¿Te pones música en el trabajo? Deberías saber esto

No toda la música es apta para realizar todas las tareas: rock si tu empleo implica movimiento; pop para actividades repetitivas, jazz para potenciar la creatividad...

La Voz de Cádiz

Cada vez es más habitual que los trabajadores se pongan los cascos y escuchen música mientras desarrollan su jornada laboral. Sobre todo si se trata de personas jóvenes y el ambiente es distendido. La música ayuda a estimular el cerebro del ser humano y lo hace desde las primeras etapas de la vida: un bebé es totalmente capaz de responder a melodías e incluso el feto es capaz de percibir sonidos desde el vientre. En esta etapa, las melodías tranquilas y los latidos del corazón de la madre favorecen la relajación del feto. Está comprobado y verificado científicamente que la música con sonidos plácidos nos transmite paz y nos relaja.

La música puede aumentar los niveles de dopamina en el cerebro, eliminar el estrés y aumentar también la concentración y hay estudios que avalan que escuchar música es algo muy beneficioso si desempeñas una actividades mecánicas y repetitivas. Así lo recoge por ejemplo Teresa Lesuik, investigadora de la Universidad de Windsor en un estudio «The effect of music listening on work performance».

Sin embargo, no toda la música sirve para aumentar de manera significativa el rendimiento laboral porque entran en juego factores como la persona, su estado de ánimo, el tipo de melodías que escucha. La misma música no tiene los mismos efectos en todas las personas y sus beneficios varían en función del tipo de actividad laboral que se ejerza. En general se admite que la música en la oficina logra que el trabajador reduce la sensación de estrés ya que evita que la atención auditiva se centre en ruidos molestos o perturbadores como los teléfonos.

La elección del tipo de música puede incidir en el rendimiento una forma negativa o positiva ya que como hemos dicho repercute en el funcionamiento del cerebro y puede facilitar o dificultar la realización de una tarea. Las emociones, el estado de anímico de la persona y las circunstancias personales también entran en juego ya que interaccionan con las canciones y pueden activarnos pero también desmotivarnos. 

La reconocida empresa de audio Sonos publicó un estudio, basado en investigaciones y encuestas, que resume el estilo de música acorde con cada trabajo.

-Rock: Si tu empleo implica movimiento y si estás de pie gran parte el día.

-Pop: para actividades monótonas como el registro de datos.

-Jazz y música ambiental: para tareas que pausadas y creativas.

-Punk, rap, hip-hop: está indicado para hacer deporte.

-Instrumentales: al no tener letra permiten mantener el ritmo, haciendo ameno el trabajo sin afectar de forma negativa la productividad.

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