Más de la mitad de las adolescentes se ven gordas aunque no lo están

Los niños españoles en edad escolar se alimentan cada vez peor, no hacen mucho ejercicio físico, están engordando y se estresan mucho con los deberes. Estas son algunos trazos del informe « Creciendo en desigualdad: diferencias socioeconómicas y de género en la salud y el bienestar de los jóvenes», publicado este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS). ( Videoanálisis aquí).

El estudio, que se publica cada cuatro años, muestra una foto fija de los niños y adolescentes de 42 países de Europa y América del Norte con indicadores claves para analizar su comportamiento y hábitos que les llevan a tener una vida más o menos saludable. Se ha estudiado su relación con las drogas, la edad en la que se encienden su primer cigarrillo, cómo se enfrentan a su vida escolar o cuál es la percepción que tienen de su cuerpo en relación a su peso real.

El estudio de la OMS analiza las franjas de edad comprendidas entre 11 y 15 años porque corresponden con el inicio de la adolescencia y suponen una importante etapa en la adopción de estilos de vida.

Uno de cada cuatro, a dieta

España ocupa el undécimo puesto en la lista de países con niños más obesos, con un 18% de niñas y un 26% de niños de 13 años con sobrepeso, 15% de niñas y 24% de niños en la franja de 15 años. Esto se explica, debido a que en la adolescencia los comportamientos sanos son menos frecuentes, afirmó el estudio. Pero uno de los datos más curiosos es el que se refiere a cómo se ven físicamente, si se consideran más o menos gordos. Hasta el 46% de las chicas de 15 años contestó que está por encima de su peso, aunque en realidad solo el 15% cumple con los criterios de sobrepeso. En el resto de países estudiados sucede algo parecido con las chicas de esta franja de edad, aunque ligeramente menos acusado que en España. El 43% se ve con sobrepeso aunque solo un 20% lo tiene realmente. En este tramo de edad, uno de cada cuatro adolescentes se ha puesto a dieta o está haciendo algo para reducir su peso.

Mal alimentados

Algunos comportamientos alimentarios son indispensables para reducir la obesidad, según la OMS, como la toma del desayuno importante para controlar el peso y aumentar las capacidades físicas e intelectuales. Los niños españoles desayunan cada día pero toman poca fruta y alimentos sanos, tampoco hacen suficiente ejercicio físico señaló el informe. Ellas son las que más fruta y verdura comen y se cepillan más los dientes. Pero tanto chicos como chicas, a medida que cumplen años dejan de comer o cenar en familia, algo que podría influir también negativamente en su peso.

Dos horas de tele

Los niveles de actividad permanecen muy bajos en todos los países. Solo el 25% de los niños a los once años cumple con los criterios de actividad física deseados y el porcentaje cae al 16% cuando cumplen 15 años. En España, el sedentarismo se puede medir con el número de horas que pasan nuestros niños frente al televisor. Los de de once ven poca tele al día, pero cuando cumplen 15 se pasan más de dos horas al día pegados frente a la pantalla.

Alcohol, una vez por semana

Sin embargo, respecto al consumo de alcohol los adolescentes españoles están por debajo de la media aunque el 11% de los chicos y el 8% de las chicas de quince años admiten beber al menos una vez por semana y que el 21% de adolescentes de ambos sexos de la misma edad reconoce haberse emborrachado en más de dos ocasiones.

El primer cigarrillo a los 13

Tampoco son los jóvenes españoles los más precoces en iniciarse en el consumo de tabaco ya que de acuerdo con las estadísticas facilitadas por la OMS sólo el 9% de los adolescentes de 15 años interrogados reconocieron haber fumado su primer cigarrillo con trece años o un poco antes. Los datos de alcohol y tabaco en todo los países son los mejores de todo el informe de la OMS. El estudio refleja un descenso notable en el consumo de ambos.

Estresados por los deberes

Lo que sí estresa a los niños y niñas españoles y los coloca en los primeros puestos de las listas publicadas en el estudio son los deberes escolares que traen diariamente a casa, presión psicológica que puede ocasionarles problemas de salud como dolores de cabeza o de estómago, mareos y dolor de espalda, señaló la OMS. En el caso de España, la presión escolar aumenta proporcionalmente a la edad, afirma el estudio, sobrepasando con creces, a partir de los once años, el promedio general que se sitúa alrededor del 24% para los chicos y 22% para las chicas, precisó la OMS.

Desde los once años el 34% de los niños varones españoles y el 25% de las niñas de la misma edad se sienten presionados por las tareas escolares. La situación empeora a los 13 años, en el momento de la pubertad, con un 55% de niñas y un 53% de niños afectados por la carga escolar. A los 15 años la tensión se dispara con 70% de niñas y 60% de varones estresados.

Los resultados de las encuestas realizadas en el estudio superan con creces el promedio de los demás países, ya que España ocupa el cuarto lugar de la lista general, para las franjas de edad comprendidas entre 13 y 15 años. Entre las consecuencias de este estrés está el aumento de los problemas psicológicos debido al descenso de la autoestima.

Según el informe, como los niños pasan cada vez más tiempo en el colegio es importante que no se sientan tristes, estresados o nerviosos y para que esto no ocurra hay que crear las condiciones para que reine un ambiente sano que tendrá consecuencias positivas en la salud y en el comportamiento general de los alumnos.

Ciberacoso escolar

Otro de los aspectos estudiados en los que España está en la séptima posición en el ranking de acoso escolar. Las redes sociales son el vehículo más frecuente utilizado para este tipo de prácticas de acoso que desembocan en malos rendimientos académicos, comportamientos violentos o problemas comportamentales con los compañeros. Las prácticas sexuales de riesgo y el consumo de drogas son otras de las consecuencias del acoso escolar.

España está en el séptimo puesto de la lista de países donde los niños de trece años han recibido insultos o amenazas a través de aplicaciones de móvil como Whatsapp o de redes sociales como Facebook o Twitter con frecuencia, al menos dos o tres veces al mes por detrás de otros países como Rusia, Lituania y Bulgaria.