca, Antonio de María.

Desde el Ayuntamiento de Cádiz explican que además de los arreglos puntuales que se ejecutaron cuando se detectaron las averías se ha incluido, como novedad, en los próximos presupuestos una partida destinada a Alumbrado Público para mejorar la red eléctrica de la zona en 2018, «algo que no había hecho nunca el equipo de gobierno anterior, que dejó abandonado este servicio», apuntan fuentes municipales.

Pero lo cierto es que los hosteleros pierden la paciencia, porque a día de hoy, el alumbrado sigue igual que en junio de 2016. «Una de las últimas explicaciones que me dieron fue que se trataba de un problema de potencia y que habría que construir una nueva subestación eléctrica para asegurar el suministro cuando aumenta la población y la demanda de electricidad, pero hasta hoy», explica De María.

El dueño de la cafetería Massé, José Lado, recuerda que el verano pasado estuvieron totalmente apagados «ni más ni menos que durante el fin de semana del Trofeo Carranza, entre otros». Y apunta que si este verano ocurre otra vez, tendrán que movilizarse «porque la gente se vuelve desde el Playa Victoria cuando ve esto como la boca de un lobo». Apunta además que no solo se apaga el Paseo, sino las calles colindantes, a lo que se suma el corte de luz de la playa, por lo que la oscuridad es total.

«Los técnicos de Alumbrado Público responden cuando se les llama pero me argumentaban que el saneamiento del cableado se acometería cuando se ejecuatasen las obras del carril bici... es decir, en 2022», apunta Lado en tono irónico.

Palomas en la Catedral

A los hosteleros no les preocupa solo este problema, «ya que en el centro seguimos sufriendo el acoso de las palomas, igual que en el verano pasado». Para intentar solucionar este asunto, Horeca envió un presupuesto de control de palomas en abril y una empresa especializada se reunió con el Ayuntamiento y las asociaciones afectadas para explicar el procedimiento a seguir, «pero tampoco hemos sabido nada de nada», sentencia el presidente de la patronal.

En este día de la marmota hostelera, sí hay una novedad: que a los problemas de los hosteleros se ha sumado la polémica de las terrazas. En este sentido, apuntan que «las negociaciones van a buen ritmo». Como narra el propietario de restaurante Charlotte, Alejandro Aragón, «estamos satisfechos con las últimas conversaciones mantenidas con Martín Vila. Lo que no tenía sentido es que recortaran mesas hasta de donde no hay paso de gente alegando problemas de aforo», explica Aragón.

«Los aspectos más polémicos se están arreglando», apunta también el dueño del Massé, «pero el borrador era un auténtico disparate». «Nos pedían a los bares cosas que ni Urbanismo municipal puede cumplir hoy día por problemas de espacio, que se arreglarán cuando se haga la obra del carril bici... como mínimo, en 2022», concluye Lado, volviendo al inicio del problema.