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El helicóptero de la Guardia Civil protege a la agente acosada - la voz
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Vecinos de Sanlúcar lanzan piedras contra tres agentes que custodiaban un alijo en la playa

Tuvieron que disparar al aire para intimidar a las personas que los acosaban

LA VOZ
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Dos agentes de la Guardia Civil y uno de Vigilancia Aduanera tuvieron que disparar al aire para disolver un grupo personas que, en una playa urbana de Sanlúcar, los insultaba y apedreaba cuando custodiaban, sobre la arena, una lancha neumática con más de una tonelada de hachís que había sido abandonada tras una persecución por el río Guadalquivir.

Según han precisado a Europa Press fuentes del dispositivo, los hechos tuvieron lugar el pasado 27 de marzo, cuando un helicóptero de Vigilancia Aduanera persiguió a dos lanchas neumáticas que llevaban hachís y pretendían alijar el cargamento en alguna zona del río Guadalquivir.

Ante la persecución, los tripulantes de las lanchas neumáticas las abandonaron y huyeron. Una de las lanchas quedó varada en una playa urbana de Sanlúcar de Barrameda.

De los dos agentes de Vigilancia Aduanera que llegaron al lugar, uno se marchó a controlar la otra lancha neumática, mientras que otro quedó junto a la que se encontraba en la playa.

Un nutrido grupo de personas comenzó a concentrarse en la playa donde había quedado la lancha neumática, ante lo que el efectivo de Vigilancia Aduanera solicitó refuerzos. En ese instante llegaron dos agentes de la Guardia Civil para participar en la operación.

Fue entonces cuando el grupo de personas empezó a insultar a los agentes e incluso a lanzarles piedras, a la vez que se acercaban a la lancha neumática cargada de hachís, ante lo cual los guardias civiles y el efectivo de Vigilancia Aduanera efectuaron disparos al aire para intimidar a las personas que los acosaban.

Al lugar también acudieron posteriormente agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Sanlúcar de Barrameda.

Desfase temporal

Las citadas fuentes indican que es imposible determinar dónde puede acabar una persecución como la descrita, y que siempre hay un desfase temporal entre la conclusión de la persecución del helicóptero a la lancha neumática y la llegada de agentes por tierra para custodiar la embarcación.

Destacan las referidas fuentes que por tierra es muy difícil llegar en el momento justo, más en operaciones en el río Guadalquivir, donde son muy difíciles los accesos.

Además, inciden en que «lo que son 15 minutos más de persecución en helicóptero o por mar pueden ser siete u ocho kilómetros en una u otra margen del río».

En este sentido, apuntan que si la operación se hubiera desarrollado en la zona del Coto de Doñana «no se entera nadie». Sin embargo, en zonas urbanas acostumbradas a que se desarrollen operaciones como la descrita cada vez empieza a llegar más gente, empiezan los comentarios y todo empieza a subir de tono.

«La situación fue peligrosa para la integridad de los agentes que había allí», reconocen las citadas fuentes, que reseñan que «afortunadamente todo salió bien, porque no les pasó nada a los agentes y el cargamento de droga de las lanchas neumáticas se conservó para ser incautado».

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