Dieta

Comer setas puede proteger al cerebro del envejecimiento

Un estudio concluye que las personas mayores que comen más de 300 gramos de hongos a la semana tienen un 50% menos de posibilidades de sufrir deterioro cognitivo leve

El profesor Lei Feng (izquierda) y el doctor Irwin Cheah posan con las setas mencionadas en el estudio sobre deterioro en el cerebro Universidad Nacional de Singapur

Cristina Garrido

En el cuidado del cerebro , lo que comemos también importa. La dieta puede influir para bien y para mal en nuestra memoria. Diferentes investigaciones han señalado a la dieta como uno de los pilares en la prevención. De hecho, un trabajo reciente apuntaba a la obesidad como uno de los factores que envejecen precozmente nuestro cerebro . Ahora, otro estudio, publicado en « Journal of Alzheimer's Disease », concluye que comer dos raciones de setas cocinadas (unos 300 gramos) a la semana puede ayudar a reducir hasta en un 50% el riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve en personas mayores.

« Esta correlación es sorprendente y alentadora . Parece que un solo ingrediente, comúnmente disponible, podría tener un efecto impresionante en el deterioro cognitivo», apunta el profesor asistente Lei Feng, del Departamento de Medicina Psicológica de la Universidad Nacional de Singapur, y autor principal de este trabajo, que cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Investigación Médica del Ministerio de Salud de Singapur.

Las personas con deterioro cognitivo leve, que puede ser una señal temprana de la enfermedad de Alzheimer, suelen experimentar pequeños olvidos o tener más problemas de atención, o para encontrar las palabras adecuadas en un momento dado, que otras personas pero son cambios sutiles que no llegan a la gravedad de otras formas de demencia.

El estudio, que se realizó de 2011 a 2017, recopiló datos de más de 600 adultos chinos de más de 60 años que viven en Singapur.

Como las personas con deterioro cognitivo leve aún pueden realizar sus actividades cotidianas, los investigadores tuvieron que determinar si los participantes tenían un peor desempeño en pruebas neuropsicológicas estándar que otras personas de la misma edad y nivel educativo. Los investigadores también tuvieron en cuenta la información demográfica, el historial médico, los factores psicológicos y los hábitos alimenticios de los participantes.

Durante la investigación se mencionaron seis tipos de setas muy típicas en la dieta en Singapur: dorada, ostra, shiitake y champiñón , así como otras deshidratadas y enlatadas.

La clave: un potente antioxidante

Los investigadores creen que la causa de la buena salud del cerebro en los consumidores de setas puede estar en un compuesto específico, llamado ergotioneína , que se encuentra en casi todas las variedades. «La ergotioneína es un antioxidante y antiinflamatorio único que los humanos no pueden sintetizar por sí solos. Pero se puede obtener de fuentes dietéticas y uno de los principales son los hongos», apunta el doctor Irwin Cheah, investigador principal del Departamento de Bioquímica de Universidad Nacional de Singapur.

Un estudio del mismo equipo en 2016 ya reveló que los niveles plasmáticos de ergotioneína en participantes mayores con deterioro cognitivo leve eran significativamente más bajos que los individuos sanos de la misma edad. El trabajo, que se publicó en la revista «Biochemical and Biophysical Research Communications», llevó a la hipótesis de que una deficiencia de este antioxidante podría ser un factor de riesgo para la neurodegeneración, mientras que un aumento de la ingesta a través del consumo de hongos podría proteger la salud del cerebro .

Los investigadores aseguran que las setas cuentan con otros compuestos que también pueden ser beneficiosos para disminuir el riesgo de deterioro cognitivo.

El siguiente paso que tiene previsto el equipo para obtener una conclusión más sólida sobre la relación causal es realizar un ensayo controlado aleatorio con el compuesto puro de ergotioneína y otros ingredientes de origen vegetal, como la L-teanina y las catequinas de las hojas de té, para determinar la eficacia de dichos fitonutrientes en el retraso del deterioro cognitivo. Además, el profesor Feng y su equipo también esperan identificar otros factores dietéticos que podrían estar asociados con un envejecimiento cerebral saludable y un menor riesgo de afecciones relacionadas con la edad en el futuro.

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