En vídeo: Médicos y pacientes cuentan cómo ha cambiado el VIH en estos 40 años

El diagnóstico de VIH ya no es una sentencia de muerte, sino una enfermedad crónica con la que se puede vivir. Hablamos con los protagonistas de esta pandemia para conocer cómo ha evolucionado desde los años 80 hasta la actualidad.

Nerea Balinot

Nerea Balinot

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Mar Linares lleva más de media vida con VIH . La diagnosticaron en 1989, cuando no se hablaba de virus, sino de sida; y en aquellos años, «sida era igual a muerte» . La pandemia entró en su vida como un efecto dominó. Comenzó a morir gente de su entorno. Le dieron seis meses de vida . Esperó la muerte en cualquier momento. Y después sobrevivió. «No me esperaba, de ninguna manera, cumplir 59 años» , afirma.

Ahora recuerda lo que significaba tener VIH en España a finales de los años 80 , a través de la pantalla de un ordenador. Al otro lado escucha José Fley (30 años), que fue diagnosticado en 2016. Entre sus historias hay casi tres décadas de diferencia , y una serie de avances médicos que han transformado radicalmente la enfermedad.

Cuando Mar recibió el diagnóstico, el VIH era una sentencia de muerte apenas contenida con tratamientos tóxicos. «Yo estuve sin tomar medicación hasta 1997, porque realmente me daba más miedo la medicación que el sida en sí », explica.

Hoy en día no tiene nada que ver, afirma María Jesús Pérez, Jefa de sección de enfermedades infecciosas del Hospital Ramón y Cajal. En la actualidad, el VIH es una enfermedad -crónica, incurable - pero con la que se puede vivir. El tratamiento es sencillo: una pastilla diaria que permite «un avance impresionante» , añade el doctor José Arribas, Jefe de sección de unidades infecciosas del Hospital La Paz. Con el tratamiento médico adecuado, la carga del virus es indetectable . Una persona indetectable no transmite el virus. Puede mantener relaciones sexuales, puede tener hijos. «Indetectable significa intransmisible» , recuerdan.

Cuando José recibió el diagnóstico, lo siguiente que le dijeron es: «Vas a seguir viviendo, no vas a tener tantos problemas como antes». Pero hay algo que el médico nunca te dice , explica: «que muchas veces es una muerte social , que te pueden echar del trabajo , que te va a costar encontrar pareja ».

Para Mar, esta es la «herencia maldita» que las personas con VIH arrastran desde hace 40 años . Una carga vinculada a lo que en aquel momento se llamó grupos de riesgo -homosexuales, prostitutas, drogodependientes- y que pesa aún sobre quienes son diagnosticados en la actualidad. Una losa que cae: «Algo habrás hecho». La idea de que quienes tienen VIH son «culpables y responsables» de haberlo adquirido. «Pero es que han pasado 40 años», recuerda.

Después de tanto tiempo siendo visible para desmontar el estigma, Mar rechaza todas las etiquetas. Ni víctima, ni culpable; ni sufridora, ni luchadora. Como única definición, acepta: «Una mujer vihva: v-i-h-v-a» .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación