Tumor trasplantado en el ratón
Tumor trasplantado en el ratón - HUFJD

Usan tumores trasplantados en ratones para 'personalizar' la terapia en cáncer

Los tejidos de pacientes cáncer de colon se injertan en los animales para cultivarlos y probar, en tiempo récord, diferentes alternativas terapéuticas

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El futuro del tratamiento contra el cáncer pasa necesariamente por un diagnóstico cada vez más precoz y por el desarrollo de nuevas terapias individualizadas ajustadas tanto a las características de cada persona como al propio perfil molecular de su tumor. Siguiendo esta línea, un grupo de especialistas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid han empezado a extraer tejido tumoral de pacientes de cáncer que están siendo intervenidos en el quirófano para, en un tiempo récord, implantarlo en ratones de laboratorio con el fin de expandirlo, volver a trasplantarlo a otros animales y contar así con varios modelos ‘in vivo’ con los que probar diferentes combinaciones de fármacos hasta dar con el tratamiento óptimo para cada persona. Este sistema se está aplicando desde hace seis meses y, por el momento, sólo se usa de forma experimental, utilizando tejidos de pacientes con tumores del aparato digestivo, sobre todo de cáncer de colon.

«Para que el xenotrasplante (trasplante entre diferentes especies) del tejido tumoral extraído al paciente durante la intervención tenga éxito y arraigue en el ratón utilizamos animales inmunodeprimidos para evitar rechazos», ha explicado a Europa Press Laura del Puerto, de la División de Oncología Traslacional del citado centro.

Además, el tiempo a la hora de realizar estos trasplantes es clave, según ha defendido, ya que es preciso tardar menos de una hora en implantar el tejido en el animal una vez extraído en el quirófano, para lo que deben preocuparse de trasplantarlo 'limpio', sin tejido diferente del tumoral o células necrosadas.

El tejido, del que se obtienen por lo general dos o tres muestras (dependiendo del tipo y extensión del tumor) se implanta de forma subcutánea en un costado de uno o varios ratones, donde si todo va de forma correcta empieza a expandirse.

Posteriormente, una vez que ha crecido, y coincidiendo con los días en los que el paciente se está recuperando de la intervención, se separan varias partes del tumor alojado en el ratón y se implantan en otros animales, obteniendo así una amplia variedad de muestras del mismo cáncer. El paso siguiente, explica Del Puerto, es aplicar a cada uno de los ratones diferentes combinaciones tanto de quimioterapia como de fármacos biológicos para ver cuál es el que consigue un mayor control local del tumor. Una vez definido los especialistas ya saben cuál es el fármaco o combinación de fármacos que le va a ir mejor a un determinado paciente.

Banco de terapias

Este procedimiento no se limita únicamente al paciente original, ya que un determinado tumor, una vez estabilizado, se puede caracterizar a nivel molecular y congelar, de forma que en el futuro, si se encuentran ante un cáncer con las mismas características, los especialistas sabrán en muy poco tiempo qué tipo de tratamiento farmacológico es el idóneo para un determinado paciente.

No obstante, ha destacado Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncológico de IDCsalud-Fundación Jiménez Díaz, aunque todavía es pronto para plantearse su aplicación directa en pacientes se ha visto que este procedimiento permite «abrir distintas líneas de investigación que en el futuro podrían traducirse en mejores tratamientos en el ámbito clínico». Y, añade, «siempre siguiendo la tendencia de buscar un abordaje cada vez más específico y ajustado a las características concretas de cada paciente».

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