El Madrid recupera el alma de Ramos

39 días sin Sergio Ramos son casi como 39 años. O al menos eso piensan la gran mayoría de aficionados madridistas que contemplan ojipláticos el derrumbe de los suyos a la espera de que el héroe de la Décima abandone la enfermería, se vuelva a poner el cuatro a la espalda y reconduzca la situación de un equipo en caída libre. Será mañana, en el duelo de Liga ante el Levante (21.00 horas, C+). El sentir de la parroquia blanca es primo hermano al del vestuario: «Se le echa de menos. Es el que pega un grito cuando más hace falta, el que da un golpe en la mesa para espabilarnos. Junto a Cristiano Ronaldo, es nuestro gran líder».

Su salto infinito hacia el cielo de Lisboa siempre será eterno.

Seis semanas han pasado desde que el pasado cuatro de febrero, Sergio Ramos pidiera el cambio a los diez minutos del Real Madrid-Sevilla: rotura en el isquiosural de la pierna izquierda, mes y medio de baja. Ya en el Mundial de Clubes, en el partido de semifinales ante el Cruz Azul, la musculatura del sevillano le dio el primer aviso con una contractura, pero el andaluz arriesgó, disputó la final, marcó el primer tanto y se marchó de vacaciones como campeón del mundo. A su regreso, tampoco decidió parar y volvió a forzar la máquina en Mestalla, debido a la importancia del partido, y en la eliminatoria de Copa contra el Atlético. Demasiados minutos y esfuerzos para una pierna izquierda en el alambre.

Su carácter, clave

Durante su ausencia, el Real Madrid «ha tocado fondo estrepitosamente». En Liga, histórica derrota ante el Atlético en el Vicente Calderón (4-0), pinchazo frente al Villarreal en el Santiago Bernabéu (1-1) y adiós al primer puesto en San Mamés tras caer ante el Athletic (1-0). De quince puntos disputados sin Ramos, los blancos solo lograron ocho.

En Champions League, el equipo también ha notado su baja. A pesar de lograr un gran resultado en Gelsenkirchen (0-2), el vigente campeón estuvo muy cerca de la debacle: 3-4 en el duelo de vuelta en el Bernabéu ante el Schalke, a un solo tanto de consumar una humillante eliminación en octavos de final. Pensar que hubiera sucedido en estas últimas seis semanas con Ramos en el campo es hacer fútbol ficción, pero su liderazgo, su garra y su calidad invita a pensar que el parte de guerra hubiera sido más benévolo.

La idea de Ancelotti es que sus centrales de cabecera, Ramos y Pepe, sean titulares en el clásico. Por eso, tras tres meses sin jugar juntos, quiere probarlos ante el Levante, aunque el italiano duda si darle la titularidad o no a Sergio. La vuelta después de una lesión muscular debe ser tomada con cautela. Jugador, entrenador y cuerpo médico consensuarán tras el entrenamiento de hoy si Ramos será de la partida o no ante el Levante, pero lo más importante es que el capitán in pectore por fin está de vuelta.