VIDA SALUDABLE

Investigadores españoles explican la 'paradoja de la obesidad'

Su estudio señala la primera prueba de que existe una respuesta celular específica entre los individuos obesos exentos de enfermedades metabólicas.

MADRID Actualizado: Guardar
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La obesidad es un problema de salud de primer orden. Al igual que la malnutrición azota los países desfavorecidos, esta forma de sobrepeso afecta fundamentalmente a los habitantes de los países más desarrollados hasta el punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera una epidemia. Los individuos con más peso del recomendable están más predispuestos a desarrollar ciertas enfermedades de carácter metabólico, como la diabetes o la hipertensión, pero no todos.

Aproximadamente un tercio de los obesos está aparentemente libre de este conjunto de dolencias, al menos temporalmente. Los científicos tratan de conocer cuáles son las causas de esta particularidad, ya que puede ayudar a frenar una epidemia que causa alrededor de tres millones de muertes cada año en todo el planeta.

Ahora, un estudio coordinado por la Universidad de Córdoba y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) ha encontrado la primera prueba de que existe una respuesta celular específica para evitar estos daños entre los individuos exentos de enfermedades metabólicas. «No sabemos todavía qué define la transición entre la obesidad que denominamos ‘metabólicamente saludable’ de otra que no lo es. Por qué hay individuos aparentemente protegidos frente a enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el hígado graso. Sin embargo, describiendo estas rutas moleculares hemos empezado a acercarnos», resume a SINC María del Mar Malagón, catedrática del departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba e investigadora del IMIBIC.

Los resultados del estudio, perteneciente a un proyecto del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, han sido publicados en la revista científica «Antioxidants & Redox Signaling».

Para descubrir los mecanismos celulares se analizaron muestras de tejido adiposo del Hospital Universitario Reina Sofía, dentro de un proyecto coordinado con clínicos y cirujanos de este centro asistencial. Todas las personas con obesidad desarrollan acumulación de tejido adiposo, o graso, bajo la piel o alrededor de los órganos.

El tejido adiposo está compuesto por células que acumulan lípidos, a modo de reserva de energía inicialmente, pero cuyo exceso puede desencadenar esas enfermedades metabólicas. Las muestras procedían de pacientes con un índice de masa corporal superior a 35, obesos mórbidos que se habían sometido a cirugía bariátrica para reducir su peso.

A partir de las muestras de tejido adiposo subcutáneo y visceral tomada a este tipo de pacientes, tanto los que habían desarrollado enfermedades metabólicas como los que parecían inmunes a ellas, los investigadores de la UCO emplearon técnicas proteómicas para conocer las rutas alteradas que debían ser las responsables de hacer enfermar o de proteger a los individuos.

Así, lograron identificar nuevos procesos metabólicos. La acumulación de grasa provocaba inflamación, además de estrés oxidativo y daños en las maquinarias de síntesis y reparación y reparación de proteínas dando lugar a la acumulación de proteínas mal plegadas oxidadas en las células, que son tóxicas para las células. Sin embargo, a pesar de todas estas penalidades, las células de los obesos metabólicamente sanos eran capaces de organizar una respuesta adaptada frente a todos daños.

Curiosamente, el daño celular no solo afectó a la grasa que tradicionalmente se asocia con el desarrollo de enfermedades metabólicas, la grasa visceral, sino también, y en la misma medida, a la grasa subcutánea, que se considera que tiene un efecto protector.

Para confirmar lo observado en células humanas, se pasó a la experimentación con ratones. En estos modelos animales se indujo obesidad mediante la administración de una dieta alta en grasa y se observó que estas mismas alteraciones celulares se producían también en los roedores.

Paralelamente, utilizaron líneas celulares para identificar los posibles factores responsables del daño celular en obesidad. Los científicos observaron que los ácidos grasos saturados mimetizan los cambios celulares que ocurren en animales obesos, o en individuos obesos con enfermedad metabólica.

Sin embargo en los últimos años han sido muchos los estudios que han destruido la teoría de la paradoja de la obesidad. Una nueva investigación publicada en «Obesity» hace apenas 1 año aseguraba que la obesidad siempre es perjudicial para la salud cardiovascular. Este trabajo rebaía lo sugerido por algunos estudios que afirmaban que la obesidad podía tener un componente ‘cardioprotector’, y reafirma la necesidad de controlar el peso cuando se padece una persona enfermedad cardiovascular.

El estudio de Samuel Preston, de la Universidad de Pensilvania, y Andrew Stokes, de la de Boston, (EE.UU.), dio respuesta a un rompecabezas: por qué la mayoría de los estudios muestran que las personas obesas o con sobrepeso con enfermedad cardiovascular sobreviven más que sus pares de peso normal. Los investigadores analizaron los datos de más de 30.400 personas que formaron parte del National Health and Nutrition Examination Survey entre 1988 y 2011, una muestra representativa de EE.UU. De los participantes, 3.388 tenían enfermedad cardiovascular.

Al contrario que la mayoría de las investigaciones que únicamente tiene en cuenta el peso en el momento del análisis, en esta ocasión se incluyó además los antecedentes del peso. Según Stokes, al no incluirlo en los trabajos previos fue como «clasificar a un fumador de toda la vida que dejó el hábito el día anterior a la investigación como un no fumador». Y, añade, «todos sabemos que si una persona es un fumador de toda la vida sigue teniendo sus riesgos incluso si ha dejado de fumar».

No hay obesos sanos y no protege frente a la diabetes

Así los investigadores identificaron un grupo control de personas que habían tenido peso normal durante toda su vida, lo que se considera de bajo riesgo para la enfermedad. Añadir el historial del peso «tiene un profundo efecto en los resultados», apunta Stokes. De esta forma, añade, se elimina la supuesta ‘ventaja’ sobre la mortalidad para los que tienen sobrepeso o son obesos.

Otro trabajo publicado en «The New England Journal of Medicine» (NEJM) hace dos años llegó a la misma conclusión: La obesidad no es saludable; no hay obesos sanos y no protege frente a la diabetes. En concreto, las conclusiones del estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard señalaban: «tener sobrepeso u obesidad no supone una mejora de la supervivencia entre los pacientes con diabetes tipo 2».

Con este trabajo se refutan investigaciones previas que había sugerido que para las personas con diabetes, el sobrepeso o la obesidad, podría estar relacionado con una menor mortalidad en comparación con personas de peso normal. «Estos datos disipan la noción de que el sobrepeso o la obesidad confieren cierta ventaja en la supervivencia entre los pacientes diabéticos», señaló Frank Hu, autor principal del estudio. El debate sigue abierto.

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