Así es la mochila escolar que recomiendan los médicos rehabilitadores (y no es la de ruedas) para prevenir el dolor de espalda

No debe superar el 10-15% del peso total del niño

Una mochila muy pesada o mal colocada puede provocar molestias en la espalda ABC

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La mochila es un complemento esencial de la vuelta al cole. En ella niños y adolescentes transportan cada día libros, meriendas, ropa, etc. Pero pasarse de peso y/o llevarla de forma incorrecta puede provocar molestias en la espalda de los pequeños. Elegir la más adecuada no es difícil, pero hay que saber en qué fijarse. Para ello, ABC Salud ha consultado a la doctora Helena Bascuñana, médica rehabilitadora, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). «Hay que buscar una mochila lo más ergonómica posible. La zona que apoya en la espalda tiene que ser acolchada , los tirantes deben ser anchos (como cuatro dedos) y lo ideal es que cuente con un cinturón que se ate a la cintura. Cuanto más pegadita se lleve, mejor se distribuye el peso para que no sea lesivo para la espalda», explica la experta, para quien esta opción es más recomendable que las mochilas con ruedas. Pero el mensaje clave, en su opinión, es que se transporte en ella lo indispensable para que pese «lo menos posible». « No debe superar el 10-15% del peso total de quién la lleva», recomienda.

Además de molestias en la espalda, llevar demasiado peso «a largo plazo puede provocar que el niño o adolescente tenga una talla más baja de la que debería», advierte la experta de SERMEF consultada. «Los españoles hemos mejorado de talla porque ha mejorado la alimentación, pero también porque ha desaparecido el trabajo infantil. El trabajo infantil influía en que los niños llevaban una gran carga de peso con consecuencias en su talla, y ahora esta situación puede volver a producirse con el peso de las mochilas, que en algunos casos es muy elevado», alerta la doctora Bascuñana.

Tampoco debe superarse ese límite de peso cuando se utiliza una mochila con ruedas . Aunque muchos padres piensan que es la mejor opción para ahorrarles a sus hijos llevar la carga encima, y así evitar molestias de espalda, para cumplir con esa expectativa es mejor empujarlas que arrastrarlas . «Con un peso siempre es mejor para la espalda empujar que tirar. Como los carros de la compra. Es el mismo principio», apunta la doctora Bacuñana, quien recuerda que otro de los inconvenientes de estas mochilas con ruedas es que, si dentro del centro escolar hay escaleras, «los niños acaban levantando la mochila en una situación de más dificultad, subiéndola con una sola mano y provocando que la distribución del peso sea peor, con riesgo de generar dolor en la espalda».

La forma correcta de levantar una mochila con ruedas cuando hay obstáculos es o bien ponérsela en la espalda, si tiene asas, o « cogerla con los dos brazos y pegada al cuerpo como si fuera un bebé», recomienda la médica rehabilitadora.

Ejercicio físico diario para cuerpo y mente

Otra de las recomendaciones de los médicos rehabilitadores para una vuelta al cole saludable es priorizar la actividad física en niños y adolescentes cada día. No solo para mantener el músculo en forma sino porque «mejora el rendimiento cognitivo». «El músculo libera unas hormonas que se llaman las miokinas que tienen unos receptores cerebrales que ayudan a mejorar la memoria . Por eso la receta para hacer un buen examen es dormir bien, desayunar una hora antes e ir caminando al examen», sostiene la portavoz de la SERMEF.

En cuanto a la frecuencia con la que los niños, y no tan niños, deberían moverse, la doctora Bascuñana lo tiene claro: « Por lo menos una hora al día, mínimo tres días a la semana , aunque lo ideal es que sean los siete días, tienen que practicar deporte , ya sea de forma estructurada (tenis, fútbol, baloncesto, ballet, baile...) o mediante el juego libre en la calle (pelota, pilla pilla, saltar)». En el caso de los adolescentes, es recomendable elegir un deporte en grupo «porque se cumple mejor que el individual».

Mantener un estilo de vida activo va más allá de la práctica de un ejercicio intenso puntual, hay que usar el cuerpo para ir caminando siempre que se pueda, subir la escaleras en lugar de coger el ascensor u organizar caminatas en familia por el campo los fines de semana.

Tendemos al sedentarismo. Pasamos demasiado tiempo sentados durante el horario laboral y a menudo confundimos cansancio mental con cansancio físico. Por eso, cuando terminamos en la oficina estamos deseando llegar a casa a sentarnos en el sofá. Sin embargo, « cuando se sale del trabajo muy embotado, lo que mejor funciona para mejorar esa sensación es dar un paseo . Hay que mover las piernas. La estructura muscular es un órgano que funciona no solo como sostén, también produce hormonas que tienen acciones a distancia», concluye la doctora Bascuñana.

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