TABAQUISMO

¿Debe promoverse el uso de e-cigarrillos como herramienta para dejar de fumar?

Un nuevo estudio sugiere que su consumo podría reducir la mortalidad asociada al tabaco, por lo que pide una mentalidad ‘más abierta’ en su regulación

MADRID Actualizado: Guardar
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La eficacia de los cigarrillos electrónicos –o ‘e-cigarrillos’– como herramienta para ayudar a los fumadores a dejar el hábito tabáquico es, aún en la actualidad, objeto de un intenso debate. Tanto entre los científicos como en la calle. Y es que si bien algunas investigaciones avalan este beneficio, otras sugieren que no es tal, y que estos productos, dado que contienen nicotina, son tan nocivos como los cigarrillos ‘tradicionales’. Pero ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por siete expertos internacionales en el control del tabaco y publicado en la revista « Addiction» sugiere, tras haber recopilado gran parte de la evidencia científica al respecto, que el uso de los e-cigarrillos podría conllevar una reducción del consumo de tabaco y, por tanto, una disminución potencial de su mortalidad asociada.

De hecho, el estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), está dirigido a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), a la que le solicita una mentalidad ‘más abierta’ a la hora de regular los e-cigarrillos y productos similares.

Como explica David T. Levy, de la Universidad de Georgetown en Washington (EE.UU.) y director del estudio, «nos preocupa que la FDA, que ya ha establecido que será la responsable de regular los e-cigarrillos, se centre únicamente en la posibilidad de que los e-cigarrillos y otros productos similares actúen como puerta de entrada al consumo de cigarrillos».

Y es que como lamenta el investigador, «creemos que la discusión generada hasta la fecha ha estado orientada en contra de los e-cigarrillos, lo que no podemos sino tildar como desafortunado. Y es que cuando observamos la situación en su conjunto vemos que estos productos son mayoritariamente utilizados por gente que ya fumaba o que tenía una alta probabilidad de convertirse en fumadora».

Menos fumadores

La tasa de fumadores en Estados Unidos ha descendido en torno a un 50% desde que alcanzara su máximo pico en los años sesenta. Un éxito atribuible a las políticas para el control de los productos del tabaco que, sin embargo, es únicamente parcial. No en vano, recuerdan los autores, «los productos del tabaco todavía contribuyen a las altas tasas de mortalidad prematura». Tal es así que el Cirujano General de Estados Unidos –un cargo que en nuestro país equivaldría al de ministro de Sanidad– aseguró en 2014 que «la carga de enfermedad y mortalidad por el tabaco en Estados Unidos se encuentra abrumadoramente causada por los cigarrillos y otros productos de la combustión del tabaco».

En este contexto, los investigadores del nuevo estudio afirman que los e-cigarrillos pueden contrarrestar estos riesgos para la salud. De hecho, indica David Levy, «calculamos que el uso exclusivo de e-cigarrillos se asocia con cerca de un 5% de los riesgos de mortalidad del tabaco. Además, las evidencias sugieren que el uso de los e-cigarrillos tiene un enorme potencial para mejorar la salud de la población al reducir el consumo de cigarrillos en países en los que la prevalencia de este consumo es aún elevada y los fumadores quieren dejar este hábito».

El uso exclusivo de e-cigarrillos conlleva un 5% de los riesgos de mortalidad asociados al tabacoDavid Levy

Y para demostrar este beneficio, el estudio ofrece datos en los que se observa que el consumo de cigarrillos en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido ha caído más en los últimos dos años que en los cuatro o cinco años previos, una tendencia positiva que coincide con el incremento del uso de los e-cigarrillos.

Como destaca el director de la investigación, «si bien los e-cigarrillos pueden actuar como una puerta de entrada para el consumo de tabaco, una gran parte de la evidencia nos muestra que el uso de estos e-cigarrillos alienta la cesación del tabaco en aquellas personas que habrían fumado de todas maneras con o sin los e-cigarrillos».

Cuidado con los impuestos

Entonces, y atendiendo a los supuestos beneficios de estos productos, ¿debe potenciarse el consumo de los cigarrillos electrónicos? Evidentemente, no, pues podría tener consecuencias muy nocivas. Como alerta David Levy, «no queremos alentar el uso de e-cigarrillos entre los menores y los jóvenes que de otra manera nunca fumarían. Sin embargo, el objetivo principal de las políticas para el control del tabaco debería ser el fomento de la cesación tabáquica y ofrecer a los fumadores las herramientas para que este abandono del hábito resulte más fácil, aunque ello suponga pasarse temporalmente a los e-cigarrillos en lugar de cesar abruptamente todo consumo de nicotina».

Por tanto, los autores solicitan que la regulación y los impuestos sobre los e-cigarrillos sean más laxos que los establecidos en el tabaco, para así no contrarrestar los beneficios que ofrecería el consumo de estos productos.

Como concluye David Levy, «es cierto que al aumentar el precio de los e-con unos impuestos similares a los del tabaco se desalentaría su uso entre los menores y jóvenes. Pero igualmente, también desalentaría a los fumadores, muy especialmente a aquellos con menores recursos económicos, que están intentando dejar de fumar».

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