Las universidades españolas «resisten» en el prestigioso ranking Shanghai pese a la falta de presupuesto

En total, España cuenta con 13 universidades entre las 500 mejores y 38 entre las 1.000, Lo que supone una mejora respecto al año pasado cuando había 10 y 33, respectivamente

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Pocas cosas han cambiado, en lo que respecta a la posición de las universidades españolas, en la última edición del prestigioso ranking de Shanghai. La falta de Gobierno impide que la ley de universidades , tan pedida por los rectores, termine de cristalizarse, a lo que se suma que los campus, también critican los rectores , han sufrido recortes de presupuesto desde 2008 que aún no se han revertido plenamente.

Pese a todo esto, las universidades españoles resisten, consiguen mantenerse a flote en la clasificación por excelencia de las 500 mejores universidades de todo el mundo. Y, por si esto fuera poco, mejoran ligeramente. Así, la Universidad de Barcelona se mantiene, como el año pasado, entre las 200 mejores del mundo dejando en el olvido el nefasto resultado de 2017 en el que ningún campus español arañaba una posición entre las 200 mejores . Eso sí, la catalana es la única en esta posición ya que el resto de las españolas empiezan a aparecer en el bloque de las 300 mejores.

A juicio de Margarita Arboix , rectora de la Universidad Autónoma de Barcelona, (entre las 300 mejores y que mejora respecto a 2018), la buena posición de los campus españoles es atribuible a la «resistencia». « Nos estamos ganando la buena posición en los ranking a pulso , sin ninguna aportación de la Generalitat y esto nos puede hacer fracasar a todas la catalanas mañana mismo», sentenció. Las iniciativas de la universidad incluyen, por ejemplo, la creación de nuevas plazas «de talento» para jóvenes investigadores con potentes proyectos de investigación. «La Generalitat nos da 160 millones al año, si llegamos a los 300 es por nuestro trabajo. No le pedimos aumentos de sueldo sino dinero para levantar la persiana todos los días ».

En el segmento 201-300 del ranking de Shanghai, aparte de la Autónoma de Barcelona (que mejora su lugar al salirse del bloque de las 400 primeras), aparece también la Complutense de Madrid , la Universidad de Granada y la de Valencia . Esta última también mejora considerablemente ya que en la edición anterior estaba en el segmento 401-500.

A estas cuatro le siguen (en el tramo 301-400) la Autónoma de Madrid y la Pompeu Fabra, esta última en peor posición que en 2018 (201-300). Y. el último bloque, entre las 500 mejores, están la Politécnica de Valencia y la de Oviedo, la de Sevilla, la de Zaragoza y la de las Islas Baleares , estas cuatro últimas que han conseguido quedarse, este año, dentro de la barrera de las 500 primeras ya que en 2018 estaban fuera. También entra en este bloque la Universidad del País Vasco , que pierde posiciones respecto al año pasado.

En total, España cuenta con 13 universidades entre las 500 mejores y 38 entre las 1.000 (37 públicas y una privada, la de Navarra) . Lo que supone una mejora respecto al año pasado cuando había 10 y 33, respectivamente. Cabe destacar los nuevos ingresos de este año: la Universidad de Girona, la de Extremadura, la de las Palmas de Gran Canaria y la Rey Juan Carlos y la salida de la Carlos III.

Para elaborar esta clasificación se tiene en cuenta el número total de alumnos o profesores que han ganado un Premio Nobel (en el caso de estos últimos debe ser de Física, Química, Medicina o Economía) o la medalla Fields en Matemáticas. También se considera el número de artículos publicados y citados y cuántos aparecen en revistas prestigiosas como Nature o Science .

Lo que falla en España

La interpretación de la posición española en esta edición depende, como es de esperar, de a quién se le pregunte. Si bien hay coincidencia en que el resultado para España es «bueno», algunos, como Juan Juliá , vicepresidente adjunto de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) , sostienen que podría ser mucho mejor si hubiese más dinero del Estado (o más bien, de las comunidades autónomas). Otros, como Juan Manuel Pingarrón , secretario de Estado de Universidades, aún reconociendo lo anterior piden que se remanguen las universidades. «Debe plantearse un modelo de financiación por objetivos que dé a los centros alicientes para hacer mejor las cosas», apunta Pingarrón.

Juliá concreta los dos aspectos en los que España falla y que son fundamentales para una buena posición en el ranking: la inversión en I+D y el gasto por estudiante . «La media del presupuesto por estudiante de las 150 primeras universidades es cuatro o cinco veces mayor que las españolas del top 500». Por otro lado, «la mayor parte de países que tienen más universidades en el listado gastan en I+D por encima del 2 por ciento, mientras que en nuestro país, la cifra es del 1,2».

De acuerdo con datos del informe «La Universidad española en cifras, año 2016 y curso académico 16-17», en el periodo 2008/2016, el esfuerzo de la UE en I+D aumentó un 10,1%, en la OCDE creció un 3,2%, mientras que en España disminuyó un 9,7%. En cuanto al segundo aspecto, España es el segundo país de la OCDE que más ha reducido su gasto por estudiante en el periodo 2010 a 2015 (-13%) y, en ese mismo periodo de crisis, la mayoría de los países europeos y de la OCDE incrementaron su gasto por estudiante en educación superior.

«Sistema resiliente»

Pingarrón defiende que la posición española en la clasificación pone de manifiesto que el sistema funciona relativamente bien y que no hay tantas distancias entre campus como sucede, por ejemplo, en Estados Unidos. « Nuestro sistema es resiliente pero no es el que nos permitirá dar un paso adelante», apunta. El sistema español, además, es más democrático que el de otros países y permite que todo el mundo pueda estudiar. «En países como China, por ejemplo, hay una inversión tremenda, es cierto, pero allí la competencia es feroz y solo entran unos cuantos. A esos los mandan fuera, a Harvard o Cambridge, les pagan todo y a los cinco años los vuelven a taer a las universidades chinas», explica Pingarrón.

En cualquier caso, tanto Juliá como Pingarrón, coinciden en que lo que España necesita es sacar adelante la tan pedida por los rectores ley de universidades que, aparte de plantear un nuevo modelo de financiación, debe « dotar de más autonomía y capacidad de actuación a las universidades para que puedan diseñar políticas que les permitan avanzar, además de mayor rendición de cuentas», señala Pingarrón.

Hasta que esa ley llegue, los campus siguen aguantando.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación