MICROBIOTA

Una técnica restaura las bacterias maternas en 4 niños nacidos mediante cesárea

La transferencia microbiana vaginal consiste en “limpiar” a los recién nacidos con una gasa que se había incubado en la vagina de la madre del bebé una hora antes de la cesárea

MADRID Actualizado: Guardar
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Los efectos de la cesárea en los recién nacidos pueden ser reversibles. Un estudio piloto que se publica en « Nature Medicine» confirma que exponer a los bebés nacidos mediante cesárea exposición a los fluidos vaginales de su madre les permite desarrollar una microbiota, los microorganismos que habitan en el cuerpo, similar a la de los bebés nacidos por vía vaginal. Una de las pegas más importantes a la cesárea es precisamente que los bebés perdían una cantidad importante de la microbiota al no estar en contacto directo con los fluidos maternos, lo que se asocia, por ejemplo, con un sistema inmune más debilitado o un mayor riesgo de alergias. Ahora, este trabajo realizado en el NYU Langone Medical Center de Nueva York

(EE.UU.) demuestra que los microbios vaginales pueden ser parcialmente restaurados en aquellos bebés nacidos mediante cesárea.

Los microorganismos presentes en los fluidos vaginales colonizan la piel, cavidad oral y el intestino de los bebés; todos estos microbios conforman la microbiota. Pero los bebés que nacen por cesárea, lo que representa más del 50% del total de nacimientos en algunos países según ha denunciado la OMS, no están expuestos a estos microbios y tienen una microbiota diferente al nacer de los nacidos por vía vaginal. Las cesáreas, el uso de antibióticos durante el embarazo y la dependencia de las leches maternizadas han interrumpido cada vez más el desarrollo de microbiomas naturales en las últimas décadas, y han duplicado las tasas de asma, enfermedades autoinmunes y la obesidad. Muchos estudios han demostrado asociaciones entre estas tendencias, pero sólo unos pocos experimentos en ratones han descubierto que las diferencias microbianas aumentan directamente el riesgo para estas enfermedades.

Los investigadores han comprobado que desgraciadamente el procedimiento no se transfiere todos los microorganismos presentes en los bebés nacidos por vía vaginal

Lo que ahora propone el equipo de María Domínguez Bello y José Clemente es un procedimiento, denominado transferencia microbiana vaginal, que consiste en “limpiar” a los recién nacidos con una gasa que se había incubado en la vagina de la madre del bebé una hora antes de la cesárea. Los investigadores aplicaron su sistema en cuatro niños y cuando posteriormente compararon la microbiota de los 4 bebés con la de otros 7 nacidos también mediante cesárea pero no expuestos a los fluidos vaginales y con la de otros 7 niños nacidos por vía vaginal vieron que, 30 días después del nacimiento, los 4 bebés expuestos a fluidos vaginales tenían una microbiota que era más similar a la de los niños nacidos por vía vaginal que a la de los otros 7 no expuestos a los fluidos vaginales.

En concreto, las muestras tomadas de los recién nacidos por vía vaginal y los restaurados en muestras de secreciones mostraron que tenían niveles más altos de Lactobacillus y Bacteroides, especies que ‘entrenan’ el sistema inmune del lactante para reconocer y atacar a las bacterias. Los análisis estadísticos mostraron que el número de estos dos grupos de bacterias son mucho más similares entre los bebés nacidos por vía vaginal y los restaurados en muestras de secreciones que los nacidos por cesárea.

Incompleta

Pero la transferencia microbiana vaginal no era completa. Los investigadores han comprobado que desgraciadamente el procedimiento no se transfiere todos los microorganismos presentes en los bebés nacidos por vía vaginal. Ahora bien los autores no investigaron los resultados clínicos a largo plazo y por lo tanto tampoco se ha comprobado si la exposición a los microbios vaginales tiene efectos duraderos sobre la composición de la microbiota y / o la salud de estos bebés.

«Nuestro estudio es el primero en demostrar que la restauración microbioma parcial justo después es posible en los bebés que nacen por cesárea nacimiento», dice la autora principal del estudio, María Domínguez Bello.

Prueba de concepto

En un comentario adjunto a la investigación, Alexander Khoruts, de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) escribe que los autores «han dado un importante primer paso hacia el desarrollo de intervenciones activas que pueden mejorar la introducción en los recién nacidos de nuestros amigos los microbianos y facilitar así una relación simbiótica sana para toda la vida». Sin embargo, pone de relieve las limitaciones del informe: el pequeño tamaño de la muestra y la corta duración del estudio.

En este sentido, la experta señala que «estudios más grandes podrán dar respuesta a si se evita o no el riesgo de enfermedad futura», aunque subraya que «el presente estudio representa la prueba de concepto».

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