Vigilia pascual

El Vaticano cambió el texto del Vía crucis del Papa para no ofender a Ucrania

La lesión de rodilla impide a Francisco presidir la Vigilia Pascual en el Vaticano

Descubren el altar medieval de la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén

Polémico vía crucis de la «reconciliación»: una rusa y una ucraniana cargarán con la cruz en Roma

Francisco, durante la vigilia pascual de este Sábado Santo REUTERS
Javier Martínez-Brocal

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El Papa Francisco se vio obligado a «limitar» su participación en la ceremonia de este Sábado Santo en el Vaticano, por las dificultades para caminar y estar demasiado tiempo de pie que le provoca la gonalgia aguda. El fuerte dolor de rodilla a causa de una lesión del cartílago le obligó a asistir a la ceremonia sentado y a limitarse a pronunciar la homilía y bautizar a siete adultos.

Francisco tenía buen aspecto y sonreía ayer cuando entró en la basílica, a pesar de que caminaba con dificultad, ayudado por dos personas. Siguió la ceremonia desde la primera fila, en una silla delante de los lugares reservados a cardenales.

A la sobrecarga de trabajo y compromisos especiales de estos días, se habrá añadido sin duda la preocupación por la indignación que suscitó en Ucrania la idea del Vaticano de que una mujer rusa y otra ucraniana llevaran juntas la cruz del Vía Crucis ante el Papa, para pedir «paz y reconciliación» en sus países.

La polémica estalló el lunes, cuando se publicó el texto que sería leído mientras ambas mujeres llevaran la cruz. «Enséñanos a reconciliarnos, a ser hermanos y hermanas, a reconstruir lo que las bombas habrían querido aniquilar», se leería como meditación sobre la muerte de Cristo. Luego rogaban: «Te suplicamos que concedas a las familias destruidas por lágrimas y sangre creer en la fuerza del perdón y a todos nosotros construir paz y concordia».

El embajador de Ucrania ante la Santa Sede reaccionó en redes sociales con un mensaje en el que evocaba «posibles consecuencias» si se celebraba este vía crucis. El líder de la Iglesia greco católica ucraniana, Sviatoslav Shevshuk, atribuyó la idea a «soñadores vaticanos», y dijo que era ofensivo hablar de reconciliación mientras las tropas rusas atacan el país. «Primero debemos dejar de matarnos; luego, condenar al autor y hacer justicia. Sólo después de la condena del agresor ruso podrá iniciarse un proceso de reconciliación, y será un largo camino», adelantó.

El rechazo fue tal que las televisiones católicas de Ucrania decidieron no retransmitir el viernes el Vía crucis del Papa.

El Vaticano evitó durante la semana intervenir en la polémica, y el Viernes Santo, sin anuncios ni explicaciones, sustituyó la meditación preparada por una mucho más breve y directa. «Ante la muerte, el silencio es la palabra más elocuente. Detengámonos en silencio orante, y que cada uno en su corazón rece por la paz en el mundo», se limitaron a decir mientras, como estaba previsto, las dos mujeres sostuvieron la cruz acompañadas por sus familias.

Ha sido un tenso ejercicio de «diplomacia espiritual» que sin duda ha afectado al Papa Francisco. Para agradecer el cambio, este sábado, el alcalde de Melitopol, Ivan Fedorov, quien fue arrestado por los rusos y rescatado en un intercambio de prisioneros, y tres parlamentarios de Ucrania visitaron al cardenal secretario de Estado Pietro Parolin y asistieron a la Vigilia Pascual en la basílica.

«En esta oscuridad que están viviendo, señor alcalde y señores parlamentarios, la oscuridad cerrada de la guerra y de la crueldad, rezamos con vosotros», les dijo el Papa en la homilía. «Podemos daros solo nuestra compañía, nuestra oración y nuestro ánimo», añadió.

El Papa había comenzado su homilía recordando los ataques nocturnos contra ciudades: «Muchos escritores han evocado la belleza de las noches iluminadas por las estrellas. En cambio, las noches de la guerra están surcadas por luminosas estelas de muerte».

Luego invitó a seguir el relato de la Resurrección de la mano de «las mujeres del Evangelio, para descubrir con ellas la manifestación de la luz de Dios que brilla en las tinieblas del mundo, en esta noche de la Pascua». Propuso a los católicos hacer como ellas y «remover la piedra del sepulcro, donde con frecuencia hemos encerrado al Señor».

«Resucitemos a Jesús de los sepulcros donde lo hemos metido, liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado. Llevémoslo a la vida cotidiana: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra; con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras. Y, sobre todo, con obras de amor y de fraternidad», pidió el Pontífice.

«Resucitemos a Jesús de los sepulcros donde lo hemos metido, liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado»

Durante la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, que fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re , Francisco bautizó además a siete adultos, dos mujeres y siete hombres, procedentes de Cuba, Albania, Italia y EE.UU.

Prevenir nuevas lesiones

El Papa Francisco estaba decidido a presidir todas las ceremonias de esta Semana Santa, que han sido adaptadas para evitarle durante el rito desplazamientos innecesarios que empeoren su lesión de rodilla. Lo cierto es que ha seguido una agenda excesiva para una persona de 85 años y no se han tomado todas las medidas de prudencia.

El Jueves Santo por la mañana celebró la misa crismal en la basílica, y por la tarde viajó a una cárcel a 80 kilómetros de Roma para el Triduo Pascual, que incluyó el rito del lavado de pies a doce prisioneros.

Este Viernes Santo insistió para participar en la procesión que recorrió toda la nave central de la basílica, tanto al inicio como al final de la ceremonia. Y por la noche se trasladó hasta el Coliseo de Roma para asistir al Vía Crucis.

El Papa tiene además previsto celebrar una misa en la plaza de San Pedro este domingo a las 10 de la mañana e impartir la bendición 'Urbi et orbi', «a la ciudad (de Roma) y al mundo» desde el balcón de la basílica de San Pedro a mediodía. No habrá cambios, siempre que la imprevisible rodilla no dé nuevas sorpresas.

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