DÍA MUNDIAL DE LA FERTILIDAD

La fertilidad es cosa de dos

Hoy se celebra el Día Mundial de Fertilidad, un problema de hombres y mujeres que sin embargo supone una carga emocional mayor para las primeras

MADRID Actualizado: Guardar
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La infertilidad, enfermedad que imposibilita la concepción natural de un hijo o el embarazo tras un año de relaciones sexuales sin el uso de métodos anticonceptivos, afecta en la actualidad al 15% de las parejas en España, un porcentaje que ha aumentado en los últimos años y se prevé que siga creciendo. A pesar de que las causas de infertilidad están repartidas (un tercio afecta al hombre, otro a la mujer y otro a una causa desconocida), lo cierto es que ambos sexos no perciben y manejan de igual forma este problema.

Según el psicólogo Pedro Adrados, del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, son ellas las que tienden a sufrir más cambios psicológicos, incluso aunque el factor causante de la infertilidad sea masculino.

El hecho de que una gran parte de los procedimientos clínicos se realicen sobre el cuerpo de la mujer, la presión social, la finitud de su período fértil y el hecho de que hombres y mujeres no tengan iguales y equitativas alternativas socioculturales para su realización personal, provoca que la infertilidad tengan más impacto emocional sobre la mujer, dañando su autoestima entre otros desajustes afectivos.

La mayor susceptibilidad de las mujeres a sufrir este problema explica que los estudios psicológicos sobre fertilidad estén centrados en ellas. «Aunque se han producido cambios en nuestra sociedad, la identidad de las mujeres se configura a través de una mirada externa, y todavía se sigue definiendo con base en los atributos que la sociedad ha puesto en una capacidad biológica como la procreación. Las mujeres son encomendadas desde la infancia para cuidar de los demás y para ser madres, constituyéndose todo ello en parte esencial de la subjetividad femenina». La mujer manifiesta mucha más sintomatología reactiva porque lo vive más en primera persona, al final es su cuerpo el que sufre los cambios y el que tiene que someterse a un tratamiento de infertilidad, afirma Adrados.

Machos

En cuanto a la identidad masculina, este experto señala que «se constituye a través de una constante autoconfirmación. Y en este sentido, la infertilidad es vivida como incapacidad para embarazar a su pareja, e imposibilidad de satisfacer una demanda social y cultural construida sobre él, en su rol de proveedor y consolidador de una familia».

No obstante, el varón encuentra realización personal y prestigio social en su trabajo y en otras actividades sociales estructuradas fuera del ámbito doméstico / familiar. Como estas actividades son parte integral de la masculinidad, su identidad de género no se va a ver tan comprometida como la de la mujer, por no cumplir el papel parental. Además los mecanismos psicológicos de defensa masculinos ante el sufrimiento son más de ocultación y negación, intentando mirar para otro lado, por lo que no hay un sufrimiento subjetivo tan grande como el de las mujeres, indica.

Las mujeres son encomendadas desde la infancia para cuidar de los demás y para ser madres, constituyéndose todo ello en parte esencial de la subjetividad femenina

Adrados recomienda acudir a un especialista cuando hay «un sufrimiento subjetivo significativo o una interferencia en la vida diaria». Según este psicólogo, hay modos de afrontar de forma positiva el problema: pensar en él de forma positiva y buscar formas de resolverlo. Ser consciente de que no depende de uno mismo y no seguir con la fantasía que termina en frustración. No romper con las relaciones sociales y apoyarte más en ellas.

Además, añade, las diferencias a la hora de abordar este problema pueden tener consecuencias negativas en la relación de pareja. En este sentido, Adrados aconseja evitar la búsqueda de culpables y fomentar la empatía y la comunicación: «Lo importante es que el vínculo de la pareja sea sólido y estable, de esta forma se podrá superar el duelo y buscar alternativas».

Las diferencias a la hora de abordar este problema pueden tener consecuencias negativas en la relación de pareja. En este sentido

La búsqueda de alternativas suele conducir a la pareja a la reproducción asistida. Pero los expertos señalan que no se debe cargar la responsabilidad sobre las mujeres. Así, a pesar de que emocionalmente, resulta mucho más difícil para las mujeres no poder tener hijos, las estadísticas revelan que las causas médicas son compartidas: en el 40% de los casos el problema está en el hombre, en el otro 40% el origen reside en la mujer y hay un 20% de parejas en que el origen es compartido.

Las razones de la infertilidad son múltiples, tanto causas médicas como sociales siendo la más relevantes estas últimas, la incertidumbre económica, el retraso en el establecimiento de las parejas y la edad de la mujer cuando quiere o puede plantearse tener hijos.

Semen de mala calidad

En este sentido, explican desde el Instituto Bernabeu, no hay que olvidar que una las causas médicas más frecuente actualmente el deterioro constante en la calidad del semen. Así en la década de los 80 del pasado siglo, la Organización Mundial de la Salud para considerar que un semen era «normal» este debía contener 60 millones de espermatozoides por mililitro de los cuales, el 60% fueran móviles. Estas cifras de normalidad se han ido modificando a la baja y hoy en día, tan sólo 30 años después, se considera que un semen es «normal» cuando se alcanzan los 18 millones de espermatozoides y la movilidad es del 30%.

Se han postulado distintas explicaciones para este fenómeno que afecta a nivel global y las causas más importantes son: la contaminación alimenticia y ambiental, las mal denominadas drogas recreacionales como el tabaco y sobre todo el cannabis, que disminuye la movilidad y la capacidad fecundante del esperma.

Aunque la edad en el varón no conlleva el cese de la función testicular, sí se ha comprobado una disminución de la fertilidad y un incremento del riesgo de aborto por anomalías cromosómicas portadas por el esperma.

Aproximadamente 10 años antes de la fecha de su menopausia, una mujer, aun teniendo ciclos menstruales regulares, ya no es fértil

En cuanto a la mujer la causa hoy hay que buscarla en la estructura social imperante. Hay que dejar muy claro que el ovario de la mujer solo es capaz de producir ovocitos en la época prenatal, es decir nacen las niñas con toda la reserva de ovocitos que cuando son adolescentes y adultas liberarán. Por ello, explican los expertos de este centro, cuando la mujer ovula, lo hace de un ovocito que generó décadas antes.

El agotamiento de la reserva ovárica es total tras cumplir los cuarenta años en la inmensa mayoría de las mujeres. «Hay que dejar claro que aproximadamente 10 años antes de la fecha de su menopausia, una mujer, aun teniendo ciclos menstruales regulares, ya no es fértil. Dado que la edad de consulta para tener hijos se ha venido retrasando, nos encontramos cada vez más con pacientes que inician los tratamientos ya con una reserva ovárica reducida», apuntan.

En este contexto, se han desarrollado estudios y tratamientos, como el del Instituto Bernabeu, el cual se centra en la identificación de las diferentes variantes genéticas del receptor, que se encuentra en la pared de las células ováricas que responden al estímulo ovulatorio. Esto permite por primera vez que los especialistas apliquen la farmacogenética a los tratamientos de fertilidad, permitiendo adaptar a la medida de las pacientes los fármacos y la dosis más adecuadas a su perfil genético.

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