Las mujeres, las grandes olvidadas de la cardiología

Los tratamientos actuales dirigidos por las guías se basan en datos que incluyen predominantemente a pacientes masculinos

Por qué hoy es el Día Mundial del Corazón

Mujer leyendo Archivo

R. Ibarra

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Europa, y representan el 47% y el 39% de todos los fallecimientos en mujeres y hombres, respectivamente. Y paradójicamente, según denuncia un artículo que se publica en « European Heart Journal », las terapias actuales dirigidas por las guías se basan en datos que incluyen predominantemente a pacientes masculinos. No se las trata en función de la equidad (es decir, en función de sus necesidades de salud), acusa este estudio.

Porque, tal y como denunció el primer informe mundial de estas enfermedades en mujeres, publicado en «The Lancet», las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos.

Lo corrobora Antonia Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). «Hay un sesgo de género; apenas el un 30% de los participantes en los ensayos clínicos son mujeres y los datos se extrapolan a toda la población».

«Las mujeres han sido excluidas de muchos ensayos clínicos sobre enfermedad cardiovascular en la suposición errónea de que los factores de riesgo y las recomendaciones de estilo de vida son similares para hombres y mujeres», añade Leticia Fernández Friera, cardióloga especializada en mujeres y científica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).

En España, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en mujeres.

Un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología realizada en más de 32.000 mujeres, señala la Dra. Sambola, mostró que la muerte por infarto es el doble que en el hombre, cifra que se mantiene desde hace años.

¿Por qué?

Explica la Dra. Fernández Friera,que existe un problema de «educación y una falta de concienciación social del alcance de la enfermedad cardiovascular en la mujer». Ello, continúa, hace que «no se realice una valoración precisa del riesgo cardiovascular y se ignoren los factores de riesgo específicos de la mujer».

Parece, reconocen estas dos cardiólogas, que las estrategias actuales para controlar los factores de riesgo cardiovasculares, como la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad o niveles de colesterol elevados no están funcionando, por lo que hay que desarrollar estudios de investigación que nos ayuden a controlar uno de los problemas más importantes del mundo occidental, la enfermedad cardiovascular.

Existe un problema de educación y una falta de concienciación social del alcance de la enfermedad cardiovascular en la mujer

Además, apunta Fernández Friera, que también es Directora de la Unidad de Imagen Cardiaca en el grupo HM Hospitales , «el infarto en la mujer muchas veces es peor que en el hombre, con un pronóstico a corto plazo malo. Podríamos pensar que es porque las arterias coronarias en la mujer son peores que en el hombre, pero el motivo es otro. El problema es que las mujeres acuden al hospital mucho más tarde que los hombres. Tienden a aguantar más el dolor o no lo reconocen como algo importante. Es decir, que desde que empiezan a notar los síntomas hasta que acuden a la consulta o a Urgencias, pasa más tiempo. El músculo cardiaco entonces está más tiempo sin oxígeno por lo que llega en peores condiciones al hospital . Por eso, la mortalidad tras un primer infarto en la mujer es un 20% mayor que en los hombres».

Algo parecido es lo que le ocurrió a Charo Rozada.

Cuando tenía 40 años tuvo lo que ella denomina un ‘síncope’ y recibió tratamiento. Los médicos descubrieron que tenía una doble lesión aórtica: una calcificación y un soplo.

En 2004, antes de ser operada de corazón, tuvo una intervención de varices en la que, parece, sufrió un infarto, que no fue reconocido por los médicos. Fue en un hospital privado, cuenta esta coruñesa que se reconoce bastante sufrida y poco dada a la queja, además de positiva.

«Eso fue el principio de algo que yo no me enteré. Como había tenido algún síncope previo no le di importancia. Me costaba moverme, caminar.. pero nadie me había avisado ». Cuando la operaron de corazón los médicos vieron que había sufrido un infarto.

«Una aprende a vivir con ciertas cosas. A veces ni decimos lo que nos pasa, y nos lo comemos», agrega Charo.

Y esta es también otra de las razones de estas cifras, apunta Antonia Sambola, de la Unidad de cuidados agudos cardiológicas del Hospital Vall d'Hebron . «Las mujeres llegan tarde por cuestiones psicosociales, es cierto, pero además los profesionales sanitarios son menos sensibles a pensar en un infarto en la mujer».

La estratificación del riesgo es especialmente difícil en las mujeres dado que la mayoría se clasifican de bajo riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular precisamente por ser del sexo femenino

En la Comisión para la Salud Cardiovascular de la Mujer -creada para sacar adelante el informe de «The Lancet»-, el grupo de expertas formuló diez ambiciosas recomendaciones que ayuden a mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares en mujeres. Entre ellas, se encuentran educar a los profesionales de la salud y a las pacientes en la detección precoz para prevenir las dolencias cardiacas en las mujeres; ampliar los programas de salud del corazón en las regiones más pobladas y en vías de desarrollo; y dar prioridad a la investigación específica por sexo de las enfermedades cardiacas, así como el desarrollo de estrategias de intervención para las mujeres.

Reconoce la Dra. Fernández Friera, que la estratificación del riesgo es especialmente difícil en las mujeres dado que la mayoría se clasifican de bajo riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular precisamente «por ser del sexo femenino». Como resultado, « son menos propensas a recibir una pauta adecuada de prevención ».

Y para hacerlo más confuso existe diferentes manifestaciones clínicas de la enfermedad cardiovascular en hombres y mujeres que conducen a que la enfermedad esté infradiagnosticada y su gravedad subestimada, lo que conduce a un manejo subóptimo y mayor mortalidad. «Los síntomas en la mujer suelen ser más complejos y multifactoriales que los de los hombres y las mujeres tienden a minimizarlo».

¿Qué hacer entonces?

Algunas cosas se están ya llevando a cabo. Por ejemplo, señala Sambola, en España se han creado los sistemas de atención en red por infarto y, las comunidades donde se ha implantado, como Galicia, Navarra o Cataluña , «tienen una mortalidad por infarto más baja».

Sambola reconoce que las mujeres llegan tarde, por cuestiones psicosociales, pero también que los profesionales sanitarios son menos sensibles a pensar en un infarto en la mujer. «No se que es lo que pasa. Vemos pacientes que provienen del médico de primaria a los que no se han derivado a tiempo».

La cardióloga de la SEC cree que habría que seguir con las campañas de información, pero también, por ejemplo, «tratar estos temas en la Universidad y las especialidades médicas, programas de reciclaje para los médicos de atención primaria, implementar las guías y hacer más estudios de forma estructurada».

Precisamente para promover la salud cardiovascular de la mujer y fomentar cambios apropiados en el estilo de vida nace el estudio WAKE UP (Women´s health: an imAging-based cardiovascular risK-rEdUction Program) , que coordina la Dr. Fernández Friera.

Para ello, «utilizaremos tecnología de imagen no invasiva, como la ecografía vascular, una técnica sencilla y económica». La imagen de ecografía vascular proporciona evidencia visual del estado de salud arterial y, lo que es más importante, «de la presencia de la placa de aterosclerosis; esto es especialmente atractivo para crear conciencia sobre la enfermedad cardiovascular en las mujeres y fomentar cambios adecuados en el estilo de vida porque al ver directamente la placa de colesterol en las arterias de uno mismo, seguramente los cambios en el estilo de vida serán más efectivos», explica.

Utilizaremos tecnología de imagen no invasiva, como la ecografía vascular, una técnica sencilla y económica

El estudio incluirá a 240 mujeres sanas voluntarias con edades comprendidas entre los 18 y 70 años que tengan al menos un factor de riesgo cardiovascular, que incluye hipertensión, diabetes, tabaquismo, colesterol alto, obesidad, sedentarismo, síndrome metabólico, preemclapsia u otros problemas durante el embarazo, alimentación inadecuada, enfermedad autoinmune y familiares jóvenes con infarto. Las pruebas se realizarán en el CNIC.

« Resulta crucial promover estudios de investigación , como WAKE UP, que nos ayuden a mejorar la educación y la salud de nuestro entorno», concluye Fernández Friera.

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